El bosque de imágenes
Una de las exposiciones de
mayor interés en Europa durante el verano es la que el Centro Pompidou dedica
al gran artista pop Roy Lichtenstein
(1923-1997). Con un orden cronológico, en un montaje limpio y accesible, se
presentan más de cien obras: dibujos, pinturas, esculturas, grabados y
cerámicas. Desde sus inicios a comienzos de los años cincuenta, pasando por su
primera obra pop: Mira Mickey (1961), en la que el Pato
Donald habla con Mickey Mouse, hasta las pinturas y esculturas en diálogo con
China de 1996-1997, ya al final de su vida, podemos recorrer una completísima
selección del itinerario creativo de Lichtenstein.
Mira Mickey [Look Mickey] (1961).
En ese recorrido, algo que
salta de modo inmediato a la vista es el carácter propio, personal, del estilo de Lichtenstein. Sus obras
mantienen un sello formal continuo, desde los años sesenta hasta el final, que
las hace distintas y reconocibles. Pocos artistas de nuestro tiempo han sido
capaces de alcanzar de modo tan intenso un signo personal en sus obras, algo
que resulta más curioso si pensamos que Lichtenstein, como los demás artistas pop, desarrolla su trabajo a partir de
las imágenes masivas: comunes, compartidas, de la cultura de masas. Su
originalidad no está en los materiales, sino en su forma de apropiación.
Hot Dog (1964).
Porcelana esmaltada sobre acero, 61,2 x 122,2 cm. Centro Pompidou, París.
Lichtenstein aísla, corta,
cambia de contexto la imagen mediática, e introduce además en sus piezas un
tratamiento frío y esquemático, con gamas cromáticas atenuadas, puntos y
granulaciones, que permiten apreciar aquello que en el intenso bombardeo
icónico de cada día apenas podemos percibir: su carácter de simulacro. En una
entrevista de 1981, Lichtenstein indicaba que le gustaba dibujar como los
diseñadores industriales, convirtiendo la imagen en "un esquema, en un
diagrama". En el trasfondo de esa actitud, hay una consciencia y una
voluntad críticas: se trata de
desvelar, como él mismo subraya, el carácter "irreal" de lo que normalmente
se toma como real. La imagen mediática impone su carácter esquemático en todo
lo que vemos, haciendo pasar lo que es simulacro, derivación, como realidad
inmediata e inapelable.
En su mirada al mundo
superpoblado de imágenes que nos rodea, Lichtenstein introduce un
distanciamiento, un corte de lo que habitualmente nos llega como un continuo en
forma de imposición. En los años sesenta, hacía notar que el interés de los
artistas pop estaba centrado en las
características más cínicas y amenazantes de nuestra cultura, "en esas
cosas que detestamos, pero que tienen también la fuerza de imponerse sobre
nosotros". En su obra, las imágenes publicitarias pierden su impronta
autoritaria y de caliente excitación, adquiriendo una desnudez fría, despojada:
se convierten en formas flotantes. Con los dibujos animados o las viñetas de
cómic, cortados y descontextualizados de su flujo narrativo, magnificados de
escala, nos lleva a una especie de espejo plástico, entreverado de nostalgia,
en el que destella la incertidumbre y la soledad, pero también las emociones y
afectos que siguen siendo centrales en la existencia humana en nuestras
sociedades de masas.
Bodegón a partir de Picasso [Still Life after Picasso] (1964).
Magna sobre plexiglás, 121,9 x 152,4 cm. Cololection of Barbara Bertozzi Castelli.
Otro aspecto a destacar es su
apropiación de las imágenes ya dadas,
preexistentes, de obras artísticas. Monet, Matisse, Mondrian, Brancusi, Fernand
Léger, Picasso, o el expresionismo alemán, al que dedica su exposición paralela
la Galería Gagosian. Aquí opera plenamente la consciencia de lo que supone
vivir en la era de la reproducción técnica de la imagen. Lichtenstein señaló
que él siempre partía no de las obras originales, sino de reproducciones. Una
forma de indicar que todo lo que vemos, a través de los canales mediáticos,
"es de segunda o tercera mano". Se trata, en definitiva, de desvelar
los mecanismos de encubrimiento y deformación que se apoderan de nuestra
visión. De intentar aprender a ver,
parafraseando a Baudelaire, en este bosque de imágenes.
* Roy Lichtenstein, comisaria: Camille Morineau; Centro Pompidou, París,
3 de julio – 4 de noviembre de 2013.
Lichtenstein:
Expressionism (1992); Gagosian Gallery, París, 1 de julio - 12 de octubre
de 2013.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1102, 20 de julio de 2013, pg. 24.
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