Los árboles dejan ver el bosque
En la situación actual que se
vive en el mundo de la cultura en España, con el IVA más alto de toda Europa
para todas las formas de actividad cultural (salvo la edición de libros), con
unos recortes presupuestarios en las instituciones públicas que colocan a éstas
en una situación límite, y sin que ni siquiera se atisbe el inicio de la
tramitación de la anunciada Ley de Mecenazgo, esta exposición de la Fundación
Telefónica produce la sensación de un oasis en el desierto. Aunque tal vez se
trate de un espejismo.
Jeff Wall: Overpass [Pasarela] (2001). Transparencia, 228 x 226 cm.
Iniciada
en 2003, como relata María de Corral en un interesante texto en el catálogo, en
un tiempo que hoy resulta bastante distante y distinto por el dinamismo
cultural que entonces se vivía, la Colección de Fotografía Contemporánea de
Telefónica es de una variedad y riqueza ejemplares. Su importancia radica en la
positiva tarea de asesoramiento en las compras, que ha privilegiado la
selección de obras de gran calidad, y no tanto de "nombres" como
sucede en otros casos. Y, en todos los sentidos, es un ejemplo del tipo de
apoyo a la educación y la cultura que la sociedad civil reclama a las empresas.
En
la exposición se muestran algo más de 50 obras que, con toda su diversidad de
líneas y planteamientos, permiten apreciar un panorama bastante completo de la
fotografía contemporánea de intención
artística. El arco temporal va desde la década de los setenta, cuando se
produce la inserción plena, definitiva, de la fotografía en los circuitos
artísticos, museos e instituciones, hasta ahora mismo. El paso decisivo en esa
dirección fue la presentación de las obras fotográficas no en los formatos
impresos de libros o revistas, sino como ampliaciones enmarcadas, o incluso
como cajas de luz, reclamando así el
mismo rango que la pintura en las salas de exposiciones.
Entre
las obras expuestas, como ya he dicho antes todas de gran calidad, encontramos
las propuestas desencadenantes de John Baldessari, Bernd y Hilla Becher, o Jeff
Wall. Están también
Thomas Ruff, Thomas Strüth, Andreas Gursky, Per Kirkeby, Cindy Sherman, Richard
Prince, Helena Almeida, Mona Hatoum, Shirin Neshat, Gabriel Orozco, Francis
Alÿs y Vik Muniz. Importante la presencia de españoles:
José Manuel Ballester, Sergio Belinchón, Jordi Bernardó, Bleda y Rosa, Pierre
Gonnord, Gonzalo Puch, Xavier Ribas, o Javier Vallhonrat. Y con obras de la
Colección que se exponen ahora por vez primera en este espacio: Miriam
Bäckström, James Casebere, Willie Doherty, Stan Douglas, Paul Graham, Zhang
Huan, Jürgen Klauke, Perejaume, Miguel Rio Branco y Salla Tykka.
El
conjunto es claramente impresionante. Tal vez la única objeción, mínima, que se
podría hacer es la escasa presencia de fotógrafos asiáticos, con la única
excepción de Zhang Huan. Con un muy buen montaje, limpio, en las magníficas
salas hace poco reformadas del Espacio Telefónica, nuestra mirada va del
conjunto: la fotografía contemporánea ha alcanzado un rango artístico del
máximo nivel, a las obras singulares: todas ellas expresión en el ámbito de la
representación plástica de la complejidad y diversidad de registros de la
experiencia de la vida en el mundo de hoy.
En
este caso, definitivamente, los árboles:
las distintas piezas, sí dejan ver el
bosque: la imagen, de formas y reverberaciones plurales, de nuestro mundo.
Porque la variedad de líneas y registros nos permite, a la vez, encontrar un
hilo de unidad en todas ellas, una cuestión abierta que subyace. La fotografía
nos permite ver de un modo nuevo,
llegar hasta el mínimo detalle, e incluso a lo antes nunca visto durante
milenios. Pero, entonces, y aquí la pregunta: ¿qué es lo que vemos?, ¿qué
es la representación?
Pierre Gonnord: Herb II (2000). Fotografía en color, 103 x 103 cm.
La
imagen fotográfica de intención artística transmite siempre un
auto-cuestionamiento interior, inmanente. Lo que en ella se desvela es que la
fotografía, toda fotografía, no es nunca, sin más, como tantas veces se
pretende, una "prueba" o demostración de una verdad. Al contrario, la
imagen fotográfica es siempre una construcción, el resultado de un proceso de
selección, fragmentación y encuadre. Y ése es, en mi opinión, el punto central
de diferencia entre la fotografía de intención artística y los hoy
abundantísimos usos mediáticos y documentales de la fotografía. En estos
últimos casos lo que rige es la reproducción y repetición de lo existente, una
nivelación plana entre existencia e imagen. En el primero, como podemos
apreciar en esta sugestiva exposición, lo que en cambio rige es la pregunta por
lo que vemos, el cuestionamiento de nuestra experiencia de la vida a través de
la imagen.
*
Fotografía contemporánea en la Colección
Telefónica, comisario: Ramón Esparza; Espacio Fundación Telefónica, Madrid,
hasta el 2 de marzo de 2014.
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