León Ferrari: Arte y
activismo
Las obras del gran artista argentino León Ferrari (1920-2013) llegan por tercera vez al Museo Reina Sofía, en el año en el que hace tres meses se cumplía su centenario. Su primera presentación fue en la muestra colectiva Heterotopías, entre diciembre del 2000 y febrero de 2001. La segunda vez fue en una exposición en contraste con la artista brasileña Mira Schendel (1919-1988), con el título El alfabeto enfurecido, entre noviembre de 2009 y marzo de 2010.
En
esta ocasión se trata de una muestra personal, una síntesis de su trayectoria,
con un planteamiento no cronológico sino temático. Se trata de un proyecto
desarrollado tras un acuerdo con la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y
Acervo (FALFAA, Buenos Aires), que junto con la exposición contempla la donación
de 15 obras originales y la producción de 219 copias únicas de objetos y series
del artista que pasarán a formar parte de la colección del Museo. La muestra viajará
después, entre 2021 y 2022, al Van Abbemuseum, Eindhoven y al Centre Pompidou, París.
Augusto (1871-1970), padre de León e italiano de
nacimiento, fue arquitecto y pintor, e intervino en la construcción y
reconstrucción de varias iglesias en Argentina. La exposición recoge también
algunos de sus trabajos. Al ser interpelado si por su carácter laico había una
contraposición entre él y su padre, León respondió: “Mi padre era arquitecto y
pintor. No era un católico militante. No hay nada que ‘conciliar’, no hace
falta. Él hizo su trabajo, yo hago el mío.”
En la presentación en Madrid la muestra se presenta
en seis secciones: «La justicia y los juicios», «Laboratorio Ferrari»,
«Arqueología religiosa de la violencia», «Ideas para infiernos», «Desafiar la
impunidad», y «Modos de hacer / Ferrari inmaterial». Como complemento se ha
programado también un ciclo cinematográfico, con el título «Iconoclastia
ilustrada».
El conjunto resulta de gran interés y permite una
visión bastante completa del trabajo artístico, abierto y transgresor, de
Ferrari. En él está una de sus obras más relevantes: La civilización occidental y cristiana, a la que luego me vuelvo a
referir. También otra pieza de gran relieve: Juicio Final (1994), una obra sobre papel impreso con la
reproducción del Juicio Final de
Miguel Ángel con excrementos de aves en la superficie, y que es una de las
obras donadas. Así como la instalación La
Justicia (1992), que posteriormente Ferrari renombró como 1492-1992. Quinto centenario de la Conquista. E igualmente algunas
esculturas de alambre, sutiles y de gran transparencia y dinamismo interior, o la
escultura Hongo nuclear (2007), con un color rojizo, que con la imagen
de la explosión de una bomba nuclear representa el Infierno en la Tierra.
¿Cómo se desarrolló el trabajo de León Ferrari…? El
primer factor determinante a tener en cuenta es la profunda relación entre su
vida, sus experiencias vitales, y su obra. Entre 1938 y 1947 estudió
Ingeniería. Se casó en 1946, y junto a quien fue su mujer a lo largo de toda su
vida: Alicia Barros, tuvo tres hijos: María Alicia (conocida como Marialí),
Pablo y Ariel. Cuando en 1952 su hija contrae una meningitis tuberculosa, el
matrimonio se traslada a Florencia. La madre y la hija regresan a Buenos Aires
en 1953. Pero León permanece en Italia, y allí se introduce en el ambiente
artístico.
Sus inicios en el arte tienen que ver con su
interés por la cerámica, y su despliegue en formas escultóricas. Pero pronto se
abre también a otro tipo de soportes: esculturas realizadas con cemento, con escayola,
con madera, y con alambres. Acuarelas, collages, motivos pictóricos
intervenidos a partir de reproducciones, las escrituras o dibujos caligráficos,
las heliografías (fotografías de positivo directo), las performances y
escenificaciones.
Y posteriormente los soportes se diversifican aún
más. En 1960 conoció a Rafael Alberti, y su interés por la poesía se hace más
intenso. Desarrolla trabajos con aves vivas, utiliza utensilios domésticos,
baratijas, objetos de santería, y plasma una dimensión musical en sus
dibujos-partituras. En definitiva, León Ferrari es un artista transgresor, su
objetivo es hacernos pensar a través de todos los signos y soportes de la
representación. Y en el trasfondo de su trabajo puede advertirse un eco
actualizado de los planteamientos dadaístas y surrealistas.
Un momento decisivo en su proceso creativo tiene
lugar en 1965, cuando produce un collage escultórico en el que sobre la
reproducción de un avión militar estadounidense, cargado con bombas, sitúa la
figura de un Cristo crucificado. La obra es la antes mencionada La civilización occidental y cristiana,
y su idea le vino por el impacto e intenso rechazo que le produjeron los
bombardeos estadounidenses en Vietnam. Lo que así se inicia es un proceso
crítico que asocia los sistemas modernos de dominación con los planteamientos
de la religión cristiana.
Y hay otro hecho en su vida que marca también
profundamente su trayectoria: en los inicios de la dictadura militar abandona
Argentina con su familia el 11 de noviembre de 1976, y se establece en Sâo
Paulo, Brasil. Pero su hijo Ariel, militante político, decide quedarse en
Argentina. Dejó de escribirles en febrero de 1977. Una criminal desaparición,
como tantas que se produjeron en aquel proceso. En septiembre de 1978
recibieron la noticia de que lo habían matado.
Sin título [de la serie Nunca más] (1995). Collage [Escuela de Mecánica de la Armada + detalle del Juicio Final, de Hans Memling. Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo.
La familia se quedó en Brasil hasta 1991, cuando
volvieron ya definitivamente a Buenos Aires. En su estancia en Brasil León
Ferrari intensificó profundamente su trabajo artístico, y viajó a distintos
lugares, lo que poco a poco le hizo ser más reconocido internacionalmente. En
las últimas décadas su crítica al Cristianismo como “ejercicio de dominación”
se convirtió en un rasgo dominante en sus obras.
Lo que León Ferrari despliega en ellas es todo un alegato en defensa de la civilización laica. Y así, según sus propias palabras sobre lo que él hacía, “si esto no es arte, lo cambiaría de nombre, lo llamaría política, crítica corrosiva, cualquier cosa”. En definitiva, arte. Pero arte comprometido ética y políticamente a través de las formas. Arte transgresor.
* León
Ferrari: La bondadosa crueldad. Comisariado: Fernanda Carvajal,
Javier del Olmo, Andrea Wain, y equipo FALFAA. Museo Reina Sofía. Hasta el 12 de abril de 2021.
* Publicado en EL CULTURAL: - Edición impresa, 18-24 de diciembre de 2020, pgs. 34-35. - Edición online, https://elcultural.com/leon-ferrari-arte-y-activismo