Inmateriales
Blanco sobre blanco
Es una exposición
excepcional, auténtica poesía de las formas, completamente al margen de los
canales de comunicación y consumo que cada día taponan nuestra sensibilidad.
Con un montaje sobrio, ascético, al cuidado de Isidro Hernández, se ha reunido
un importante conjunto de obras que van desde 1975 hasta una serie de dibujos
recientes en gran formato y una impactante instalación con postes, paneles y
campanas, realizada expresamente para esta muestra. Tras las exposiciones que
le dedicaron la Fundación César Manrique, en Lanzarote (1989), y el IVAM, en
Valencia (2004), se trata de la aproximación más importante a la obra de un
artista intensamente ligado a ese corazón
volcánico de España que son las Islas Canarias.No todo es espectáculo, glamour o consumo. A pesar de todo, a
pesar de la banalidad envolvente a la que por todas partes se reduce la
experiencia de la vida, todavía quedan espacios en el mundo de hoy para la
desnudez expresiva, para la poesía. Aunque, eso sí, no abundan. En Tenerife, el
TEA: Tenerife Espacio de las Artes, dedica una hermosa e intensa exposición,
que puede verse hasta el 13 de enero de 2013, al artista de origen bosnio Stipo
Pranyko (Jajce, Bosnia, 1930). Digo de origen bosnio porque lo que caracteriza
la trayectoria vital y artística de Stipo Pranyko es su carácter nómada: ha
vivido en Croacia, Italia, Alemania, Francia, y desde hace algo más de veinte
años en Lanzarote. Hace apenas unos meses, se ha trasladado de nuevo, esta vez
a Múnich.
Stipo Pranyko ante uno de los dibujos de la serie Esperando algo inesperado (2012).
Fotografía de Sergio Molina.
Las obras de Pranyko
desbordan los géneros expresivos tradicionales: el dibujo y la pintura derivan
hacia el volumen, los objetos se aíslan en sí mismos como átomos pictóricos,
como signos formales de la vida y del paso del tiempo. Pranyko emplea materiales
naturales y artesanales recuperados en su desnudez, despojados del más mínimo
artificio. Gasas, lienzos, granos de arroz, semillas… operan como registros de
la memoria ancestral de la civilización. Se alcanza así un esencialismo expresivo en el que se puede apreciar la relación de
su trabajo con la corriente italiana del arte
povera. Pero en sus obras hay, además, otro aspecto del que deriva su
fuerte carga poética. Como en la alquimia
del verbo, de Arthur Rimbaud, o como en el juego de colores, letras y
sentidos de Paul Klee, las piezas de Pranyko buscan la sinestesia, el eco y la
reverberación en los distintos planos de la sensación y el sentido. Aunque con
un matiz relevante: en lugar de la
proliferación: cromática o sensual, lo que se busca es la reducción, el
repliegue.
Stipo Pranyko: Campanas blancas (2012).
Instalación. Aluminio, botellas de oxígeno recortadas, madera, cuerdas y grasas.
Dimensiones variables, 400 x 500 x 400 cm. aproximadamente.
Repliegue de la obra y de la
mirada sobre sí mismas, juego de espejos que nos lleva desde la forma exterior
desnuda hacia nuestra interioridad: qué recordamos, de dónde venimos, qué
quedará de nosotros cuando ya no estemos. Por eso, el color predominante en
todas sus obras es el blanco, un
blanco que se abre desde su ámbito espectral hacia todos los colores de la luz
que sobre él reverberan. Es el blanco,
asociado con la acción del paso del tiempo y de los elementos naturales: acción
destructiva, aunque a la vez regeneradora, y asociado también con el carácter
fluido de la memoria y con la aspiración a atrapar la luz.
Stipo Pranyko: Gran superficie transformable didáctica (2009).
Técnica mixta con madera, tela, cuerda y acrílico, 250 x 200 x 30 cm.
Técnica mixta con madera, tela, cuerda y acrílico, 250 x 200 x 30 cm.
En distintas ocasiones,
Pranyko ha señalado que el surgimiento de sus primeras emociones y fuerzas
interiores se sitúa no tanto en su lugar de nacimiento como en Rovinj, la
pequeña villa de Istria, situada al borde del Mar Adriático, y de ambiente
típicamente mediterráneo, a donde llegó con veinticinco años y en la que
él sitúa su "encuentro con la luz”. El blanco en busca de la luz, que para
Stipo Pranyko es "la suma de todos los colores", mientras que cada
color particular es sólo un fragmento de la luz. Por eso, en sus obras
predomina siempre el blanco, y si aparece otro registro cromático se tiende a
difuminarlo con papel de seda, o con gasa, integrándolos así en el blanco. La obra de Stipo Pranyko remite, en
definitiva, a un proceso de despojamiento continuo, de búsqueda de la
desnudez expresiva, hacia el lienzo blanco de la vida sobre el que reverbera la
luz abierta del paso del tiempo. Blanco sobre blanco.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1057, 8 de septiembre de 2012, p. 24.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1057, 8 de septiembre de 2012, p. 24.
Gracias, muy interesante
ResponderEliminarExcepcional artista, gracias.
ResponderEliminarSalud
Estimado señor, ,me llamo Francisco León y nos interesaría mucho ponernos en contacto con usted para presentarle nuestra revista piedraycielo.eu. Mi nombre es Francisco León y puede escribirme a franciscoleonjun@gmail.com
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