jueves, 31 de julio de 2014

Exposición de Martial Raysse en el Centro Pompidou, París

Dos artistas en uno


En estos tiempos de nueva atención a las obras y figuras de los artistas pop, el Centro Pompidou dedica una completísima retrospectiva a Martial Raysse (1936), quizás el artista francés que más impacto causó en los años sesenta en el marco de esa tendencia. Sin embargo, a fines de los setenta Raysse dio un giro completo a su obra, buscando una nueva fundamentación de la pintura y la escultura, y en diálogo con los planteamientos clásicos de la tradición artística. En lugar de tomar como referentes la cultura de masas y los soportes tecnológicos de la imagen, como el cine o el neón, que caracterizan su trabajo de los sesenta, Raysse se orientó desde entonces hasta ahora en esa otra línea, tan distinta que recorriendo la muestra uno tiene la impresión de que se trata de dos artistas diferentes.

La Gran Odalisca [La Grande Odalisque] (1964) Centro Pompidou, París.

Con un montaje limpio y muy bien ordenado, la exposición reúne más de 200 obras: pinturas, esculturas, instalaciones, películas, fotografías y dibujos, trazando un completísimo panorama de los cincuenta años de actividad artística de Martial Raysse.
En su juventud, Raysse comenzó a estudiar Letras en la Universidad de Niza, pero tras dos años abandonó los estudios para dedicarse de forma autodidacta a la pintura. Según indica él mismo retrospectivamente, en 2013, la toma de consciencia de los límites que implica la traducción de cualquier texto, y de modo especial los poéticos, a una lengua distinta fue determinante en su elección de expresarse por medio de la pintura, "lenguaje que considero más universal".
Su primera exposición personal, con el título "Pintura-Poesía-Escultura", tuvo lugar del 1 al 30 de septiembre de 1958, en una galería de Beaulieu-sur-Mer, en la zona de la Riviera de donde  es originario. Ese título expresa un rasgo persistente a lo largo de toda su trayectoria: la fusión de géneros o de soportes plásticos diversos con la literatura, sobre todo la poesía. En sus comienzos, él mismo se sitúa en una práctica tradicional de la pintura: color, volumen, luz..., para pasar después de la pintura figurativa a la abstracción: "el gran problema de la época" en los años cincuenta, y luego a la pintura lírica, las esculturas con objetos, y de ahí al Nuevo Realismo. A finales de los cincuenta, la experiencia del consumo, los objetos en los comercios y en los supermercados populares, inducen el gran cambio en sus planteamientos que cristaliza en la década de los sesenta. Centra entonces también su atención en las fotografías de estrellas del cine y de la música popular, cuyos rostros estereotipados integra en sus cuadros con colores bombeados de gran intensidad.

Playa Raysse [Raysse Beach] (1962, 2014). Centro Pompidou, París.

En el ambiente del arte pop, Martial Raysse actúa como un innovador. En 1962, en DYLABY (contracción de Dymanisch Labyrint), una exposición colectiva en el Stedelijk Museum de Ámsterdam, presenta su instalación Raysse Beach [Playa Raysse] con nueve grandes paneles pictóricos, diversos objetos y una jukebox, todo ello colocado sobre arena de playa. 1964 es un año particularmente relevante en su trayectoria, con la serie de pinturas Made in Japan, en la que utiliza, fragmenta y altera imágenes de pinturas clásicas (de Ingres, François Gérard, Lucas Cranach, Tintoretto)... Utilizando acrílicos, genera una intensa "sobrecarga cromática", que caracterizará como martialcolor. E incorpora en los cuadros elementos pegados: moscas, flores y letras de plástico.

America America (1964). Centro Pompidou, París.

Es también el momento de su utilización del neón. Sobre ello escribiría en 1965: "He descubierto el neón. Es el color vivo, un color más allá del color. La pluma y el pincel están superados. El neón expresa más fielmente la vida moderna, existe en el mundo entero. Con el neón puedes proyectar la idea de color en movimiento, es decir un movimiento de la sensibilidad, sin agitación". Su primer ensayo cinematográfico tiene lugar en el cuadro Suzanna, Suzanna (1964), en diálogo con Susana y los viejos, de Tintoretto, en el que deja un espacio en blanco sobre el que se proyecta una película en la que aparece el artista Arman con una barba postiza: ¡el cine dentro del cuadro! Por cierto que su atención al cine se ha mantenido a lo largo del tiempo, con películas de carácter experimental de bastante interés.
Las cosas empiezan a cambiar en 1970, año en el que Martial Raysse sitúa su ruptura con el mundo "oficial" del arte. Y ya en 1977 una serie de siete cuadros, inspirados en Sueño de Polífilo (1499), el libro de Francesco Colonna ilustrado con grabados, marca un giro total, en busca de un estilo que aspira a retomar los procedimientos de la pintura clásica. El retiro personal, las lecturas eruditas, o la frecuentación de museos, producen en su obra ecos de clasicismo, naturalismo, e incluso arcaísmo. En 1984, en una conferencia, Raysse indicará: "la pintura, la gran pintura, (...) habla siempre de los caminos del conocimiento y del amor universal. (...)".

El carnaval en Perigueux [Le Carnaval à Perigueux] (1992). CollecciónPinault,  Palazzo Grassi, Venecia. 

En los años sucesivos, su trabajo se centrará en un tipo de pintura y escultura figurativas, con rasgos expresionistas. La frecuente utilización de la témpera lleva a unas gamas cromáticas más tamizadas y difusas. Durante los 2000 vive muy retirado, y aunque básicamente se mantienen los mismos planteamientos, se advierte también un cierto retorno a algunos temas y cuestiones de sus obras de los sesenta, sobre todo, las figuras y los rostros femeninos intervenidos, algún insecto pegado en el cuadro (una mariquita), la reutilización del acrílico... En cualquier caso, en comparación con las obras de los sesenta, las de las décadas posteriores dan la impresión de ser de otro artista. Un contraste que se puede apreciar con intensidad comparando la ya mencionada instalación Raysse Beach (1962) con la pintura Ici Plage, comme ici-bas [Aquí playa, como aquí abajo] (2012).

Aquí playa, como aquí abajo [Ici Plage, comme ici-bas] (2012). CollecciónPinault,  Palazzo Grassi, Venecia. 

 No cabe duda de que Martial Raysse ha seguido manteniendo a lo largo de los años la fuerza de un gran temperamento artístico, la voluntad de plasmar el conocimiento y la experiencia del mundo a través del arte. Pero desde el máximo respeto, mi opinión personal es que a partir de los ochenta su obra, que sigue una dirección completamente diferente a la que marcaban sus dos décadas anteriores de trabajo, experimenta un intenso repliegue, una redirección hacia dentro, que imprime una tonalidad fuertemente subjetivista a lo que hace. Y ese subjetivismo puede interpretarse tanto como un retorno al pasado, o como una desviación respecto a los nuevos horizontes del arte de nuestro tiempo, que difícilmente pueden evitar la confrontación y el contraste con los soportes tecnológicos en la era de la imagen global.


* Martial Raysse. Retrospectiva 1960-2014; comisaria: Catherine Grenier; Centro Pompidou, París, hasta el 22 de septiembre. 


PUBLICADO [en versión reducida]  EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.150, 26 de julio de 2014, p. 23. 

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