Distribuidas en 11
secciones con el nombre de galerías, situadas en los diversos niveles y pisos
del edificio, se han reunido unas 115 pinturas, la mayoría de grandes formatos,
desde sus inicios en los años treinta hasta el final de su vida en los años
sesenta. El montaje tiene un enfoque cronológico, que permite apreciar, a
través de las diversas fases y temáticas, la síntesis poética y conceptual que
en todo momento constituyó el núcleo de la búsqueda artística de Rothko.
Sus inicios, en los años
treinta, nos permiten descubrir en el origen un planteamiento figurativo de
carácter expresionista. Al entrar en la sala, llama inmediatamente la atención
el único autorretrato de Rothko, realizado en 1936. Lo
mismo ocurre con las escenas del metro con figuras alargadas como las de las columnas
a las que están unidas o sentadas. Y encontramos también dos desnudos
femeninos en interiores, uno de pie y otro sentado, realizados entre 1938 y
1939.
Entonces, en los años
finales de la década de los treinta, decide abandonar la representación de la
figura humana para no mutilarla, según el propio Rothko indicaría en uno de sus
escritos. En esa fase se dedica a escribir un texto teórico sobre la pintura,
que tras su muerte sería titulado The Artist’s Reality [La realidad
del artista]. En los comienzos de los cuarenta retorna a la pintura, junto
a sus amigos Adolph Gottlieb y Barnett Newman, con obras en contacto con el
surrealismo, que muestran estructuras biomórficas.
A finales de 1946, Rothko
se sitúa plenamente en la no figuración, que será la característica permanente
de su trayectoria hasta el final de sus días. Las etiquetas suelen situar ahí
el comienzo de “la abstracción” en Rothko, con la serie Multiforms [Multiformes]
(1946-1948), pinturas que integran planos rectangulares de color superpuestos
dinámicamente, y que ciertamente marcan lo que será su estilo definitivo.
En línea con lo que vengo
señalando, creo muy oportuno señalar lo que recogió Sophie Tracy en su escrito que
forma parte de un homenaje a Rothko publicado en 1976. Cuando ante uno de sus
cuadros ella le preguntó: “¿Es esto el arte abstracto?”, Rothko respondió: “Mi
arte no es abstracto, vive y respira.” Y en otra publicación, de 1973, se
recoge otra indicación de Rothko de gran interés: “Yo me convertí en pintor
porque quería elevar la pintura al mismo nivel de intensidad que la música y la
poesía.”
Rothko pasó en pintura de
la figuración a la no figuración, pero manteniendo en todo momento la
intensidad en su búsqueda de la representación que está siempre presente en las
grandes obras artísticas en todos los géneros y soportes. En todas ellas hay siempre
abstracción, intensidad conceptual de las formas, y eso es lo que también
encontramos en los inicios figurativos y en las posteriores etapas no
figurativas de la trayectoria de Rothko.
© 1998 Kate Rothko Prizel & Christopher Rothko - Adagp, Paris, 2023.
A partir de 1956, los
colores en sus cuadros se ensombrecen, y los formatos evolucionan. Encontramos
en ellos estructuras ya no sólo verticales, sino también horizontales. Y en la
serie de los Seagram Murals [Murales Seagram] (1956-1958),
realizada para un restaurante en Nueva York, las formas pictóricas dialogan con
la arquitectura en sus espacios interiores.
La serie Blackforms
[Formasnegras] (1964-1967) se estructura con mezclas de colores: negro,
marrón, rojo y violeta, y soportes técnicos diversos de los materiales usados
que exigen una intensa concentración visual para poder verlos en plenitud. Y ya
como episodio final, en la serie Black and Gray [Negro y gris] (1969-1970)
advertimos una nueva composición, con dos partes separadas por una línea
continua, un rectángulo negro en la zona superior, y otro gris en la inferior.
Negro era el momento para Rothko, con mal estado de salud y una situación
depresiva, que daría lugar a su suicidio el 25 de febrero de 1970.
En su madurez, el
lenguaje pictórico de Mark Rothko tiene como clave fundamental la comunicación
entre las formas visuales y la interrogación de nuestra interioridad. De ahí la
necesidad de mirar sus pinturas en silencio y concentración, hasta que llegamos
a percibirlas como espejos de lo que está dentro. La expresión directa de los
colores, insertos en planos geométricos dinámicos, en sintonía con las formas
expresivas de la música y la poesía, nos sitúa en la búsqueda de la luz para la
vida. En 1956, Rothko indicó: “No estoy interesado en el color. Es de la luz de
lo que estoy detrás.” Esa es la cuestión central: ¿dónde está la luz…? Ahí nos
lleva Rothko con sus obras.
* Mark Rothko. Comisariado: Suzanne Pagé y Christopher Rothko. Fondation Louis Vuitton, París. Del 18 de octubre de 2023 al 2 de abril de 2024.
* Publicado en EL CULTURAL:
- Edición impresa, 29 de diciembre de 2023– 4 de enero de 2024 , pgs. 26-27.
- Edición online: https://www.elespanol.com/el-cultural/arte/arte_internacional/20240105/mark-rothko-principio-fin-exposiciones-imprescindibles-ano/822417997_0.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario