En su trayectoria fue
teniendo una importante presencia en distintos medios de prensa, como Cambio
16 o El País entre muchos otros. Fue fundador y director de la importante
agencia fotográfica española COVER. Y en el ámbito del cine también
desarrolló una notable actividad, produciendo fotogramas de una notable calidad
para películas.
La muestra es una
reconstrucción muy bien articulada de sus cincuenta años de actividad
fotográfica, en la que se presenta una amplia selección de fotografías, junto
con documentos, así como revistas y publicaciones en las que se puede apreciar
su trabajo como editor gráfico, algo que siempre ha tenido para él una gran
importancia.
El título de la
exposición: Al final de la escapada, es un claro eco de la importancia
del cine para Socías, ya que reproduce el título que se le dio en España a la
película de Jean-Luc Godard À bout de souffle (1960). Y además expresa
el carácter dinámico de toda su actividad, algo que puede apreciarse en una
frase suya en una de las paredes de la sala expositiva: “Nunca estoy de vuelta,
estoy de ida todo el rato.” Su trabajo fotográfico se concibe como un ir y
venir permanente a través de las imágenes.
Organizada en cuatro
secciones temáticas, y no con una distribución cronológica, la exposición
establece un diálogo profundo que se transmite muy bien a los públicos, con las
obras de Jordi Socías. Es algo que tiene que ver con la gran calidad del montaje,
en el que las piezas que se presentan van siempre acompañadas de sus títulos y
elementos referenciales.
El recorrido por la sala
expositiva nos lleva de abajo a arriba, desplazándonos por la estructura de lo
que fue un depósito de agua. Al llegar, ya vemos en las paredes, en una
disposición circular, fotografías en impresiones de gran formato. Y
distribuidos en mesas con vitrinas, un conjunto de documentos que nos llevan a
la memoria personal de Socías. Además de algunas de sus fotos en diversas
publicaciones, también se presentan algunas revistas de fotografía, moda y
diseño, que circulaban fuera de España y que llamaban su atención.
Según vamos subiendo,
vamos recorriendo sus fotografías, desde esa que marca el inicio de su
trayectoria, la del cine LUMIÈRE, en Bellvitge, Barcelona (1975), muy cerca del
lugar donde entonces vivía. La captación de lo cotidiano, de la vida en las
calles, se convierte en una cuestión central de su horizonte fotográfico. Y en
otro texto suyo en la pared leemos: “La calle es como una gran puesta en escena
por donde transcurre la vida, las emociones y las personas.” Así, viajamos con
él, con sus imágenes, por las calles de un amplio y diverso conjunto de
ciudades.
Los retratos son otro de
los elementos centrales de su obra. Tanto de personas anónimas, como de
celebridades: escritores, artistas, gente del cine, pensadores… Es ahí donde se
sitúa una de las fotografías más conocidas de Socías: su retrato de Salvador Dalí
(1979), que marcó el despertar de su reconocimiento público, y que es todo un
signo de cómo en él la fotografía supone mirar para llegar a ver hasta el fondo
de las cuestiones. Lo que en este retrato vemos es una transposición
fragmentaria del lado izquierdo de la cara de Dalí, con su ojo izquierdo y en
un corte transversal, la frente, la nariz, el bigote y los labios. Dalí,
partido. Pero su ojo, pleno de intensidad.
La presencia del cine es
recurrente: habrá muy pocos que no tengan presente esa imagen de miradas
recíprocas de Rossy de Palma y Pedro Almodóvar (1988), que nos habla de la
confluencia de las miradas y la visión en todas sus dimensiones. El cine
siempre ha sido para él un elemento referencial, y comenzó a producir fotos
fijas para la película Operación Ogro (1980), de Gillo Pontecorvo, y a
continuación en otras tres de Manuel Gutiérrez Aragón, entre 1982 y 1984. La
última de las cuales fue Feroz, donde el actor Javier García encarna la
figura del hombre-oso que aparece con un perro y que está también, en este caso
con el propio Socías, en su Autorretrato con Feroz (1984).
Todo ello está en esta
excelente muestra. En la que podemos apreciar la intención de observar hasta el
fondo, siempre presente en las imágenes de Jordi Socías. En otro texto en la
pared leemos: “Yo me dedico a la observación y con esta intención he construido
mi trabajo como fotógrafo en los últimos cincuenta años.”
Lo que sus fotografías nos traen son las imágenes de la vida, en sus diversas fases, ubicaciones, momentos, y diversas pautas de representación. Porque la vida ha sido siempre, es y será, representación: puesta en escena. Algo que se ha intensificado profundamente en los últimos tiempos, desde que vivimos en lo que Guy Debord llamó “la sociedad del espectáculo”. Eso es lo que nos traen las fotografías de Jordi Socías: en su diversidad, los espectáculos de la vida.
* Jordi Socías, Al final de
la escapada. Comisaria: Lucía Laín. Sala Canal de Isabel II, Madrid.
Del 22 de febrero al 21 de abril.
* Publicado en EL CULTURAL:
- Edición impresa, 22 – 28 de marzo, pgs. 28-29.
- Edición online: https://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20240330/jordi-socias-espectaculo-vida-escandalo-belleza-retratismo-espanol/840166330_0.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario