jueves, 14 de julio de 2011

Cara a cara (sobre Face Contact, exposición en PhotoEspaña 2011)

Inmateriales
Cara a cara


Distintas exposiciones entre las programadas han atraído mi atención, de un modo especial Face Contact, una de las comisariadas por el propio Gerardo Mosquera, cuyo título como él mismo indica deriva de la expresión inglesa Eye Contact, contacto visual entre dos personas que se miran a los ojos. En España, yo hubiera preferido como título una expresión equivalente en nuestra lengua: cara a cara, o frente a frente, por ejemplo. Se trata de una muestra excelente, en la que Mosquera traza un mapa visual de las inquietudes, problemas, violencias y deseos del mundo actual, utilizando el retrato como soporte.
Antes de convertirse en la manifestación más inmediata de la fotografía cuando ésta se inventó, el retrato presenta una remotísima antigüedad en la escultura, la acuñación de monedas y la pintura. Su elemento fundamental es la representación de la cara, del rostro del retratado. En "La máscara y la cara", un magnífico texto teórico publicado en 1972, Ernst Gombrich indica que el buen retrato implica aprehender lo esencial y separarlo de lo accidental en la representación del retratado. Pero, además, se trata de alcanzar una interacción entre la forma y la expresión visibles, para conseguir así superar el carácter inevitablemente estático de todo retrato. Esa interacción, conseguida en el más alto grado, por ejemplo, en uno de los retratos más relevantes de toda la historia de nuestra cultura: el del Papa Inocencio X, por Velázquez, implica lo que Gombrich llama "la contrapartida del observador". El mejor retrato es el que deja abierto un margen a quien mira, que de este modo proyecta vida y expresión en la imagen estática, añadiendo a partir de la propia experiencia lo que falta en ella. La imagen se torna dinámica, el retratado parece estar vivo, presente ante nuestros ojos.

Cristina Lucas: La Autárquica, de la serie "El Viejo Orden" (2004).
C-Print siliconada bajo metacrilato, 110 x 140 cm.
Cortesía: Colección Juana de Aizpuru.


La interacción es doble: la que quien hace el retrato busca entre forma y expresión y la que el retrato, una vez terminado, establece con quienes lo miran. Por eso, todo retrato va mucho más allá de la mera representación de un individuo concreto. Como señala con lucidez Gerardo Mosquera, en el catálogo de Face Contact, "el rostro no sólo resume una identidad: es también una máquina de comunicar". Los retratos transmiten siempre un contexto: histórico, social, cultural. En la muestra, en las figuras con armas de Ananké Asseff, las damas en interiores de Marta Soul, las mujeres con signos de violencia en sus rostros de Libia Posada,  o las escenificaciones de la condición femenina de Cristina Lucas, vemos no sólo a las personas individuales, de carne y hueso, sino los signos de diversas situaciones con las que nos enfrentamos a través de los retratos.

Liliana Porter: Ojitos azules (2002).
Cibachrome, 84 x 57 cm.
Cortesía: Hosfelt Gallery, New York / San Francisco.

En último término, en virtud de esa dinámica de interacción, todo retrato es así hasta cierto punto un autorretrato. El único caso que me ha parecido discutible en la selección de Mosquera son las fotos de fresas de Hans-Peter Feldmann. Aun teniendo en cuenta un posible juego alusivo, quizás más intensamente operativo en la cultura cubana: recuérdese la película Fresa y chocolate, aceptar esas fotografías como "retratos" supone perder la especificidad de este tipo de representación. Hay algo de nosotros, de nuestra condición, de nuestra experiencia, que retorna a nuestra mirada a través del retrato. Por eso el retrato exige siempre un rostro. Eso es lo que nos dan algunas de las piezas más intensas de la muestra. El yo puesto en letras que va alcanzando más definición en las serigrafías de Remy Zaugg, o los espejos de Luis Camnitzer y Mona Hatoum, nos hablan directamente de la inclusión del que mira en la obra. Como igualmente, a través de toda una serie de mecanismos de proyección, las fotografías de muñequitos de Liliana Porter: ellos, también, somos nosotros. El retrato es un espejo.



PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/),  nº 1005, 9 de julio de 2011, p. 30.





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