Visión en movimiento
Una de las muestras más
hermosas e interesantes en esta edición de PHotoEspaña, con gran acierto
centrada en la producción fotográfica de América Latina, es la dedicada al
artista, cineasta y fotógrafo brasileño Mario Cravo Neto (Salvador de Bahía,
1947-2009). Desde sus trabajos iniciales en la escultura y la experimentación
con textiles, Cravo Neto pasó a centrarse con intensidad en la actividad
fotográfica y fílmica, alcanzando en esos soportes un grado de calidad estética
verdaderamente notable.
Self-portrait [Autorretrato] (1969).
Mitos
y ritos está organizada en tres secciones: - Nueva
York, 1969-1970, - En su estudio, 1984-2000 y - Salvador, ca. 1990-2000, en las
que se presentan 44 fotografías, a las que se unen 3 vídeos de corta duración.
Es una magnífica síntesis, que nos lleva en profundidad al núcleo creativo de
Cravo Neto.
En la primera sección se
deslizan las figuras anónimas de los transeúntes en la gran ciudad: Nueva York,
en el metro, en las calles, junto a las formas de los coches que pasan, o de los
edificios que llevan inscritas las marcas de la acción humana. Hay ya en estas
fotografías en color un signo de lo que, para mí, constituye el rasgo más
personal en el trabajo de Cravo Neto con la imagen: las figuras humanas se captan
borrosas, difuminadas, o fragmentadas. Aunque las fotografías sean momentos en
retención, con ese procedimiento Cravo Neto nos restituye el proceso, el
movimiento.
Voodoo Child [Niño del Vudú] (1989).
Las fotografías, todas en
blanco y negro, realizadas en su estudio de Salvador de Bahía, donde se vio
forzado a recluirse por un desafortunado accidente de tráfico, que tuvo lugar
el 31 de mayo de 1975 y le afectaría durante toda su vida, son de una belleza
extraordinaria. Se ha escrito que en ellas Cravo Neto vuelca todas sus experiencias
previas con la escultura. Pero, aun siendo así, pienso que en estas imágenes
hay mucho más. En ellas, ese registro del movimiento se detiene en un instante
de máxima plenitud, mediante el cual la visión va y viene, se desplaza en
movimiento. Lo más interesante es que esa síntesis del momento pregnante,
característica de la gran pintura de la tradición clásica, se alcanza
específicamente a través de la fotografía.
En esas piezas deslumbrantes,
registros intensos de las luces y sombras de la acción humana, Cravo Neto
vuelca los registros del sincretismo cultural de su lugar de origen, Salvador
de Bahía. Los seres humanos que aparecen en ellas, desnudos o semi-desnudos,
junto a animales, piedras y otros objetos, están realizando acciones. En un texto escrito en 1992,
Cravo Neto se refirió específicamente a su intención de “cargar estas
fotografías con la energía mística y religiosa”, mostrando a “nuestra gente a
través de las expresiones faciales y de los gestos característicos de la
población indígena, portuguesa y africana, y la mezcla racial de estos tres
grupos étnicos”. Y concluía: “Los rostros contemplativos y dramáticos
presentados son las cicatrices de nuestra herencia”.
Luciana (1994).
En esas imágenes se despliega
todo un proceso: una búsqueda de la interacción ceremonial del ser humano con
lo otro. Son el resultado de un largo proceso de sincretismo cultural que dio
lugar a la formación del candomblé,
un conjunto de creencias religiosas en
el que se fundieron las figuras míticas y las ceremonias de los tres grupos
étnicos originarios. Las fotografías de Cravo Neto son, por tanto, registros de acciones, de prácticas
rituales y ceremonias adscritas al candomblé.
Finalmente, la tercera
sección nos lleva de nuevo a la fotografía en color y también a un ámbito
urbano, aunque en este caso completamente diferente a Nueva York. En Salvador
de Bahía, en sus calles, los transeúntes también van y vienen, pero aquí
transportando sobre sus hombros piezas de carne y otros alimentos y objetos. Y,
a la vez, encontramos signos y referencias, incluso eventuales altares, que nos
hablan de la inscripción de las creencias religiosas, del candomblé, en la vida cotidiana de la gente.
Bahia (ca. 1995).
En esa línea de visión
trascendida de lo cotidiano se insertan las tres piezas de vídeo en la
exposición. Lua Diana [Luna Diana] (1972) se centra en el
nacimiento por cesárea, de su hija Diana. Luz
e sombra (1976) aborda su accidente de coche. Y Gato / Capoeira (1979) traza un recorrido por lugares emblemáticos
de Salvador de Bahía conducido por un grupo de músicos y bailarines de capoeira, un baile tradicional, de
origen africano, que llegó a Brasil en la época de la colonia.
En definitiva, Cravo Neto
despliega en un alto vuelo formal su visión en movimiento, desvelando así, a
través de la imagen, las acciones que dejan sus huellas, o cicatrices, en nuestras vidas.
* Mario Cravo Neto: Mitos y ritos; Comisaria: Oliva María Rubio, Real Jardín Botánico,
Madrid, hasta el 2 de agosto de 2015.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.195, 11 de julio de 2015, pp. 20-21.
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