Picasso vuelve a París
En realidad, nunca se fue.
Aunque los cinco años cerrado al público del museo que lleva su nombre han
supuesto un no pequeño paréntesis en su visibilidad. Con unas 5.000 obras,
200.000 piezas de archivo y 11.000 libros que pertenecieron al artista, el
Museo Picasso de París atesora la más importante colección pública en el mundo
centrada en la figura y la trayectoria creativa del malagueño. De modo que la
reapertura del Museo el pasado 25 de octubre, fecha del nacimiento de Picasso,
es en sí misma todo un acontecimiento.
El Palacio Salé, exterior.
El Museo se abrió al público en
1985 en el Palacio Salé, construido en el siglo XVII, y ubicado en el barrio
parisino del Marais. Su colección se formó principalmente gracias a dos
daciones sucesivas al Estado francés de los herederos de Picasso en 1979, y
después de los herederos de Jacqueline Picasso en 1990, a las que se irían
uniendo otras daciones y adquisiciones de obras. A pesar de su carácter noble,
los espacios del Palacio resultaban bastante problemáticos para desempeñar
adecuadamente la función museística, sobre todo en lo que se refiere a la
circulación de los visitantes.
Por ello, en 2009 se decidió
cerrarlo al público y acometer una profunda intervención de renovación y
ampliación. La intervención duró mucho más de lo inicialmente previsto, y el
presupuesto final se ha "disparado" hasta los 52 millones de euros,
33 más de lo previsto. El resultado es magnífico: el desplazamiento fuera del
Palacio de las áreas de servicios y de administración, así como la recuperación
del patio de entrada y del hermoso y amplio jardín, dan un gran impulso al
Museo.
Pablo Picasso: Autorretrato (finales 1901).
Óleo sobre lienzo, 81 x 60 cm.
La gran mejora de los
espacios expositivos y de la circulación entre los mismos se advierte casi de
inmediato al recorrer la muestra inaugural, a cargo de Anne Baldassari,
anterior Presidenta del Museo, y que ocupa la totalidad de los espacios del
interior del Palacio. En ella se presentan cerca de 400 obras de la colección,
en un montaje limpio y ordenado, que da una visión excepcional del conjunto de
la trayectoria artística de Picasso, de su inmensa fuerza creativa en los
registros plásticos más diversos y plurales.
Pablo Picasso: El acróbata (18 de enero de 1930).
Óleo sobre lienzo, 162 x 130 cm.
Organizada
con un criterio a la vez cronológico y temático, con "cruces" o
intersecciones de obras de distintas épocas que confluyen desde un punto de
vista formal, la exposición reúne pinturas, esculturas, dibujos y collages. Se articula en tres secciones:
"Recorrido magistral Picasso", en los pisos bajo, 1 y 2; "Los
talleres", en los sótanos; y "Los diálogos", en la zona más
alta, los antiguos desvanes. En esta última sección se muestran obras de Edgar Degas, Cézanne, Renoir, "el aduanero" Rousseau, Gauguin,
Matisse, Derain, Braque, Modigliani, Miró o Balthus…
que pertenecieron a Picasso, y que permiten así apreciar el grado de intenso
conocimiento artístico que fluía en su mundo interior.
El
resultado es deslumbrante. Con obras de una calidad extraordinaria, muchas de
ellas guardadas por Picasso a lo largo de su vida, la exposición hace posible
reconstruir en su conjunto el itinerario creativo excepcional de un artista
único, independiente, no sometido en ningún momento a "disciplinas" o
tácticas de grupo. Picasso cambia una vez y otra, su obra es metamorfosis
continua, dialoga con la tradición y con el futuro del arte, y en todos los
casos alcanza las cotas más altas de plenitud artística. Su inmenso aliento
creativo imprimió un curso radicalmente nuevo en el arte de nuestro tiempo.
Pablo Picasso: Mujer sentada en un sillón rojo (1932).
Óleo sobre lienzo, 130 x 97,5 cm.
Abierto
de nuevo, recuperado para los públicos plurales que son los auténticos
destinatarios del patrimonio artístico y cultural, ¿qué horizonte de futuro se
abre para el Museo Picasso de París...? Considero ésta una cuestión importante,
ya que en la actualidad la figura de Picasso ha alcanzado una posición
indiscutible, equiparable a las de los más grandes maestros de la historia del
arte. A diferencia de lo que pudo suceder en otras épocas, nadie discute hoy a
Picasso. Y, sin embargo, si la aceptación es masiva, la incidencia de Picasso
en las actitudes y objetivos artísticos últimos parece mucho más tenue o
mitigada. ¿Es Picasso un artista de otro tiempo, un "maestro", una
gran figura del pasado...? No es ésa mi opinión: la vitalidad multiforme, en
todo momento consciente de la pluralidad expresiva y de la diversidad de
registros y soportes, hacen de Picasso una referencia central para el futuro de
las artes, y en un sentido muy abierto.
Pablo Picasso: Jacqueline con las manos cruzadas (3 de junio de 1954).
Óleo sobre lienzo, 116 x 88,5 cm.
En
relación a todo ello, la nueva etapa del Museo Picasso de París permite
albergar las mejores expectativas. Laurent Le Bon, su nuevo Presidente, que ha
dirigido en su última fase el proceso de reapertura, sitúa como objetivo
principal de su mandato "desarrollar una nueva mirada sobre la obra de
Picasso", una mirada que
interrogue desde hoy, desde la
sensibilidad actual lo que Picasso plantea y supone desde un punto de vista
artístico. En ese sentido, Le Bon subraya que el futuro del Museo Picasso de
París se jugará también fuera de su recinto, a través de préstamos de obras y
colaboraciones con otros museos e instituciones artísticas. O con muestras ya
previstas, como Picasso y el arte
contemporáneo (en el Grand Palais de París, en otoño de 2015), o para 2027-2018 Picasso y el primitivismo (en el Museo del Quai Branly) y sobre sus
periodos azul y rosa (en el Museo d'Orsay).
Pero,
además, a partir de septiembre de 2015, Le Bon tiene previsto que las obras de
la colección se irán presentando de forma rotativa en torno a diferentes ejes
temáticos. Subraya también, en conversación personal, que su propósito es
evitar el "museo tumba", el gran riesgo de los museos monográficos, y
su interés central hacer del Museo Picasso de París un lugar vivo, muy
dinámico, renovando continuamente la presentación. A todo ello se une la
creación en el mismo de un centro de investigaciones picassianas. En
definitiva, aclara Le Bon, se trata no tanto de "glorificar" la
figura estática de un artista, sino de construir una mirada abierta sobre su
obra. De "entrar en su cerebro", en su proceso creativo. De restituir
un Picasso activo, un Picasso vivo.
* Exposición inaugural, comisaria: Anne Baldassari; Museo
Picasso, París, hasta la primavera de 2015.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.164, 6 de diciembre de 2014, pp. 18-19.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.164, 6 de diciembre de 2014, pp. 18-19.
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