domingo, 28 de febrero de 2016

Esther Ferrer en el CEART de Fuenlabrada


Las sillas y el tiempo 

En la excelente línea de programación que mantiene, algo que hay que destacar especialmente pues se trata de una institución municipal por lo que constituye todo un ejemplo, el Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada presenta una magnífica exposición de Esther Ferrer (San Sebastián, 1937). La trayectoria artística de Esther Ferrer es particularmente relevante. Su inicio se sitúa en su incorporación en 1967 al grupo Zaj, fundado en Madrid en 1964 por Ramón Barce, Juan Hidalgo y Walter Marchetti, que desplegaba un planteamiento artístico transgresor y multimedia, en sintonía con lo que en la escena internacional proponía Fluxus.
 
 
El arte de acción, y su síntesis en el lema “ver, oír, tocar”, constituyó el núcleo de las actividades de Zaj, que disminuyeron bastante hacia los años ochenta. Esa impronta siguió siendo después muy importante en el trabajo artístico individual de Esther Ferrer, con propuestas de performances particularmente bien concebidas, y con una entrega física y mental de la propia artista en sus acciones de gran intensidad plástica y moral. Junto a ello, Esther Ferrer fue también realizando obras de una gran calidad utilizando como soporte la fotografía. Y así mismo, con cuidadas instalaciones en las que utiliza objetos y formas fuera de su sitio habitual, o líneas, proyecciones geométricas, e impactos de color.
 
 
La trayectoria artística de Esther Ferrer se ha ido desarrollando fundamentalmente entre España y Francia, y entre las numerosas distinciones recibidas por su trabajo conviene recordar la concesión del Premio Nacional de Artes Plásticas en 2008 y, más recientemente y con todo el merecimiento, el Premio Velázquez en 2014. Lo interesante de esta exposición, brillantemente articulada por Margarita de Aizpuru, es que sin ser una “retrospectiva”, permite una visión transversal de los distintos ejes y motivos del trabajo de Esther Ferrer junto a una serie de obras específicamente concebidas para esta ocasión, y en las que alientan su espíritu crítico, su inconformismo plástico y moral, característicos.
 
 
Entre las piezas e instalaciones que vamos viendo, con un cuidado montaje y una utilización abierta a las posibilidades de despliegue y encajes superpuestos que permiten los espacios del CEART, destacan las numerosas sillas, en conjuntos que forman instalaciones concretas, o también aisladas. Desde una Silla Zaj (1974), en cuyo respaldo hay un cartel que dice: “SIÉNTESE EN LA SILLA / Y PERMANEZCA SENTADO / HASTA QUE LA MUERTE LES SEPARE”, a  la silla Retrato imaginario  de E. Satie (años 80), o las tres sillas suspendidas en el aire y que representan a Las tres gracias (1999). Aunque, claro, el mayor impacto lo provoca la amplísima instalación, un reguero de sillas que suben hasta la altura del primer piso, o bajan sinuosamente desde allí rodeando la figura de una mujer sentada en una silla sobre una mesa. Una figura femenina que tiene en sus manos un cartel en el que leemos: “109 / SILLAS VACÍAS, UNA POR / CADA MUJER VÍCTIMA DE / LA VIOLENCIA DE GÉNERO / EN ESPAÑA, EN EL AÑO / 2015”.
 
 
La denuncia de esa lacra terrible, de esa violencia inhumana, que debe terminar definitivamente, marca el tono de compromiso de las propuestas artísticas de Esther Ferrer. Junto a ello, las sillas y los otros elementos plásticos, también los lineales y geométricos, nos hablan de otro punto central: el paso del tiempo, lo absurdo de ese flujo incontenible. Es inevitable que venga a nuestra memoria Las sillas (1952),  la obra teatral de Eugène Ionesco en la que una pareja de ancianos, de 95 y 94 años, aguardan frente a un amplio conjunto de sillas en las que nadie se sienta a las personas convocadas para presenciar su despedida de la vida. El tiempo pasa, se escapa. Las sillas, los objetos, son las huellas silenciosas de ese flujo irreprimible.

* Esther Ferrer: Entre líneas y cosas. Comisaria: Margarita Aizpuru. CEART, Fuenlabrada. Del 4 de febrero al 17 de abril de 2016.
 
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.223, 27 de febrero de 2016, p. 23. 

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