A través del agujero
La exposición en la Galería
Helga de Alvear del artista canadiense Marcel Dzama (Winnipeg, 1974) es de una
calidad excepcional. En ella se muestran una serie de 21 dibujos/collage
coloreados, 3 muñecos/marionetas con las cabezas, las manos y los pies hechos
con envases de hojalata, 3 cabezas escultóricas en papel maché con cuatro
rostros cada una de ellas, un vídeo en blanco y negro de cuatro canales en el
que vemos un tablero de ajedrez y una especie de ballet burlesco sobre un suelo
ajedrezado, y una película de 35' 22'' más su guión gráfico [storyboard], que lleva por título Una danza de los bufones (2013),
estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
Marcel Dzama: Une Danse des Buffons [Una danza de
los bufones] (2013).
Guión gráfico [Storyboard], 10 dibujos,
tinta, gouache y grafito.
Todo
ello se articula como una unidad a partir del título de la exposición: A Trickster Made this World, que
podríamos traducir como Un engañador hizo
este mundo, que alude a la figura del Trickster
o engañador, figura de la
transgresión estudiada por los antropólogos, y que en las culturas humanas
desempeña la función de cuestionar el orden establecido a través de la
distorsión y la risa. Una figura que se prolonga en los bufones de corte, en
los graciosos del teatro clásico, o
en el joker de los naipes. Por otra
parte, el título es una especie de referencia/homenaje a un libro del estudioso
americano Lewis Hyde: Trickster Makes This World: Mischief, Myth, and Art
[El engañador hace este mundo: jugarreta,
mito y arte], publicado en 1998, y que ha tenido una reciente reedición en
2008 con el subtítulo Cómo la imaginación
perturbadora crea cultura.
Así
que ya saben dónde nos situamos: ante la obra de un artista que borra todo eco
de seriedad, y sitúa su trabajo bajo el signo de la burla. Con la dureza de las
condiciones de vida en nuestro tiempo, resulta inmoral pretender que este mundo
"está bien hecho". Debe ser la creación de un espíritu burlón. Y, por
eso, tras comprender, la mejor respuesta es la risa que rompe la pretendida
estabilidad del orden, la que muestra sus fisuras. La risa dionisíaca.
Dzama
es un artista fabulador, un creador de figuras y personajes alternativos:
humanos con disfraces animales, uniformes, trajes ceremoniales y encapuchados,
que recuerdan -estos últimos- a las distintas variantes de lo que llamamos
terrorismo. Su lenguaje visual está próximo a los de Fischli & Weiss o Mike
Kelley, aunque en esta exposición se rinde un homenaje explícito a Goya,
utilizando en sus dibujos leyendas de algunas de las estampas de los Caprichos. Y es justo que así sea,
porque ciertamente fue Goya el primer artista que mostró visualmente, con una
intensidad hiriente, las omnipresentes y diversas imágenes de los monstruos de
la sinrazón.
Marcel Dzama: A Gift for the Master or A Fall down the Stairs
[Un obsequio para el maestro o Una caída por las escaleras] (2013).
Tinta, gouache y grafito sobre papel, 46 x 38,4 cm.
Pero
las referencias de este artista juguetón e iconoclasta, de una gran fuerza
expresiva, remiten sobre todo a Marcel Duchamp, como puede apreciarse
claramente en la película. El punto de partida de ésta es la última obra de
Duchamp: Étant donnés [Dados] (1940-1968), presentada
públicamente por vez primera en 1969, un año después de su muerte. Como en la
instalación irreproducible de Duchamp, en la película de Dzama se nos invita a
ver a través de un desgarramiento que abriría un agujero en la pantalla. Vemos
entonces un cuerpo desnudo de mujer, en la misma posición y actitud de la
escultura fragmentaria de la instalación de Duchamp.
Marcel Dzama: The Archers are Blind
[Los arqueros están ciegos] (2013).
Tinta, gouache y grafito sobre papel, 53,7 x 46 cm.
Y
a partir de ahí se desarrolla una acción enrevesada, de pesadilla, con
personajes que vienen de un mundo alternativo, que sin embargo no es otro que
este mismo en el que vivimos. Es una especie de ballet burlesco, con un
protagonismo central de la figura de Maria Martins, la gran pasión de Duchamp
que inspiró su Étant donnés. En el
que también aparecen un hombre torturado, un juez-mago que lleva dos ojos
pintados en sus mejillas, y personajes en un simulacro de estudio de
televisión, condicionados por encapuchados con metralletas. Entre esos
personaje, vemos a un hombre-mosca que, claro, remite a otro canadiense, el
director de cine David Cronenberg. Al principio se corta la cabeza de un toro,
que luego reaparecerá convertido en una especie de "dios-vaca", con
una grandísima vagina en el pecho, de donde "renace" el hombre
torturado. Al final, el hombre y la mujer, juntos, aparecen convertidos en
esculturas. Y todo se cierra con el agujero del comienzo.
En
2008, Marcel Dzama ya había entablado diálogo con Étant donnés, realizando un diorama que tituló Even
the Ghost of the Past [Incluso
el espíritu del pasado].
Esta película supone un paso más en esa dirección, invitándonos a ver a través
del agujero: mirones en el arte y en la vida, la
sinrazón de este mundo de locos, erizado de violencia y coerción.
*
Marcel Dzama: A Trickster Made this World;
Galería Helga de Alvear, Madrid, hasta el 4 de enero de 2014.
PUBLICADO
EN: ABC
Cultural (http://www.abc.es/), nº
1.114, 16 de noviembre de 2013, pp. 20-21.