El trazo superpuesto
La excelente exposición del
artista alemán Albert Oehlen que abre el año en La Casa Encendida es un signo
más de la importancia de este centro cultural, que ha sabido configurar un
perfil propio, y que todos deseamos que siga funcionando con normalidad, a
pesar de las dificultades por las que atraviesa la matriz financiera de la que
depende. Albert Oehlen (1954) ha sabido a lo largo de su trayectoria desplegar
un sentido de la pintura abierto al diálogo con el mundo de hoy. Un mundo de
intensa proliferación de imágenes en el que, apoyándose en la intensidad
expresiva y en la fuerza de las ideas de las que brota la obra artística, la
pintura sigue teniendo mucho que decir.
Sin título [Ohne Titel] (1993).
Óleo sobre lienzo, 200 x 200 cm.
Para
esta muestra: Conceptos de color modernos,
se han seleccionado unos 50 dibujos de formato pequeño y medio, datados entre
1994 y 1999, 9 pinturas de gran formato: óleos fechados en 1993 y 1994 y óleos
con collage de 2008, y 2 grandes
dibujos al carboncillo de 2012. Viendo el despliegue de las obras, impresiona
la coherencia interior y la profundidad expresiva que Oehlen alcanza en todas
ellas. Si tuviera que señalar el "hilo rojo" que discurre a través de
las mismas, lo situaría en el juego y contraste del trazo, de la línea, con las
diversas modulaciones del color, que alcanza su máxima depuración en el trazo
desnudo del carboncillo sobre el fondo blanco del papel en las dos obras más
recientes.
En
la entrevista a cargo de Christian Domínguez que se recoge en el catálogo queda
bastante clara la posición independiente, la afirmación individualista, en la
que se sitúa Albert Oehlen. Como señala con rotundidad: "nunca me ha
gustado nada que sonara a gremio y siempre quise apartarme de esa senda". Las
referencias a Marcel Duchamp, el Surrealismo, el Expresionismo Abstracto y el
Arte Pop, además de a su maestro Sigmar Polke, se toman como índices de que la
decisión última sobre el valor de las obras artísticas la tiene el espectador,
los públicos. Con esa actitud, Oehlen se coloca al margen de lo ya dado, del agobio de las
influencias recibidas, para intentar actuar con la máxima libertad posible. Ahí
se enmarca su consideración de que el avance de la pintura hacia el futuro:
"soy muy optimista" afirma rotundamente, no depende de materiales,
técnicas o mezclas nuevos, sino únicamente de "nuevas ideas".
La madre del velo [Die Mutter vom Schleier] (1994).
Técnica mixta sobre papel, 42 x 29,7
cm.
El
peso fundamental en su trabajo lo lleva la evolución de la línea, que dibuja y
libera en el espacio de la representación los aspectos de la experiencia:
vistos y no vistos, conscientes y no conscientes, que se ofrecen a nuestra
mirada. La línea, el trazo, se perfila así como un vuelo enigmático, como un
laberinto a desentrañar y recorrer. En los dibujos y pinturas de Albert Oehlen
habita un tipo de expresión enmarañada, llena de desvíos y superposiciones. Expresión
enmarañada que nos habla del mundo de hoy, en el que las imágenes, en su
proliferación desbordante, nos llegan en todo momento "manchadas",
veladas. Un hermoso dibujo, enmarañado y lleno de superposiciones, presente en
la exposición, se llama precisamente La
madre del velo (1994). Para poder ver, hay que aprender a saber mirar a
través del velo y el laberinto expresivo con el que la pintura nos desvela
hasta qué punto cuando creemos ver no
vemos, en qué medida tan intensa las imágenes mediáticas que nos asedian y
rodean son una obturación de la experiencia.
Sudor [Sweat] (2008).
Óleo y papel sobre lienzo, 270 x 310 cm.
En
los cuadros de gran formato, de 2008, en los que se consigue una síntesis
magistral de la pintura al óleo con el collage,
Oehlen revierte en el plano el volumen y el dinamismo de las imágenes
mediáticas, fundamentalmente publicitarias, así como su constante utilización
del lenguaje, de la escritura, como fórmula autoritaria. La unidad formal se
consigue con lo que Oehlen llama "adhesividad" de los fragmentos de
imágenes mediáticas que se pegan sobre el lienzo y la "profundidad"
que introduce la pintura. Esa "profundidad", que tacha, corta,
invierte y subvierte, que, en definitiva, enmaraña
la pretendida limpieza de la imagen mediática, rompe plenamente su fuerza
autoritaria, destruye su impacto. La pintura se convierte en interrogación de
lo que vemos, en desmontaje irónico de un tipo de representación que se
pretende sin fisuras para así imponer y extender su dominio.
* Albert Oehlen: Moderne Farbkonzepte [Conceptos
de color modernos]. Comisario, Christian Domínguez. La Casa Encendida,
Madrid, del 31 de enero al 5 de mayo de 2013.
Los sentidos ,la razón y el alma son los instrumentos que han conducido la obra de Albert Ohelen. Enhorabuena a la Casa encendida por no esquivar a los buenos artistas.
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