domingo, 9 de septiembre de 2012

Exposición de Stipo Pranyko en Tenerife Espacio de las Artes


Inmateriales
Blanco sobre blanco


Es una exposición excepcional, auténtica poesía de las formas, completamente al margen de los canales de comunicación y consumo que cada día taponan nuestra sensibilidad. Con un montaje sobrio, ascético, al cuidado de Isidro Hernández, se ha reunido un importante conjunto de obras que van desde 1975 hasta una serie de dibujos recientes en gran formato y una impactante instalación con postes, paneles y campanas, realizada expresamente para esta muestra. Tras las exposiciones que le dedicaron la Fundación César Manrique, en Lanzarote (1989), y el IVAM, en Valencia (2004), se trata de la aproximación más importante a la obra de un artista intensamente ligado a ese corazón volcánico de España que son las Islas Canarias.No todo es espectáculo, glamour o consumo. A pesar de todo, a pesar de la banalidad envolvente a la que por todas partes se reduce la experiencia de la vida, todavía quedan espacios en el mundo de hoy para la desnudez expresiva, para la poesía. Aunque, eso sí, no abundan. En Tenerife, el TEA: Tenerife Espacio de las Artes, dedica una hermosa e intensa exposición, que puede verse hasta el 13 de enero de 2013, al artista de origen bosnio Stipo Pranyko (Jajce, Bosnia, 1930). Digo de origen bosnio porque lo que caracteriza la trayectoria vital y artística de Stipo Pranyko es su carácter nómada: ha vivido en Croacia, Italia, Alemania, Francia, y desde hace algo más de veinte años en Lanzarote. Hace apenas unos meses, se ha trasladado de nuevo, esta vez a Múnich.

Stipo Pranyko ante uno de los dibujos de la serie Esperando algo inesperado (2012).
Fotografía de Sergio Molina.

Las obras de Pranyko desbordan los géneros expresivos tradicionales: el dibujo y la pintura derivan hacia el volumen, los objetos se aíslan en sí mismos como átomos pictóricos, como signos formales de la vida y del paso del tiempo. Pranyko emplea materiales naturales y artesanales recuperados en su desnudez, despojados del más mínimo artificio. Gasas, lienzos, granos de arroz, semillas… operan como registros de la memoria ancestral de la civilización. Se alcanza así un esencialismo expresivo en el que se puede apreciar la relación de su trabajo con la corriente italiana del arte povera. Pero en sus obras hay, además, otro aspecto del que deriva su fuerte carga poética. Como en la alquimia del verbo, de Arthur Rimbaud, o como en el juego de colores, letras y sentidos de Paul Klee, las piezas de Pranyko buscan la sinestesia, el eco y la reverberación en los distintos planos de la sensación y el sentido. Aunque con un  matiz relevante: en lugar de la proliferación: cromática o sensual, lo que se busca es la reducción, el repliegue.

Stipo Pranyko: Campanas blancas (2012).
Instalación. Aluminio, botellas de oxígeno recortadas, madera, cuerdas y grasas.
Dimensiones variables, 400 x 500 x 400 cm. aproximadamente.

Repliegue de la obra y de la mirada sobre sí mismas, juego de espejos que nos lleva desde la forma exterior desnuda hacia nuestra interioridad: qué recordamos, de dónde venimos, qué quedará de nosotros cuando ya no estemos. Por eso, el color predominante en todas sus obras es el blanco, un blanco que se abre desde su ámbito espectral hacia todos los colores de la luz que sobre él reverberan.  Es el blanco, asociado con la acción del paso del tiempo y de los elementos naturales: acción destructiva, aunque a la vez regeneradora, y asociado también con el carácter fluido de la memoria y con la aspiración a atrapar la luz.

Stipo Pranyko: Gran superficie transformable didáctica (2009).
Técnica mixta con madera, tela, cuerda y acrílico, 250 x 200 x 30 cm.

En distintas ocasiones, Pranyko ha señalado que el surgimiento de sus primeras emociones y fuerzas interiores se sitúa no tanto en su lugar de nacimiento como en Rovinj, la pequeña villa de Istria, situada al borde del Mar Adriático, y de ambiente típicamente mediterráneo, a donde llegó con veinticinco años y en la que él sitúa su "encuentro con la luz”. El blanco en busca de la luz, que para Stipo Pranyko es "la suma de todos los colores", mientras que cada color particular es sólo un fragmento de la luz. Por eso, en sus obras predomina siempre el blanco, y si aparece otro registro cromático se tiende a difuminarlo con papel de seda, o con gasa, integrándolos así en el blanco.  La obra de Stipo Pranyko remite, en definitiva, a un proceso de despojamiento continuo, de búsqueda de la desnudez expresiva, hacia el lienzo blanco de la vida sobre el que reverbera la luz abierta del paso del tiempo. Blanco sobre blanco.

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1057, 8 de septiembre de 2012, p. 24.

3 comentarios:

  1. Estimado señor, ,me llamo Francisco León y nos interesaría mucho ponernos en contacto con usted para presentarle nuestra revista piedraycielo.eu. Mi nombre es Francisco León y puede escribirme a franciscoleonjun@gmail.com

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