domingo, 28 de mayo de 2017

Exposición de Rosa Barba en el Palacio de Cristal, Madrid

Transparencias de la luz

El Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid, es un edificio especialmente complejo para la presentación en él de exposiciones de arte. Su estructura arquitectónica, con sus cubiertas de vidrio, es justo lo contrario de los espacios cerrados, delimitados, que se suelen utilizar para exponer arte. Apoyándose precisamente en esa aparente contradicción, la artista italiana Rosa Barba (Agrigento, 1972) ha concebido una propuesta sutil, profundamente hermosa en su intensidad conceptual y poética.


Diagrama.

Su punto de partida fue la elaboración de un diagrama con los registros de la incidencia en distintas horas de la luz solar en el filtro arquitectónico, de vidrio y acero, del Palacio de Cristal. Tras ello, situó en el edificio cuadrantes de acero con las anotaciones de los movimientos del sol y realizó una réplica del mismo. Finalmente, dispuso en distintos lugares un conjunto de placas de vidrio templado, con colores de filtros de película.

Vista de sala.
Fotografía: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico Museo Reina Sofía.

El resultado es una propuesta artística dinámica e interactiva: lo que se vive en el interior del Palacio es el desplazamiento de la luz y el deslizamiento de los colores, a través de las transparencias del cristal y de las placas. La obra no puede verse de una vez, de forma estática, sino que es cambiante: se desplaza y modifica en los distintos momentos del día, y también según cada uno de nosotros nos movemos de un sitio a otro, ajustando y desplazando nuestra mirada.
La propuesta permite apreciar uno de los rasgos contínuos del método de trabajo de Rosa Barba, una de las artistas de mayor poyección actualmente en la escena artística internacional: a través de toda su trayectoria las obras se conciben siempre en diálogo con los espacios en que se presentan. Y, a la vez, es una nueva variación, o registro, de su interés en la descomposición o desconstrucción de la imagen cinematográfica, temática central en la mayor parte de sus obras.

Vista de sala.
Fotografía: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico Museo Reina Sofía.

Si en ellas, en sus instalaciones fílmicas, la luz del proyector se desplaza de forma interactiva con el espacio y con quienes están en él, en el Palacio de Cristal vivimos algo similar. El edificio en su conjunto se convierte en una gran sala de proyecciones fílmicas, dinámicas y cambiantes, sólo que en este caso la función del proyector/máquina la realiza el sol, de donde provienen todas las proyecciones lumínicas.
Rosa Barba conduce nuestra mirada a una interrogación crítica acerca de nuestras posibilidades de alcanzar la luz en este mundo de hoy, donde la tecnología despliega todo tipo de filtros. Salir de las sombras, de la oscuridad, alcanzar la luz, es uno de los registros más profundos de la sensibilidad humana. Algo que quedó ya inscrito en nuestra tradición de cultura desde Platón, cuando éste, en la República, en su alegoría de la caverna, planteaba la salida desde la cueva a la superficie y la experiencia allí de deslumbramiento, de verse cegado por la verdadera luz, la luz del sol, en lugar de las sombras indirectas de luz en el encierro.

Vista de sala.
Fotografía: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico Museo Reina Sofía.

Rosa Barba nos mueve a «subir con la mirada», a captar el «texto» dinámico, cambiante, de la luz natural, de la luz solar, a través de sus transparencias. Porque la luz es, en sí misma, un texto que debe ser leído, interpretado, para poder apreciar en él los ecos y registros de la verdad. Salgamos de las sombras.



* Registros de tránsito solar. Comisario: Manuel Borja-Villel. Palacio de Cristal, Museo Reina Sofía, Madrid. Del 17 de mayo al 27 de agosto de 2017. 

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.284, 27 de mayo de 2017, p. 23. 

lunes, 15 de mayo de 2017

Exposición en La Casa Encendida, Madrid

Vivir en el éter digital

¿Bajo qué éter, o capa atmosférica, vivimos, respiramos…? O, en otros términos: ¿en qué imagen vivimos..? Con esa cuestión se confronta esta exposición performática: arte de la acción. Se trata de una muestra internacional de performances y soportes performáticos, con propuestas de once artistas. El título de la misma, en inglés: signo de globalización, Transmissions from the Etherspace [Transmisiones desde el Eterespacio], intenta expresar la síntesis cada vez más intensa entre vida y tecnología digital.
En Présage [Presagio], Hicham Berrada (Casablanca, 1986) vierte distintos elementos químicos en recipientes, y las reacciones resultantes, acompañadas por los sonidos musicales creados por Laurent Durupt, se proyectan en una pantalla de vídeo de gran formato. Lo que vemos se parece a una visión interior del fondo del mar, aunque es un producto de la acción y la tecnología humanas.

Hicham Berrada: Présage (2007-2013). Fotografía: Trevor Good. 

En Living Metals [Metales vivientes], de Joana Escoval (Lisboa, 1982), un conjunto de esculturas metálicas cilíndricas, de pequeño formato, conectan a quienes están en la sala con una experiencia sonora inmersiva, producida por Robert Watkins, que transmite grabaciones de campo de las radiaciones solares. Una especie de niebla lumínica se expande por el espacio.
En I gave my love a cherry that had no stone [Le di a mi amor una cereza que no tenía hueso], Emily Wardill (Rugby, Reino Unido, 1977) nos muestra en una película a un hombre que vaga en un auditorio (el de la Fundación Gulbenkian de Lisboa), haciendo todo tipo de gestos y movimientos, y perseguido por algo no humano. El perseguidor es un dron.
En Workers leaving the Googleplex [Trabajadores saliendo del Googleplex], alusión explícita a la película de 1895 de los hermanos Lumière, Andrew Norman Wilson (Milpitas, California, 1983), antiguo empleado de Google, documenta en vídeo a un grupo de trabajadores de esa empresa, cuya actividad se mantenía en secreto, y los acontemientos que ocasionaron su despido.

Nina Beier: Female Nude (2015). En "La Vie Moderne", Bienal de Lyon. Fotografía: Blaise Adilonde.

De Nina Beier (Aarhus, Dinamarca, 1975) se presentan dos propuestas: Sweat no Sweat [Sudor no sudor] y Female Nude [Desnudo femenino]. En la primera,  se plantea que en el universo de la imagen (la película Rocky), en lugar de sus connotaciones peyorativas, el sudor puede asociarse con el éxito y la pasión. En la segunda, instalación de cocos de mar (cuyas imágenes recordarían caderas, vaginas o vulvas) sobre montículos de tierra fertilizada, se alude al riesgo de extinción de las palmeras que producen los cocos.
En Chat Random [Chat aleatorio], Celia Hempton (Stroud, Reino Unido, 1981) reúne una serie de pinturas realizadas “en vivo”, mientras chateaba con desconocidos, todos varones, en un sitio web que pretendía fomentar las relaciones humanas, pero que parece que ha acabado siendo un punto de encuentros sexuales fortuitos. Las pinturas de Celia Hempton son sexualmente muy explícitas.
El único artista español en la muestra: Pepo Salazar (Vitoria-Gasteiz, 1972), presenta Hello. It’s me [Hola. Soy yo], una columna de aspecto precario, con placas que se encienden y apagan y altavoces que emiten sonidos, extraídos de YouTube, supuestamente concebidos para paliar la ansiedad y el insomnio.

Pepo Salazar: Hello. It's me (2017). Cortesía del autor.

En Present Sore [Doloroso presente], Shahryar Nashat (Ginebra, 1975) esboza en vídeo un retrato actual del cuerpo como prótesis, algo que se generaría por la combinación de formas orgánicas y artificiales: ropa, productos farmacéuticos, dinero y tecnología protésica.
Domestika, la propuesta de Jacolby Satterwhite (Columbia, EE. UU., 1986), es una performance fílmica que expresa a la vez la nostalgia y las utopías de luz. Su punto de partida fue el cierre y la destrucción posterior de una discoteca en la que jóvenes artistas se reunían y colaboraban en proyectos queer.

Jacolby Satterwhite: Domestika (2017). The Artist and LUNDGREN GALLERY.

Sophia Al-Maria (Qatar, 1983), en A Whale is a Whale [Una ballena es una ballena], nos lleva en una filmación con sonido al espacio marino y al lenguaje de la ballena jorobada arábiga, así como a la cuestión de su inminente extinción. La acción humana como ecocidio.
Corpsing [Cuerpeando], de Eddie Peake (Londres, 1981) es un ballet de cuerpos desnudos que danzan y se expresan con un leve fondo musical. El concepto deriva del sentido del término cuerpo como unidad o agregado de personas: cuerpo de ejército, por ejemplo. En la obra de Peake, a través de una coreografía de los cuerpos y en la interacción: sexo, lenguaje gestual, diferencias individuales y de género, esa unidad de cuerpo se alcanza en el encuentro de unos y otros.

Eddie Peak: Head [Cabeza] (2016). Performance. Fotografía: Matthew Placek. Cortesía de Jeffrey Deitch Inc.

Este sugestivo conjunto de piezas performáticas nos habla de la sensibilidad de hoy. La tecnología forma parte de nuestras vidas. Y el arte de nuestro tiempo no puede dejar de interrogar y cuestionar esas derivas abiertas. El objetivo central, decisivo, es detener el flujo obsesivo de la imagen envolvente y del clic continuo de la mera inmediatez. Desplegar artísticamente la acción que singulariza y diferencia. Introducir distancia. Y, a partir de ello, propiciar el pensamiento y la sensibilidad libres. Alcanzar a vivir críticamente en el éter digital. 

* Transmissions from the EtherspaceUna performance expositiva. Comisario: João Laia. La Casa Encendida, Madrid. Del 4 al 28 de mayo de 2017.

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.282, 13 de mayo de 2017, pp. 18-19.