jueves, 4 de diciembre de 2014

Niki de Saint Phalle y la condición femenina

Yo es otra

Una hermosa y sugestiva exposición permite apreciar en profundidad, en una visión de conjunto, el alcance de la obra de Niki de Saint Phalle (1930-2003), artista-mujer o mujer-artista, a la que probablemente no se le ha prestado hasta ahora la atención que merece. Nacida en Francia, pero criada en Estados Unidos: francesa y americana a la vez, autodidacta, única mujer entre los artistas del "Nuevo Realismo" en Francia, e igualmente en el contexto norteamericano de las "Combine Paintings" ["Pinturas de mezcla"], en los orígenes del Arte Pop, Niki de Saint Phalle tiene un perfil muy especial. El de una mujer entre hombres, una mujer llena de fuerza e intensidad, que en todo momento supo mantener una línea de trabajo específicamente femenina.

Per Olov Ultvedt , Robert Rauschenberg, Martial Raysse, Daniel Spoerri, Jean Tinguely y Niki de Saint Phalle, en 1962, instalando la pieza de esta última Dylaby [contracción de Laberinto Dinámico].

Con una adolescencia difícil, marcada por los abusos sexuales de su propio padre cuando tenía tan sólo once años, Niki de Saint Phalle tomó muy pronto consciencia de las limitaciones que el matrimonio y la familia tradicionales imponían a las mujeres. En 1949 comenzó a trabajar como modelo de moda: sus fotos aparecieron, por ejemplo, en la cubierta de Life, en Vogue, o en Harper's Bazaar. Apasionada por la lectura, poco a poco su búsqueda se fue abriendo hacia otros sentidos. La lectura, en 1952, del libro de Simone de Beauvoir El segundo sexo, y el encuentro en 1954 en Deià, Mallorca, con Robert Graves y la consiguiente lectura de su gran obra sobre "las diosas madres": La diosa blanca, serían jalones decisivos en su reivindicación de una femineidad emancipada. De una visión autónoma de la mujer, no reducible a las visiones patriarcales de la mujer como "madre", "esposa", o "musa".

La Promenade du dimanche [El paseo del domingo] (1971).
Poliéster pintado, 185 x 215 x 200 cm. Niki Charitable Art Foundation, Santée, California.

La exposición en el Grand Palais de París reúne, en dos pisos, 157 obras, muchas de ellas de gran formato, además de un importante conjunto de documentos, que permiten apreciar la extensión y variedad de los registros y procedimientos artísticos de Niki de Saint Phalle: pintura, ensamblaje, escultura, grabado, performance, cine experimental, diseño de fuentes, de parques para niños, de jardines esotéricos, de casas...

Tres "Nanas" en la exposición.

Entre sus piezas más conocidas están las "Nanas", figuras orondas de la femineidad, llenas de fuerza vital y expresiva, siempre en movimiento, que se encarnan en todo tipo de soportes. Sobre ellas, Niki dijo, en 1965: "Para mí, mis esculturas representan el mundo de la mujer amplificado, la locura de las grandezas de las mujeres, la mujer en el mundo de hoy, la mujer en el poder". Se trata, por tanto, de una actualización de la figura mítica de "la diosa madre". Algo que alcanzaría una expresión todavía más explícita en la instalación de gran formato Hon [Ella, en sueco], presentada en 1966 en el Moderna Museet de Estocolmo, y en la que el público debía "penetrar" en la vagina de una enorme figura escultórica femenina tendida, para descubrir en el interior un laberinto de juegos y un despliegue del arte hacia la diversión y el entretenimiento. 
Hon [Ella] (1966).
Instalación. Moderna Museet, Estocolmo.

De gran interés son también sus Tiros, cuyo inicio se sitúa a comienzos de 1961, performances en las que se  disparaba con una carabina sobre superficies en las que se insertaban bolsitas de pintura, que al abrirse por los impactos iban salpicando sobre la superficie, dando así lugar a formas pictóricas surgidas completamente por azar. Sobre ellas, retrospectivamente, Niki de Saint Phalle diría en 1992: "Tirando sobre mí, tiraba sobre la sociedad y sus injusticias. Tirando sobre mi propia violencia, tiraba sobre la violencia del tiempo".

Fotograma coloreado de la película Daddy [Papá] (1972).
Niki Charitable Art Foundation, Santée, California.

A lo largo de su trayectoria, Niki de Saint Phalle iría así construyendo una especie de espejo plástico, con un amplio y siempre intenso repertorio, con el objetivo de sacar a la luz la violencia oculta y silenciada de nuestro mundo: "la familia, la sociedad y la religión me sirven de presas", indicó en 1974 a propósito de su película experimental Daddy [Papá] (1972). Eso sí, en su obra se subraya siempre que esa violencia general se ejerce de un modo particularmente intenso sobre las mujeres. Al final de su vida, en la última entrevista que concedió en 2002, señalaba: "Vea mis Mariées [Esposas], quizás son bellas, pero también dolorosas. Testimonian la condición femenina. Pienso en el matrimonio de mi madre, de mis tías: era una felicidad, pero también un encierro. No había en ello emancipación posible en tanto que ser único, posibilidades de hacer otra cosa que ser una esposa sumisa".

La Mariée ou Eva Maria [La Esposa o Eva María] (1963). 
Alambre, escayola, encaje encolado y diversos juguetes pintados, 222 x 200 x 100 cm. Centre Pompidou, París.

En busca de sí misma, a través del juego y la interrogación abierta de la imagen que permite el arte, Niki de Saint Phalle nos da en sus obras un ejercicio de desdoblamiento, de contraste entre lo que podríamos o querríamos ser y lo que nos dejan ser. De un modo especial, en el caso de las mujeres. De ahí la necesidad de romper los límites, de ir más allá de toda condición impuesta: yo es otra.     



* Niki de Saint Phalle; comisarias: Camille Morineau y Lucia Pesapane; Grand Palais, París, del 17 de septiembre de 2014 al 2 de febrero de 2015. 

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