domingo, 1 de mayo de 2016

España, 1939-1953

La libertad encerrada

¿Qué pasaba en España, cómo discurría la vida, después de nuestra Guerra “incivil”...? No faltan los estudios históricos rigurosos, que nos restituyen un periodo auténticamente sombrío y de desolación general. La imagen de toda una nación sometida por la más cruel violencia dictatorial de “los vencedores”. Sin embargo, esa experiencia queda hoy demasiado lejana en el tiempo, perdida en la penumbra de lo que no se quiere recordar.

Robert Capa: Entre Argelès-sur-mer y Le Barcarès (1939. Copia póstuma, 1998).
Gelatinobromuro sobre papel, 28 x 40 cm. Museo Reina Sofía. 

En ello intervienen factores como la necesidad de olvido, el silencio impuesto en la transición a la democracia para poder pasar página, o la falta de una aplicación decidida de la Ley de la Memoria Histórica. El resultado es que las últimas generaciones de españoles apenas “saben” qué, cómo y por qué pasó lo que pasó. Y claro, tampoco conocen lo que vino después: los cuarenta años de dictadura franquista, con sus distintas fases y situaciones.
Por todo ello, hay que agradecer de un modo especial la iniciativa del Museo Reina Sofía, que nos permite viajar en el tiempo a través de una exposición magníficamente concebida y planteada, cumpliendo así uno de los objetivos centrales exigibles a una institución museística de carácter público: el estudio y la transmisión crítica a los nuevos públicos de los flujos y procesos culturales de nuestra historia.

Salvador Dalí:  El enigma de Hitler (1939).
Óleo sobre lienzo, 95 x 141 cm. Museo Reina Sofía. 

El título de la muestra: Campo cerrado, es el mismo del primer volumen de los seis que componen la serie narrativa de Max Aub (París, 1903-México, 1972) sobre la Guerra. Max Aub escribió Campo cerrado al comienzo de su largo exilio, en París, entre mayo y agosto de 1939. Casi al final de la narración, en el capítulo titulado “Noche”, podemos leer: “No hay luz eléctrica en Barcelona. Ni luna. Sólo tiros e iglesias ardiendo. La gente por la calle va de un incendio a otro. Intentaron salir los bomberos, pero el pueblo cortó las mangas. Se consumen las iglesias, pero no la Catedral, ni el monasterio de Pedralbes. Lo gótico no se quema, es el único orden que le impone al pueblo.”
Así estaban las cosas en 1939, cuando la Guerra finalizaba. El designio de “los vencedores” fue entonces cerrar el campo. De batalla. Pero también de vida: toda España se convirtió en un territorio confinado. El gran acierto de la comisaria Dolores Jiménez Blanco, sostenido en un impresionante trabajo de investigación, ha sido tomar esa situación como punto de partida para permitirnos ver y apreciar cómo en las artes y en la cultura, a pesar de imposiciones y censuras, había líneas abiertas, fisuras, que permitían “la respiración” de artistas y creadores. Y con ello la invocación para los ciudadanos, a través de las artes, de la libertad reprimida. A Max Aub le hubiera gustado experimentar que además del gótico otros órdenes artísticos y culturales, que germinaban en aquel tiempo convulso, podían también ser apreciados por el pueblo, a pesar de todas las dificultades.

Martín Santos Yubero:  Cárcel de Porlier, enfermería y peluquería (agosto de 1941).
Fotografía b/n sobre dibond, 25 x 35 cm. Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. 

El itinerario de la muestra va desde 1939 a 1953. En ese año se firmaron el Concordato del régimen franquista con la Iglesia Católica y los acuerdos con Estados Unidos, por los que se establecieron en nuestro país cuatro bases militares a cambio de ayuda económica y militar. Con ello, se abría un nuevo periodo. En la exposición: 1939-1953, se han reunido en torno a 1.000 piezas, de más de 200 autores: unas 100 pinturas, 20 esculturas, 200 fotografías, 200 dibujos, bocetos teatrales, 26 filmaciones, 10 maquetas arquitectónicas, 200 revistas y diversos materiales documentales de archivo. En todos los casos, piezas de gran interés y que permiten apreciar, de una manera viva, qué pasaba en los ámbitos del poder y de la cultura y las artes en aquellos años de plomiza oscuridad.

Revista La Estafeta Literaria nº 21, Madrid, 15 de febrero de 1945.
32 x 25 cm. Fundación Carlos Edmundo de Ory. 

Estructurada de forma no lineal, Campo cerrado se articula en nueve secciones temáticas: “Una nueva era”, “Academias y retornos”, “Campo y ciudad”, “La irrupción de lo irracional. El Postismo”, “Intervalo teatral”, “Exilios”, “Arquitecturas”, “Primitivo, mágico, oscuro” y “Apropiación oficial de lo moderno”. El franquismo había “diseñado” una reconstrucción que excluía a vencidos y exiliados, pero por las grietas del poder, artistas y escritores trazaron espacios de diálogo e innovación. Lejos de lo que cabría esperar, en esos catorce años en los distintos ámbitos de la cultura y las artes se respiraba un clima de pluralismo y respeto mutuo.
En las Exposiciones de la Academia Breve de Crítica de Arte, dirigida por Eugenio d’Ors, encontramos entre otros a Ignacio Zuloaga, José Gutiérrez Solana, Ángel Ferrant y Rafael Zabaleta, pero también a Salvador Dalí, Jorge Oteiza y Antoni Tàpies. Mathias Goeritz propicia, a partir de 1948, las actividades y encuentros de Altamira. Eduardo Chicharro (hijo) y Carlos Edmundo de Ory a partir de 1945 ponen en pie en manifiestos y publicaciones el “Postismo”, término que resulta de la contracción de “postsurrealismo”, una actitud literaria vanguardista, intensamente cosmopolita, que plantea dar curso a lo irracional en la escritura.
Sentimos la desolación más profunda ante las fotografías de Robert Capa, en las que vemos imágenes de los campos de concentración. O el impacto del cuadro impresionante, magnífico, entre la visión y la profecía, de Salvador Dalí: El enigma de Hitler (1939). A pesar de todo, lo que queda dentro y lo que está fuera se interpenetran, y creo que incidir en este aspecto es uno de los mejores logros de la exposición. En el apartado “Exilios”, encontramos obras magníficas de Maruja Mallo, Manuel Ángeles Ortiz, Alberto Sánchez, Josep Renau y José Moreno Villa, entre otros. Aunque de un modo especial es preciso destacar las salas personales que se dedican a Picasso y a Miró. La del malagueño, con dos inquietantes cráneos/cabezas provenientes del Museo Picasso de París. Picasso, de quien podemos ver las fichas policiales que lo asocian al comunismo prohibido. La de Miró con su serie de estampas, inscritas en la nostalgia, Barcelona II (1944).

Fotografía del Pabellón Español en la IX Trienal de Milán, 1951.
Gelatinobromuro de plata, 23,7 x 17,5 cm. Archivo Coderch y Ajuntament de Girona. 

Se reconstruye también el ambiente en el teatro. La contraposición entre el campo y la ciudad, los documentos fotográficos que nos muestran la vida en las cárceles. E importante es la presentación del trabajo de arquitectos, con maquetas y documentos, y con la reconstrucción ambiental del pabellón español en la IX Trienal de Milán, de 1951, diseñado por José Antonio Coderch, con contenidos anti-academicistas seleccionados por Rafael Santos Torroella, y que obtuvo un importante reconocimiento. De gran interés es la presentación de numerosos ejemplares de revistas. Entre ellas, las que apoyan decididamente el régimen franquista, como Vértice, pero también las que cuestionan todo, desde una posición que concilia el humor con la crítica política, como es el caso de La Codorniz, que acuñaría el ingenioso y atrevido lema “la revista más audaz para el lector más inteligente”.

Portada de la revista la CODORNIZ, septiembre de 1948.
32 x 27 cm. Museo Reina Sofía.

Magnífica exposición, no se la pierdan. En ella vemos cómo el aire que permite respirar “se cuela” por las rendijas. A pesar de todo, España se movía. Ningún poder totalitario, por más violento y criminal que sea, puede poner puertas al campo, cerrarlo del todo. El deseo de conocimiento y libertad va y viene.


* Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española, 1939-1953. Comisaria: Dolores Jiménez Blanco. Museo Reina Sofía, Madrid. 26 de abril - 26 de septiembre de 2016. 

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.232, 30 de abril de 2016, pp. 18-19. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario