Unidad en los cambios
Se atribuye al pensador presocrático
Heráclito de Éfeso (535-475 a. C.) la fórmula pregnante: “todo fluye”, en
griego “pánta rei”, como expresión
del movimiento incesante y metamórfico de todas las cosas. Se trata, sin
embargo, de un planteamiento que, junto a la idea subsiguiente de que “no
puedes bañarte nunca dos veces en el mismo río”, fue quizás fijado después,
como recepción del pensamiento enigmático de Heráclito ya en la filosofía
naciente, por Platón y por Aristóteles. Probablemente fue un discípulo de este
último, Simplicio, quien en su comentario a la Física de Aristóteles acuñó la fórmula, al señalar que los
“fisiólogos” en torno a Heráclito habrían dicho “que siempre todas las cosas
fluyen (pánta rei) y que en el mismo
río no puedes entrar dos veces”.
Blanca Gracia: Hombre intermitente metamórfico (2016).
Acrílico sobre lienzo, 54 x 65 cm.
El pensamiento enigmático de Heráclito
planteaba la unidad dialéctica, metamórfica, de los contrarios: “día/noche,
invierno/verano, guerra/paz, hartura/hambre: todos los contrarios juntos, ése
es el pensamiento”. Frente al pensamiento que contrapone unidad y diferencia,
en Heráclito se afirmaba la unidad en la contradicción, a través del cambio incesante, metamórfico,
de todas las cosas. Lo estable, lo permanente, sería pues simplemente una ilusión.
Blanca Gracia: Tabula rasa (2016).
Acrílico sobre tabla, 4 x 5,5 cm.
Resulta imprescindible esta breve
síntesis como introducción a la exposición de una joven artista: Blanca Gracia
(Madrid, 1989), cuyo título: “Pánta rei o
los objetos desobedientes”, remite expresamente a Heráclito. ¿Cómo…? Seguro que
se preguntarán ustedes, ¿el arte actual invocando en sus planteamientos las
cuestiones abiertas en el tiempo lejano de la filosofía naciente, allá por el
s. VI a. C.? ¿Es eso posible…? Pues sí, y en una línea intensamente sugestiva y
abierta desde un punto de vista específicamente artístico.
Blanca Gracia centra su mirada, y sus
ejercicios de representación plástica, en el proceso aceleradamente cambiante
que vivimos cada día en el mundo de hoy. Y lo hace estructurando una propuesta
en la que las propias piezas, diferentes en soportes y tamaños, se articulan
sin embargo como unidad. Los objetos son “desobedientes” porque, según se
afirma en el texto de presentación de la exposición, “lo que nos rodea se encuentra
en un movimiento constante”. Algo que tiene su expresión en “la fluidez de nuestro
presente socio-político y el derretimiento de todas aquellas instituciones que
considerábamos algo sólido e inamovible.”
Blanca Gracia: Hay que imaginar a Sísifo feliz (2016).
Acrílico sobre tabla, 9 x 12 cm.
Las piezas, con sus diferencias, vibran
en esa unidad. Se exponen 22 dibujos sobre papel, 1 tríptico grande a la
acuarela sobre papel, 9 pinturas acrílicas sobre lienzo que van creciendo desde
un formato pequeño hasta otro más grande y finalmente, a modo de síntesis, 1
vídeo en el que un supuesto sabio ruso expone el proceso incesante de cambio de
todas las cosas, en un discurso que se ilustra con las propias obras que vemos
en la sala de la muestra.
Lo decisivo es que así Blanca Gracia
consigue expresar, desde una sensibilidad de hoy, el profundo desajuste que
vivimos precisamente porque nada es estable. Algo que hay que poner en relación
con la intensísima multiplicidad de imágenes, todas ellas cambiantes y fugaces,
que nos asedian e impiden el flujo del conocimiento y la experiencia real de
las cosas. Imágenes masivas, redundantes en las formas de expresión y a la vez
cambiantes en aquello a lo que remiten. Como un velo, como una cortina icónica,
que sólo nos deja consumir, pero que impide el distanciamiento de la visión. El
que posibilita pensar, articular las preguntas acerca de lo que vemos.
Blanca Gracia: Fotograma de la vídeo-instalación Los desobedientes (2016) [2'38''].
Y todo esto, con el flujo incesante en
los soportes actuales de transmisión comunicativa hacia un entorno digital, es
lo que nos permite ver, experimentar,
Blanca Gracia con su propuesta: en el cambio incesante hay unidad. Muchos
siglos después, unidad en la contradicción, como Heráclito planteó.
Debo decirles, por último, que me causó
bastante sorpresa el modo como se presenta esta muestra de tanto interés. En la
sala no hay ni un solo rótulo con los títulos y referentes de las distintas
piezas. El texto de pared, que coincide con el que se recoge en el pequeño
díptico editado, no está firmado, y no se sabe si la muestra tiene un comisario
o comisaria. No hay catálogo. Y, por último, no se da la más mínima información
sobre la artista. Las exposiciones son para los públicos, para la gente, y las
instituciones que las producen tienen la obligación de transmitir, de la manera
más precisa posible, todos los elementos que faciliten su alcance y
comprensión.
*
Blanca Gracia: Pánta rei o los objetos
desobedientes. Centro de Arte Alcobendas, Madrid. Del 16 de septiembre al 15 de octubre de 2016.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.248, 17 de septiembre de 2016, p. 20.
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