viernes, 15 de marzo de 2024

Crítica de libro

 

El espejo de la amistad

Es todo un acontecimiento: la publicación de la correspondencia entre dos de las figuras intelectuales más relevantes en la España del siglo XX: Joan Brossa (1919-1998) y Antoni Tàpies (1923-2012). Datados entre 1950 y 1991, se han reunido 32 documentos: 12 emitidos por Brossa y 20 por Tàpies. Estamos ante 23 cartas, 6 postales, 1 dedicatoria, 1 nota en un dietario, y 1 telegrama. También, ante 32 ilustraciones, en blanco y negro y en color, que reproducen originales de documentos e imágenes visuales de carácter histórico sobre Brossa y Tàpies. Hay que destacar el profundo trabajo de edición de todo ello a cargo de Manuel Guerrero Brullet, así como la precisa traducción y el iluminador prólogo de síntesis de Andrés Sánchez Robayna en la impresión en castellano.



Las cartas nos revelan la importancia que tuvo para ambos la estancia de Tàpies en París. El núcleo más importante de materiales reunidos: 23, están datados durante esa estancia, desde diciembre de 1950 hasta julio de 1951. El 17 de enero de 1951, Tàpies le indica a Brossa “la importancia que tiene venir a vivir una temporada en esta ciudad” (pg. 150). Lo que fluye es la importancia que tanto Brossa como Tàpies dan a los viajes y las relaciones con otros como formas de conocimiento y experiencia.

Podemos apreciar también la unión de ambos con el grupo de la revista Dau al Set, cuyo primer número apareció en septiembre de 1948. Posteriormente, se situaron fuera del grupo, aunque mantuvieron apariciones en la revista. Y respecto a esta cuestión, otro de los elementos a tener en cuenta es la publicación en el libro de dos cartas a Brossa del poeta y diplomático brasileño João Cabral de Melo Neto (1920-1999), que pondrían de manifiesto el papel que éste jugó en introducir a Brossa y Tàpies en el pensamiento marxista y comunista, y su influjo en la ruptura de ambos con Dau al Set.

Con la visión y lectura de todos esos materiales podemos apreciar de un modo directo el profundo lazo de amistad, que tuvo su inicio en 1945, y la convergencia de intereses que se mantuvieron firmes, a lo largo del tiempo, entre Brossa y Tàpies. Se trata de una amistad profunda y duradera, articulada en todo momento a través de dimensiones afectivas personales, y a través del diálogo e intercambio de las dimensiones artísticas de la representación: el lenguaje y las formas visuales. Como trasfondo advertimos la importancia en ambos del catalanismo, así como las características especiales, también en la cultura, de las posiciones y actitudes humanas en Cataluña.

Entre Brossa y Tàpies se trazaban líneas de correspondencia, verbales y visuales, que transmiten un efecto de espejo: los dos se sentían reflejados en lo que cada uno de ellos planteaba y elaboraba. En todo momento se hacen presentes las confluencias de sus planteamientos éticos y políticos, en defensa de la libertad humana, y las críticas de los totalitarismos, en especial del franquismo. Ya en una carta del 25 de diciembre de 1950, Brossa le dice a Tàpies “continúo creyendo que hay que tomar un camino a mano izquierda” (pg. 143).

Una intensa síntesis de lo que ese espejo de amistad produce en uno y otro es lo que Tàpies le escribe a Brossa en una carta del 22 de marzo de 1951: “sabemos salir a cantar la buena nueva, a hacer «de ingenieros de almas» (porque esta creo que es nuestra misión), y preparar el nuevo mundo que nos ha de hacer hermanos. «Se acabaron los orgullos.»” (pg. 171). El término «ingenieros de almas» remite a uno de los libros de Cabral de Melo: O engenheiro (1945). Brossa le había dicho poco antes, a mediados de febrero del mismo año, que el nuevo sentido que había adquirido le había hecho tomar “el arte y la poesía como un medio de relación entre los hombres.” (pg. 161). En definitiva, como horizonte para ambos el arte y la poesía como vía para propiciar la hermandad, la relación profunda, entre los seres humanos.

Y en esa síntesis encontramos también los ecos y reflejos, tanto en Brossa como en Tàpies, entre el arte y la poesía. Si hay que considerar a Brossa fundamentalmente como poeta, no hay que ignorar la importancia de su proyección en el espacio del arte, que se fue manifestando en no pocas exposiciones también en museos. El núcleo más profundo del trabajo creativo de Brossa es la poesía visual, sus procedimientos de visualización de las formas de la experiencia en el lenguaje. Y lo que no podemos dejar de apreciar en Tàpies, en el intenso flujo de sus obras, tanto pictóricas como escultóricas, es la poesía interior, el trasfondo poético que él nos hace ver en las formas visuales de representación. El espejo Brossa/Tàpies.

 

Joan Brossa y Antoni Tàpies: Con corazón de fuego Correspondencia (1950-1991). Edición, introducción y notas de Manuel Guerrero Brullet. Traducción y prólogo de Andrés Sánchez Robayna; Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2024. 295 pgs.

 


* Publicado en EL CULTURAL:

- Edición impresa, 8 marzo, pg. 41.

* Edición online, https://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20240314/catalanismo-marxismo-poesia-cruzan-cartas-antoni-tapies-joan-brossa/838916208_0.html

 

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