Errantes en la ópera
Llega a Madrid una sugestiva muestra de
uno de los artistas argentinos actuales más relevantes: Guillermo Kuitca (1961),
de quien ya pudo verse en Madrid una amplia exposición personal en 2003,
programada por el Reina Sofía en el Palacio de Velázquez del Retiro. Se
presentan ahora 18 piezas, datadas entre 2010 y 2018: pinturas, dibujos, y una
suite sobre seda de nueve partes, en las que alienta el flujo abierto, la
búsqueda de ecos y resonancias, que caracterizan su obra.
El holandés errante (2011). Técnica mixta sobre seda (x 9), 68,5 x 91 cm. c. u.
En un sentido metafórico, podría
decirse que Kuitca pinta “partituras”, registros visuales de la experiencia,
que permitan orientarse en el ir y venir de los humanos en el mundo. De dentro
a fuera, y de fuera a dentro: lo exterior y lo interior. Algo que se manifiesta
en su interés por los mapas, por la cartografía, que en diversas obras recubren
el colchón de una cama. El mapa también está en los sueños.
En una entrevista reciente, a la que se
puede acceder libremente en internet (YouTube), el propio Kuitca indica que en
su trabajo ha habido “siempre muchos fantasmas no pictóricos: teatrales, musicales,
arquitectónicos”. Es importante señalar que, junto a su trabajo como pintor,
Guillermo Kuitca ha desarrollado también, desde 1982, una importante actividad
teatral. Es ese registro, o “fantasma” para usar el término que él emplea, el
que predomina en esta muestra.
Teatro Colón [Buenos Aires] (2018). Técnica mixta sobre papel fotográfico, 27,9 x 42 cm.
Y en particular un género teatral
concreto, a la vez dramático y musical: la ópera. La suite de nueve partes, que
lleva por título El holandés errante
(2011), evocación de la ópera de Richard Wagner cuyo estreno tuvo lugar en
1843, nos da el tono dominante. En las imágenes pictóricas del teatro se insertan
las cintas de entrega de equipajes características de los aeropuertos. Si los
protagonistas de la ópera de Wagner van del mar al cielo, en los “fantasmas”
pictóricos de Kuitca viajamos en el teatro de ayer a hoy.
Teatro Real [Madrid] (2018). Técnica mixta sobre papel fotográfico, 27,9 x 42 cm.
Y el viaje, la errancia, se proyecta también
en los dibujos de escenarios teatrales, todos realizados en 2018, que en lugar
de parecer estáticos transmiten la impresión de estar en movimiento. Las dos
versiones del Teatro Real de Madrid se dibujan ante nuestros ojos como grandes
aves con las alas abiertas. Hacia el cielo. Como si errar en la ópera fuera
volar.
Es oportuno recordar que Guillermo
Kuitca se encargó de la coreografía de El
holandés errante, de la ópera de Wagner, en su presentación en el Teatro
Colón, de Buenos Aires, en 2003, otro de los dibujos de escenarios que vemos en
la muestra. Pintura abierta, en la que sin duda resuenan los ecos musicales de
la voluntad wagneriana de alcanzar la “obra de arte total”.
Teatro Real [Madrid] (2018). Técnica mixta sobre papel fotográfico, 92 x 91,5 cm.
Parece que fue un acontecimiento casual
en el Covent Garden, de Londres, también otro de los dibujos que ahora vemos,
lo que produjo un desplazamiento en las aproximaciones pictóricas de Kuitca al
teatro, desplazando su centro de interés desde lo que sucede en el escenario a
los asientos de los espectadores.
De este modo, los dibujos se convierten
en una especie de mapas. Pero mapas abiertos, en movimiento. A través de la
diseminación, de la disgregación de las formas, Guillermo Kuitca proyecta ecos
y resonancias. “Fantasmas” que nos permiten ir de lo cerrado a lo abierto, formas
errantes que parecen volar.
* Guillermo
Kuitca; comisaria: Sonia Becce. Galería Elba Benítez, Madrid. Febrero – Abril
de 2019.
* Publicado en ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.370, 23 de marzo de
2019, p. 20.