Flor Garduño: De la oscuridad a la luz
Pueden
verse a la vez en Madrid dos excelentes exposiciones de la fotógrafa mexicana
Flor Garduño (nacida en Ciudad de México en 1957). En la Casa de México se han
reunido 69 fotografías, datadas de 1982 a 2016. En la Galería Blanca Berlín
podemos ver otras 13, con formatos más grandes y técnica de impresión
diferente, entre ellas sólo una está también en la Casa de México, aunque allí
en un formato más reducido.
Flor
Garduño estudió Artes Visuales en la Antigua Academia de San Carlos entre 1976
y 1978. Inmediatamente se interesó en la fotografía, y entre 1979 y 1980 pasó a
trabajar como asistente en el estudio de Manuel Álvarez Bravo (1902-2002), uno
de los fotógrafos más relevantes de su país. El comienzo del desarrollo
personal de su obra se puede situar en 1982.
Desde
entonces hasta ahora, Flor Garduño ha ido desplegando una intensísima
actividad, siempre en el ámbito de la fotografía, mostrando públicamente sus
imágenes en una larga serie de libros y numerosas exposiciones. Un rasgo visual
es central y determinante en su obra: la utilización permanente del blanco y
negro, lo que le permite subrayar el contraste entre formas y espacios, entre
las sombras y las luces.
Garduño
es, además, una fotógrafa intensamente viajera, y en sus desplazamientos por
muy diversas naciones y territorios del planeta proyecta sus raíces
originarias, mexicanas, en un horizonte de universalidad. En ningún caso
encontramos mera inmediatez o circunstancialidad en sus imágenes, que se sitúan
así plenamente en un ámbito artístico que tiene como base central la pregunta,
la interrogación, acerca de aquello que vemos en ellas.
Los
ejes temáticos que aborda nos llevan a los animales, la naturaleza, las
construcciones arquitectónicas, los desnudos femeninos, los retratos de
personalidades intelectuales (entre ellos, uno magnífico de Antoni Tàpies), y
las referencias a artistas.
Los
vínculos con los animales son determinantes en la trayectoria de Flor Garduño,
que de niña vivió con un perro, un venado y veinte pájaros. La naturaleza se presenta
en contraste con las construcciones arquitectónicas, que nos protegen y nos
encierran. Los desnudos femeninos dialogan con los objetos, reclamando una
posición de fuerza y vida en los cuerpos de las mujeres, algo que se hace
particularmente evidente en la obra Moneda (2001), en la que una mujer
desnuda empuña una espada que la cubre frontalmente desde los pies a la cabeza.
En
relación con las referencias a artistas encontramos en la Casa de México una
fotografía con el título Arqueología de Duchamp (2014), con una clara
alusión en la imagen al ready-made de éste Rueda de bicicleta
(1913). Y también otra titulada Magritte (2016), en este caso con una
alusión obvia a la importancia de las nubes en la obra del artista belga.
Con
ello podemos apreciar la importancia del sustrato conceptual y surrealista en
la articulación de las imágenes de Flor Garduño. Lo que nos plantea en cada una
de sus piezas es mirar más a fondo: no quedarse en la mera inmediatez, sino
llegar a ver. En definitiva, saber apreciar el contraste en todo lo que vemos,
comprender que lo distinto tiene unidad con nosotros, pasar de la oscuridad a
la luz.
* Flor Garduño, la construcción del instante. Coordinación:
Ximena
Caraza Campos. Fundación Casa de México, Madrid. Del
15 de diciembre de 2022 hasta el 12 de febrero de 2023.
* Flor
Garduño. Galería Blanca
Berlín, Madrid. Del 17 de diciembre de 2022 hasta el 11 de
febrero de 2023.
* Publicado en EL CULTURAL: - Edición impresa, 6 – 12 de enero, pg.
28. - Edición online: https://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20230114/fotografa-mexicana-flor-garduno-madrid-partida-oscuridad/731926925_0.html
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