Naturaleza y humanidad
Es ésta una exposición de síntesis de un joven artista: Manuel
Franquelo-Giner (Madrid, 1990), que llama la atención por la madurez plástica
de sus propuestas, y por la intensidad poética y conceptual de las mismas. La
muestra reúne once obras: una instalación y diez piezas fotográficas,
realizadas entre 2014 y 2018. En todas ellas late una voluntad de interrogar
los géneros artísticos tradicionales, de avanzar en una síntesis de lenguajes.
Con la fotografía, se busca la tridimensionalidad. Todo en síntesis: un rasgo
central del arte de nuestro tiempo es su carácter multimedia.
Un elefante en la habitación (2018). Palet de plástico, sacos de yute y papel impreso,
120 x 120 x 80 cm.
Franquelo-Giner nos
habla de la actual situación de extravío de la humanidad: no sabemos dónde
estamos, ni cómo se constituye el proceso de nuestras vidas. De ahí el título
irónico: «un elefante en la habitación». Es un reflejo de nuestra ignorancia
sobre el origen de las cosas con las que convivimos. Y, en especial, de los alimentos
que consumimos.
Mesa de cortar nº 1 [Chopping Table n. 1] (2014). De la serie Referentes ausentes, 2014-2018, Impresión Inkjet en papel Canson Photorag, dibond, moldura y bastidor de aluminio 130 x 95 cm.
La instalación, que
lleva ese mismo título, está formada por un conjunto de sacos, de los pasados
años cincuenta, de la industria de la agricultura, que iban de una parte a otra
del mundo, por tanto con un carácter transnacional.
Fuera de los sacos vemos tarjetas blancas, y otras amarillentas para reflejar
el paso del tiempo, con las palabras with [con] y now [ahora] en su anverso y
reverso: el con y el ahora que operan como registros de un
nutricionismo cuyo origen ignoramos.
La serie, aún abierta,
de seis piezas fotográficas Referentes
ausentes (2014-2018) nos muestra imágenes de los soportes alimenticios y de
las huellas “sacrificiales” de los restos de animales que quedan al preparar
nuestras comidas. Y en Txupachups
(2018), una composición con nueve imágenes que forman una unidad, vemos a un
gallo al que se le ha implantado una prótesis en su pata izquierda. Lo sepamos
o no, ahí está: los animales, nuestros semejantes. A los que comemos, sin saber
qué comemos.
Una de las nueve imágenes que componen Txupachups (2018). Impresión Inkjet en papel Canson Photographique, moldura y bastidor de aluminio 150 x 180 cm. (conjunto).
En definitiva, somos
parte de la naturaleza, a la que a la vez devoramos y contemplamos con
ignorancia. Franquelo-Giner quiere situarnos más allá de la mera ensoñación
romántica de lo natural. Y así, en una de las piezas más intensas de la
exposición: El vigilante (2018), nos
transmite fotográficamente la figura de un vigilante de museo sentado, al
cuidado de un entorno natural con árboles, vegetación, y restos de nieve en la
colina que se sitúa al fondo. La naturaleza, en todas sus dimensiones: lo
vegetal, lo animal, lo humano, ha de tener el mismo cuidado que la educación,
la cultura y las artes.
El vigilante (2018). Impresión Inkjet en papel Canson Photographique, dibond, moldura de roble y bastidor de aluminio, 145 x 160 cm.
Con su trabajo, Manuel
Franquelo-Giner llama la atención sobre lo desmesurado, lo incontenible, que se
ha instalado entre nosotros: una lógica del beneficio comercial que imperiosamente
configura nuestros hábitos de consumo, sin que quede ningún margen de control.
Con sus imágenes intenta visualizar una jerarquía de poderes que torna
invisibles no ya sólo los alimentos, sino el mismo latido vital de la especie
humana. Respiremos, recuperemos el habla de la vida.
* Manuel Franquelo-Giner: Un elefante en la habitación; Centro
de Arte Alcobendas, Madrid. Del 27 de junio al 1 de septiembre de 2018.
* Publicado en ABC Cultural
(http://www.abc.es/), nº 1.338, 14 de julio de 2018, pg. 21.