domingo, 16 de septiembre de 2018

Exposición de Eugenio Ampudia en la Sala Alcalá 31, Madrid


El sueño del arte


Eugenio Ampudia (Valladolid, 1958) es uno de nuestros artistas actuales de mayor relieve e impulso creativo. La Comunidad de Madrid presenta ahora en la Sala Alcalá 31 una excelente muestra, muy bien articulada, que nos da una síntesis retrospectiva de su trabajo, junto a una monumental instalación, de gran formato, especialmente concebida para esta ocasión.

Sostener el infinito en la palma de la mano, 2018 [simulación] (2018).
Instalación ex profeso [Site-specific installation]

El proyecto se despliega en tres ejes temáticos concretos: tiempo, juego, dormir, a través de 16 obras: una instalación interactiva, Sostener el infinito en la palma de la mano, que da título a la exposición, otra vídeo-instalación interactiva, tres vídeo-instalaciones, y once vídeos. Se trata de propuestas de gran formato, y en las que el diálogo con los públicos, buscando su interacción con lo que las obras plantean, tiene un papel central.
Sostener el infinito en la palma de la mano (2018) ocupa prácticamente todo el espacio central de la planta baja de la sala, excepto la pared de fondo donde se sitúan las imágenes de Collectors (2009), imágenes de obras referenciales del arte del siglo veinte que van siendo proyectadas por el público cuando activa los botones de selección que siguen las pautas del vídeo-juego Tetrix.

Collectors (2009).
Vídeo-instalación interactiva

La primera instalación está concebida como introducción al recorrido, y está constituida por un conjunto de piezas escultóricas de gran formato, con maquinaria y manecillas de reloj, completamente abiertas a la mirada del espectador. Como las manecillas se mueven, siguiendo el curso del tiempo, el paso que permiten a los visitantes también se va alterando levemente, con lo que va cambiando el recorrido.
La posibilidad de una visión plena de esta gran instalación desde la planta de arriba te permite apreciar los ajustes y matices del paso del tiempo. Y es especialmente interesante ver cómo la sombra de las manecillas se proyecta por delante de su movimiento, en una especie de anticipo de lo que va a pasar. El tiempo. La cifra del tiempo. El título de la obra está tomado de un poema de William Blake en el que leemos: “Para ver un Mundo en un Grano de Arena / Y un Cielo en una Flor Silvestre / Sostén la Infinidad en la palma de tu mano / y la Eternidad en una hora.
En Collectors, al presionar los botones el visitante forma un conjunto de imágenes de obras, una colección, que sin embargo puede desvanecerse si los botones van más allá del número de imágenes que se pueden proyectar, lo que terminaría siendo una colección perdida. La carga irónica que aquí aparece: de “tener todas las obras” (en imagen) a quedarse sin ninguna, es una línea continua del trabajo de Eugenio Ampudia, claramente presente en todas las obras de la muestra.

En juego (2006).
Vídeo monocanal con sonido.

En los espacios laterales de la planta baja se reúnen dos vídeo-instalaciones con proyecciones de luz, imágenes y textos sobre estantes de libros: los libros palpitan, están vivos. Y también cuatro proyecciones de vídeo, en pantallas de gran formato, en las que la carga irónica es igualmente intensa. En una de ellas: En juego (2006), el balón de fútbol se sustituye por un libro de arte (El impacto de lo nuevo, de Robert Hughes). En otra: Rendición (2006), vemos a saltadores de pértiga realizando su acción, pero al final descubrimos que en lugar del listón saltan sobre La rendición de Breda, de Velázquez. En Prado GP (2008), un motorista recorre a toda velocidad las salas del Museo del Prado. Y en Museum and Space (2011), el edificio del Museo Guggenheim de Nueva York aparece lanzado hacia el espacio como una nave espacial.
Eugenio Ampudia habla plásticamente con el lenguaje visual de nuestro tiempo, pone las imágenes en movimiento. Pero, obviamente, confronta la cultura, las artes, con los deportes, los espectáculos masivos, cuestionando dónde se sitúa nuestra mirada, y nuestra capacidad de reflexión y conocimiento. En todos estos vídeos, como en Collectors, habita el juego, que Friedrich Nietzsche consideraba atributos del niño y del artista, y en Así habló Zaratustra como “la rueda” que impulsa la tercera transformación del espíritu en niño.

Dónde dormir 1 (Goya) (2008).
Vídeo monocanal con sonido.

Los dos espacios laterales de la planta superior reúnen la primera presentación completa de la serie Dónde dormir, siete vídeos datados entre 2008 y 2018, junto a la vídeo-instalación El sueño de todo artista (2000). Los vídeos son síntesis de acciones de Eugenio Ampudia durmiendo en espacios culturales, y tienen como complementos un conjunto de colchonetas sobre las que los visitantes pueden dormir, una acción que aconsejan tanto el artista como la comisaria de la exposición.

El sueño de todo artista (2000).
Instalación.

El sueño de todo artista, que obviamente está en la raíz de la serie Dónde dormir consiste en una cama tendida en el suelo e iluminada, complementada con el canto cortado de la Reina de la Noche (La flauta mágica, Mozart), avellanas, una botella de agua, un lápiz, y libretas donde anotar y dibujar lo que viene en la noche, la raíz del sueño artístico. Eugenio Ampudia: experimentar el paso del tiempo, jugar, dormir. Tal vez soñar.



* Eugenio Ampudia: Sostener el infinito en la palma de la mano; Sala Alcalá 31. Comisaria: Blanca de la Torre. Del 13 de septiembre al 4 de noviembre de 2018.

* Publicado en ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.343, 15 de septiembre de 2018, pp. 22-23.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Exposición de Ricard Terré en la Sala del Canal de Isabel II


El relato de la vida

No cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero fue. Y la fotografía, como soporte documental, permite mantener los momentos y ritmos del pasado en el flujo de la memoria. En ese contexto se sitúa la recuperación de una de las figuras históricas de la fotografía en España más relevantes: Ricard Terré (1928-2009), con una exposición que reconstruye el conjunto de su trayectoria.

Barcelona (1957). 

Nacido en el seno de una familia acomodada en Sant Boi del Llobregat, Terré estudió en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona. Pero pronto empezó en el mundo del arte, como pintor y sobre todo como caricaturista. Y de ahí, a la fotografía, ya en 1955, cuando se une a la Agrupación Fotográfica de Cataluña. Como señala en el catálogo su hija Laura, historiadora de la fotografía y comisaria de la exposición, el propio Terré decía que la formación de su estilo tenía su origen preciso en la caricatura y el jazz.
En 1958 se unió al grupo fotográfico AFAL, uno de los colectivos de fotógrafos más importantes en la renovación de la fotografía en España, que tuvo como soporte principal la revista AFAL, editada desde 1956 por la Agrupación fotográfica almeriense. Ricard Terré formó parte de su comité de dirección. Y, por cierto, es oportuno indicar que Terré está presente, con 23 fotografías, en la exposición que el Museo Reina Sofía dedica, también en estas fechas, al Grupo AFAL. La comisaria es, igualmente, Laura Terré.

Santa María de Ribarteme (1960). 

En 1959, Ricard Terré deja Cataluña y se instala en Vigo. Parece que allí no encontraba suficiente motivación para continuar con su actividad anterior, y en 1960 deja la fotografía para dedicarse exclusivamente a sus negocios y a su familia. Tras un largo periodo: 22 años después, en 1982 volvió a la fotografía, recorriendo como escenarios Galicia y Portugal. Sus últimos trabajos son series cerradas.
Algo que llama la atención es que, a pesar de esa larga interrupción, sus fotografías, siempre en blanco y negro, mantienen una profunda unidad temática y estilística. Y otro aspecto: a pesar de su participación en grupos que buscaban la renovación de la fotografía en España en la difícil situación de los años cincuenta, Ricard Terré mantuvo siempre una línea propia, intensamente individual. Eso sí, un rasgo de su forma de entender el acto fotográfico era “la proximidad a los individuos que fotografiaba”, como él mismo manifestó públicamente, según recuerda Christian Caujolle, uno de los fundadores y director artístico de la agencia fotográfica VU. Con sus fotografías, Terré estuvo siempre a pie de tierra.

Entroido, Vigo (1992). 

La exposición reúne 119 fotografías, que se articulan en cuatro secciones temáticas: Presentación/Cruces, La infancia, La muerte, y Los días. Laura Terré indica que a su padre le hacían reír las interpretaciones trascendentes de algunas de sus fotografías casuales, y que nunca se detuvo en la explicación literaria de sus imágenes. En todo caso, lo que en mi opinión, les da unidad y coherencia es su capacidad para fijar los instantes: en las calles, en los ámbitos rurales, en las prácticas ceremoniales.

Entroido, Vigo (1992). 

Obviamente, todo ello tiene que ver con la intención, con la finalidad, que alentaba desde los años cincuenta en la fotografía. Y, naturalmente, en este punto la referencia al texto de Henri Cartier-Bresson sobre “el instante decisivo” (1952) resulta fundamental. En él, leemos: “Caminaba todo el día con el espíritu tenso, buscando en las calles tomar fotos en vivo, como delitos flagrantes. Deseaba, sobre todo, coger en una única imagen lo esencial de una escena que surgía.”
Tomar fotos en vivo, fijar los instantes concretos, me parece la intención que sustenta toda la trayectoria fotográfica de Ricard Terré. Sus imágenes son juegos y desplazamientos visuales: metáforas y metonimias, de lo que está pasando. Para así transmitir un sentido, un significado, general a partir de lo concreto.

Braga, Portugal.

Los seres humanos pasando por todas las fases de la vida, de la infancia a la muerte. Pasando por las calles. Participando en ceremonias y rituales. La fotografía, a través de su pluralidad concreta, nos transmite un itinerario, el relato de la vida. Y al mirar esos espejos de lo concreto nos vemos inevitablemente reflejados. Como escribió Antonio Machado, en uno de sus «Proverbios y cantares»: “busca en tu espejo al otro, / al otro que va contigo.” Unos y otros. Ricard Terré, las fotografías como espejos de la vida humana.


* Terré; Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid. Comisaria: Laura Terré. Del 8 de septiembre al 11 de noviembre de 2018.

* Publicado, en versión reducida, en ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.341, 1 de septiembre de 2018, pg. 23.