martes, 18 de febrero de 2025

Exposición en Madrid...

 Rafael Canogar: Los sueños de la pintura 

Estamos ante un acontecimiento verdaderamente notable: cuando está muy próximo a cumplir noventa años, se han reunido en torno a 60 obras, de una calidad excepcional, de Rafael Canogar. La exposición, estructurada en cinco “capítulos”, no tiene un planteamiento cronológico, algo que suele ser habitual en las muestras retrospectivas. Con una extraordinaria concepción y un muy articulado montaje del comisario Alfonso de la Torre, se nos permite ir viendo, en composiciones y ecos de obras de distintas épocas, los núcleos centrales y permanentes de la trayectoria de Rafael Canogar, uno de los artistas más relevantes de nuestro tiempo.

El título de la muestra: “[I]Realidades”, nos plantea ya en sí mismo la cuestión que suscita la forma de entender el arte en Canogar: ¿qué tenemos antes nuestra visión, realidades o irrealidades plasmadas plásticamente…? Es un buen punto de partida, porque en sus obras pictóricas no encontramos representaciones figurativas, sino despliegues de color y de luz que interrogan lo que vemos y cómo vemos.

Sin título (1955). Ól. s. lienzo, 50 x 70 cm.

Los cinco “capítulos” se estructuran con los siguientes rótulos: (1) “Naturaleza que me has conmovido", (2) “Circa 1957. La materia y el signo: el arte otro", (3) "Abstracciones y construcciones desde los ochenta", (4) “Circa 1968. Realeza secreta del dolor”, y (5) “Klee y Miró, mágicos”.

Unas referencias concretas determinan los capítulos (1) y (5), que marcan el inicio y el final del recorrido. En el primer caso se trata de un pequeño óleo sobre madera, de 1949: Jardín de Vázquez Díaz, en el que vemos el jardín de quien fue su maestro, toda una clave para entender los inicios de su trayectoria. En el segundo, nos encontramos con tres cuadros, también de pequeño formato, dos de ellos de 1954 y otro de 1955. Según escribió Canogar: “Klee y Miró me dieron el apoyo para adentrarme en el mundo de la abstracción expresionista”. Es decir: ahí se sitúa una de las referencias claves para la fijación de su horizonte artístico.

Bizancio (2003). Técnica mixta con pan de oro, 244 x 350 cm.

Los otros tres capítulos: (2), (3) y (4), condensan un conjunto de obras, que marcan los pasos que ha ido dando desde 1957 hasta ahora mismo, con piezas datadas en 2024. Canogar desempeñó un papel fundamental en la creación y desarrollo del grupo artístico “El Paso” (1957-1960), abriendo desde entonces una concepción de la pintura que va más allá de la figuración descriptiva haciéndonos ver lo que habitualmente no vemos.

Como podemos percibir en las hermosas pinturas aquí reunidas ese procedimiento tiene como clave central las apariciones y los juegos de la luz, a través de las superposiciones de masas pictóricas y colores. En un texto publicado en 1959, el propio Canogar indicó: “En mis pinturas, la forma cede su puesto a la luz, que la baña en sus partes salientes, creando imágenes que surgen de la oscuridad.” Desde entonces, y como alternativa a la figuración descriptiva, sus obras se articulan a través de una metamorfosis de las formas determinada por la luz.

Silo (2006) Técnica mixta, 217 x 152 cm.

El capítulo (4), que nos remite al entorno de 1968, con todas las transformaciones sociales y políticas que tuvieron lugar en aquel tiempo, nos permite apreciar el vuelo intenso de la pintura de Canogar, que rompe todos los límites cerrados. Además de una pintura al óleo: La Parturienta (1974), vamos teniendo ante nuestra mirada diversas piezas que conjugan los relieves pictóricos con la pintura plenamente negra, con lo que se subraya la profunda agitación que se vivía. Es casi como un grito: “¡Salvemos la humanidad…!” Y también en este contexto hay una pieza escultórica, con pliegues de madera de nogal, que Canogar realizó en 2021: Homenaje a los caídos por la COVID-19.

Viento (2023). Acrílico sobre metacrilato, 200 x 250 cm.

El capítulo (3): "Abstracciones y construcciones desde los ochenta", nos lleva a un conjunto de obras pictóricas de una calidad excepcional, de las que se quedan para siempre marcadas en tu interior. Entre ellas, destaco personalmente la pintura al óleo sobre lienzo, de gran formato, Nocturno urbano 1-90 (1990). La dimensión matérica desempeña un papel esencial en la búsqueda pictórica de Canogar. Y decisivo es cómo podemos ir apreciando, hasta en las piezas más recientes, la utilización en sus pinturas de los soportes plásticos, con el despliegue masivo del acrílico y el empleo del metacrilato como soporte directo. Con ello se alcanzan importantes efectos de transparencia y de reflejo: al mirar tú mismo te ves en el fondo de las obras.

Aquí es oportuno llamar la atención acerca de Viento (2023), una pintura con acrílico sobre metacrilato, en la que vemos oscilar unas barras de colores cambiantes sobre un fondo negro, que en sí mismo es todo un espejo de visión.

Fisura (2024). Óleo y acrílico sobre policarbonato, 150 x 100 cm.

En definitiva, Canogar nos conduce hacia una visión lo más completa posible, en busca en todo momento de la verdadera profundidad de la visión. Lo que ahí vemos nos puede llevar más allá de lo que vemos: como alternativa a la figuración descriptiva, el mundo interior, el otro mundo, la metamorfosis de las formas… A eso nos lleva Canogar, a la pintura como sueño de las formas.

 

* Rafael Canogar: [I]Realidades [Obras 1949-2024].  Comisario: Alfonso de la Torre. CentroCentro, Madrid. Del 30 de enero al 18 de mayo.


* Publicado en EL CULTURAL:

      - Edición impresa, 7 de febrero de 2025, pgs. 26-27.

-Edición onlinehttps://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20250211/rafael-canogar-pintor-inmenso-despliega-toda-luz-arte-abstracto/922408084_0.html 

 

lunes, 10 de febrero de 2025

Exposición en Madrid

 

Carlos León: El jardín de la visión 

Estamos ante toda una síntesis que nos muestra la profundidad del viaje hacia el fondo de sí mismo en el que uno de los artistas más relevantes de nuestro tiempo: Carlos León (1948), ha desarrollado entre 2021 y 2024 un relevante conjunto de obras en un momento de su vida que él mismo caracteriza como «postmadurez».

Carlos León en su estudio (2024).

En la exposición todas las piezas son pintura, el ámbito donde Carlos León ha situado desde sus inicios el núcleo de su actividad artística. Se han reunido 17 de gran formato, en las que vemos flotar los desplazamientos de colores elocuentes que atrapan nuestra mirada. Distribuidas en las diversas salas de la galería, trazan un itinerario, un viaje, en lo que viene a constituir todo un jardín de gran resonancia.

El título de la muestra: «the wrong garden» [«el jardín equivocado»], coincide con el de un impresionante libro sobre el artista, cuya presentación pública tuvo lugar el pasado mes de diciembre en Segovia, donde se había elegido unos meses antes a Carlos León como “hijo adoptivo de la provincia”.

Premonición blanca. Háfrica (2021).

En un texto en el inicio de ese libro, Carlos León subraya su frecuente utilización del sustantivo jardín en los títulos de sus cuadros, y sitúa “el jardín como Lugar real en el que tienen lugar, y fructifican, los encuentros entre los silenciosos trabajos de la Naturaleza, sus enraizamientos, brotes, floraciones y desarrollos, con los de la inteligencia, la razón, el cálculo, la geometría y la musicalidad… pero espacio significante, al mismo tiempo, sobre el que proyectar ideas estéticas, experiencia cultural y, en su desarrollo: Arte.”

Red fronda II (2024).

Lo que así nos proyecta es todo un viaje, personal y estético, que a lo largo de los años buscaba situar en su pintura ese jardín ideal añorado. Pero lo que resuena finalmente son los ecos de un tiempo final, como subraya en las últimas líneas de ese texto: “y al cabo de esos años, aquí lo confieso, descubro que no he hallado ese jardín, sino otro, ya en los dominios que conducen al encuentro con mi amada Perséfone, y al que pongo por nombre «the wrong garden» o, dicho de otro modo, «the wrong fandango»: la danza del destino, la de la Muerte con la Vida.”

Es decir, la expresión «the wrong garden» nos remite a un baile abierto que nos lleva desde la vida a la muerte, trazando un viaje en el tiempo en el que la voluntad de plasmar una visión profunda de los ámbitos y ecos naturales como espejos y proyección de la interioridad humana y su proyección en el deseo, el pensamiento y la identidad, a través de todo lo cual Carlos León forja la articulación de sus obras pictóricas.

Nueva luz V (2024).

Sus obras configuran un lenguaje plenamente expresivo, ya que sus colores hablan, nos llevan a las resonancias del mundo interior, a los ecos de la sensibilidad, y a la iluminación de lo inconsciente. Desde que en 1966 se inició en la pintura, Carlos León ha ido siguiendo un firme itinerario. Artista viajero, mantuvo largas estancias en París y en Nueva York, que fueron decisivas para su síntesis de las raíces hispánicas y las modulaciones internacionales del arte. Y ahí sigue, en su «postmadurez». En mi opinión, es uno de los artistas más relevantes de nuestro tiempo.


* Carlos León: the wrong garden. Galería Albarrán Bourdais, Madrid. Del 11 de enero al 15 de febrero.

* Publicado en EL CULTURAL:

      - Edición impresa, 31 de enero de 2025, pg. 31.

-Edición onlinehttps://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20250209/carlos-leon-pintor-esconde-jardines-yemas-dedos/919658550_0.html

martes, 4 de febrero de 2025

Exposición en el Grand Palais, París

               Chiharu Shiota: Los hilos de la vida 

La exposición en París de Chiharu Shiota (Osaka, Japón, 1972), una de las artistas más relevantes de la escena internacional del arte, es sin duda, todo un acontecimiento. Su itinerario creativo comenzó en los años noventa, pero pronto se desplazó desde Japón a Alemania. Allí estudió con Marina Abramovic en Hamburgo, y después se instaló en 1997 en Berlín, donde ha seguido residiendo hasta hoy. En esta ciudad estudió con Rebecca Horn. Todos estos datos son relevantes, porque la obra de Chiharu Shiota está caracterizada por una tonalidad femenina, y junto a las dos artistas ya mencionadas son también referenciales para ella Louise Bourgeois y Ana Mendieta.

Chiharu Shiota

Es también oportuno recordar el gran impacto y el eco que produjo su exposición en el Pabellón de Japón en la Bienal de Venecia de 2015, con la gran instalación The Key in the Hand [La llave en la mano], en la que 180.000 llaves suspendidas en hilos rojos colgaban sobre dos barcas que representarían dos manos. E igualmente, hay que señalar que su obra ha contado con bastantes exposiciones en España, la última y bastante reciente: Cada quien, un universo, entre el 22 de marzo y el 23 de junio de 2024 en Barcelona, en la Fundación Antoni Tàpies.

La muestra en París en el Grand Palais, monumento cuya renovación se da por casi finalizada, se presenta como un preestreno de la reapertura con su programación propia. Es el resultado de una colaboración con el Mori Art Museum de Tokyo, cuya directora: Mami Kataoka se ha encargado del comisariado. Organizada en 11 secciones, en ella se presentan 167 obras y proyectos, que permiten todo un recorrido por la trayectoria de Chiharu Shiota, desde sus inicios como artista en 1990 hasta la actualidad.

Es particularmente relevante la reconstrucción de la performance y la instalación de Becoming Painting [Devenir Pintura] (1994), que Shiota considera como el arranque de su trabajo artístico específico, después de haber querido ir más allá de la fijación en la distancia de la pintura, con un desplazamiento personal al interior del cuadro. Su rostro y su cuerpo están completamente impregnados del rojo que surte desde los hilos rojos colgados del techo.

Uncertain Journey [Viaje incierto] (2016-2024).

En ese despliegue se sitúan las dos grandes e inmersivas instalaciones con hilos, que parece que miden más de 200 kms. de longitud, en grandes salas: Uncertain Journey [Viaje incierto] (2016-2024) e In Silence [En Silencio] (2002-2024). En la primera, vamos andando entre figuras alámbricas de barcas sobre las que caen desde el techo grandes especies de racimos de hilos rojos. La segunda brota del recuerdo del incendio en la casa de sus vecinos cuando era niña, y vemos un piano incendiado junto a la silla vacía del pianista y un conjunto de sillas vacías de los públicos ausentes.

In Silence [En Silencio] (2002-2024).

Son también especialmente interesantes otras dos instalaciones. Reflection of Space and Time [Reflejo de Espacio y Tiempo] (2018) es una construcción cúbica con metal e hilos negros en la que hay dentro dos vestidos blancos de mujer, y con un espejo en el interior en el que salimos los que miramos desde fuera. Accumulation – Searching for the Destination [Acumulación – Buscando el Destino] (2014-2024) es, de verdad, deslumbrante: consiste en un conjunto muy amplio de maletas colgadas desde el techo con tiras rojas de lana. Pero las maletas no están quietas, se mueven, lo mismo que todos nosotros cuando viajamos…

Reflection of Space and Time [Reflejo de Espacio y Tiempo] (2018)

                                                             

Accumulation – Searching for the Destination [Acumulación – Buscando el Destino] (2014-2024)

Además de objetos, vídeos y diversos dispositivos, se presta una gran atención a los dispositivos escénicos desarrollados por Shiota entre 2003 y 2019, con las escenografías de nueve óperas y de obras de teatro. Y también hay que mencionar su atención a la desaparición del muro de Berlín, tras una división de la ciudad durante 28 años. En relación con ello Shiota plantea que los humanos tenemos tres pieles: además de la propia piel humana, están los vestidos, y la tercera piel serían los “muros, cuerpos y ventanas que rodean el cuerpo humano.”

En síntesis, la forma expresiva central de Shiota es la instalación, pero siempre con un trasfondo en el que resuenan los ecos de la performance y el arte del cuerpo. Así crea ambientes con entramados de hilos de lana, negros o rojos, que entrelazan objetos evocadores: instrumentos de música, vestidos de muñecas, zapatos, sillas, ventanas rotas, camas, cartas, llaves… Entramados de hilos concebidos como una prolongación de su propio cuerpo ausente, ya que como ella misma indica: “Duermo dentro de las instalaciones para completarlas.”

Esos hilos o redes, que tienen una analogía evidente con la tela de la araña de Louise Bourgeois, son en sí mismos una evocación de los hilos o redes que tejen las relaciones interpersonales. Shiota los considera un espejo de los sentimientos: «Los hilos están tejidos entre sí. Se enredan. Se desgarran. Se desatan. Son como un espejo de los sentimientos.» Y con ello nos traen, en definitiva, una reverberación del tejido de la vida, de la trama de la memoria. Con la forma de un dibujo que flota: “Con el hilo, estoy dibujando en el aire.”

A través de los hilos, tejer y destejer la memoria. Evocar emociones y sentimientos, y de un modo persistente la presencia en la ausencia. Ahí nos lleva esta artista ejemplar, Chiharu Shiota: en el arte que flota y nos rodea tejamos todos los hilos de la vida.

 

* Chiharu Shiota: The Soul Trembles [El Alma Tiembla].  Comisariado: Mami Kataoka. Grand Palais, París. Del 11 de diciembre de 2024 al 19 de marzo de 2025.

* Publicado en EL CULTURAL:

- Edición impresa, 17 de enero de 2025, pgs. 32-33.

-Edición onlinehttps://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20250126/chiharu-shiota-artista-dibuja-aire-km-hilo-rojo-desenmaranar-traumas/916408522_0.html