Así era la vida
Habituados
como estamos a que las cámaras registren hasta la saciedad los mínimos gestos y
situaciones de la gente “famosa”, de los depositarios del “glamour” y del
dinero, o de los profesionales de la política, esta exposición del gran
fotógrafo estadounidense Bruce Davidson (Oak Park, Illinois, 1933) es un
auténtico soplo de aire fresco. La muestra llega a Madrid después de su
presentación en Barcelona. Tras ello, iniciará una itinerancia internacional que
la llevará a Italia y Holanda. Y podrá verse en la Sala Rekalde, de Bilbao, en
2018.
Birmingham, Alabama, 1963.
Davidson
es uno de los fotógrafos más reconocidos de la Agencia Magnum, en la que
ingresó en 1958, con sólo 25 años, tras su encuentro con Henri Cartier-Bresson.
En la exposición se presentan 190 impresiones fotográficas, todas ellas en
blanco y negro, copias vintage y
modernas, en 18 secciones ordenadas cronológicamente, además de un conjunto de
publicaciones y documentos. Las secciones coinciden con series, siguiendo el
criterio de ordenamiento de su trabajo del propio Davidson.
Está
claro que la imagen fotográfica es el resultado de una construcción visual, que
integra elección temática, ocasión, enfoque, encuadre, y no pocos aspectos
técnicos en el proceso de revelado e impresión. Y lo que uno advierte de modo
inmediato recorriendo la muestra, empezando por un magnífico y explícito
autorretrato de un jovencísimo Davidson con su cámara ante un espejo (París,
1956), es que en su caso la imagen fotográfica se concibe como una vía para
introducirse y dialogar con aquello que se registra.
Gales, 1965.
Claro,
lo habitual es que esa presencia del fotógrafo no sea manifiesta. Pero está
siempre en sus imágenes de modo latente. De forma retrospectiva, el propio
Bruce Davidson indicó lo siguiente: “Encontré mi camino en la vida a través de
la lente de la cámara. La usé para plasmar mis sentimientos sobre el mundo.
Todavía lo hago.” Eso es, sentimientos
sobre el mundo a través de la imagen.
Con
esa clave: nada de distancia, sino integración con lo que pasa, y de un modo
particular con la gente, con las personas, Davidson nos da un impresionante y
profundo registro de cómo era la vida de distintos grupos y sectores humanos
ubicados en los planos más bajos o excluidos de la sociedad. Por las fechas de
su trabajo, podemos así recorrer, como si estuviéramos ante un espejo, las
formas de vida y experiencia de distintos grupos humanos a lo largo de la
segunda mitad del siglo XX, de los que normalmente se transmiten imágenes sólo
de manera bastante marginal.
Calle 100 Este, Harlem, Nueva York, 1966-1968.
Desde
los años cincuenta hasta los ochenta: una pareja de ancianos en Arizona; una
viuda en París; un enano en el circo; bandas juveniles de Brooklyn; los viajes:
Inglaterra, Escocia, Sicilia, México, Chicago, Los Ángeles, España, Gales; la
segregación racial en Estados Unidos: las luchas y movilizaciones, o el
escenario de Harlem; los emigrantes judíos en Nueva York, supervivientes del
holocausto y vecinos de una comunidad integrada; las personas que viajan en el
metro de Nueva York. En todos los casos, imágenes de la exclusión. Así era la
vida.
En
palabras de Bruce Davidson: “En mi búsqueda quería experimentar, destapar y
exponer las bases de la segregación y el clima de pobreza que atravesaba el
país. Necesitaba ver por mí mismo lo que la gente estaba soportando y lo que ya
no se iba a tolerar más.” Esa es la clave: la construcción visual del
fotógrafo, determinada por el compromiso de sus sentimientos con el mundo, se
convierte en impulso moral para hacernos ver lo que habitualmente no se ve, lo
que los poderes difusos ocultan.
Central Park, Nueva York, 1992-1995.
En
sus últimas series, desde los pasados años noventa hasta 2013, Davidson centra
su atención en la naturaleza, también excluida, deteriorada, o encerrada, por
nosotros mismos. En esta línea: Central Park de Nueva York, naturaleza de París
y naturaleza de Los Ángeles. Lo natural como refugio y aislamiento en el
vértigo absorbente de las grandes ciudades, en las que edificios y monumentos
dialogan con el aliento ensimismado de los árboles y plantas, el agua, y la luz
en la atmósfera.
En
definitiva, imágenes de la exclusión, tanto de lo humano como de lo natural.
Así era la vida. ¿Hemos conseguido avanzar de forma decisiva en la superación
de la exclusión…?
* Bruce Davidson. Comisario: Carlos Gollonet. Fundación
MAPFRE, Madrid. Del 13 de septiembre al 15 de enero de 2017.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.250, 1 de octubre de 2016, pp. 22-23.
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