domingo, 28 de abril de 2019

Instalación de Wim Wenders en el Grand Palais, París


El cine de los sueños


Durante cinco días, en horario de noche, ha podido verse en París un conjunto único de imágenes, una impresionante instalación fílmica del gran director de cine Wim Wenders (Düsseldorf, Alemania, 1945). Pienso que las películas de Wenders llevan siempre un signo de profundidad en su interior. Deslizamientos entre la realidad y el deseo, entre la memoria y la acción, entre las raíces y el desarraigo.

Imagen de la instalación.

Entre todas ellas, sigo considerando la de mayor relieve El cielo sobre Berlín (1987), a la que el propio Wenders prefiere referirse por su título en inglés: Alas del deseo. En ella, los ángeles deambulan por Berlín, no sólo en el cielo, sino también en la tierra, entre los seres humanos, a quienes sostienen y apoyan, sobre todo a los niños. Son ángeles “mirones”, que miran, se introducen, en las escenas de la vida. Y que quieren ser como humanos, como dice literalmente uno de ellos “sentir todo”.
Además de su larga lista de películas, desde 1969 hasta 2018, Wim Wenders ha proyectado su trabajo también en el ámbito de la fotografía, con exposiciones que muestran su manera creativa de fijar el instante, y que en distintas ocasiones han podido verse también en España.
Pero lo que acaba de presentar en París es algo diferente, un nuevo registro, cuya intención central es situar el cine en el ámbito de mayor exigencia de la creación artística. A ello contribuye, sin duda, el espacio de que ha dispuesto para poder realizar su instalación, el Grand Palais de París. Un espacio arquitectónico referencial de la capital francesa, construido entre 1897 y 1900 para albergar la Exposición Universal que tuvo lugar ese año.
Desde entonces, este Gran Palacio, con una compleja y ecléctica estructura arquitectónica, se ha convertido en una joya patrimonial y ha servido de sede a todo tipo de acontecimientos: políticos, culturales y artísticos. Wim Wenders ha podido contar con todo el espacio de su gran nave central, una superficie de nada menos que 13.500 m2, utilizando un dispositivo técnico de proyección «mapping» constituido por 12 proyectores 4K (de definición ultra-alta), cubriendo así una gran parte de los muros de la nave.

Imagen de la instalación.

¿Qué se proyecta…? Imágenes y sonido de 16 películas de Wim Wenders, de Alabama (1969) a Pina (2011), todo ello articulado con un montaje distinto al de los filmes originales, entremezclado. ¿Cómo se proyecta…? A través de 7 proyecciones simultáneas de figuras y planos de un tamaño descomunal, gigantes, expandidas a lo largo de los muros, cubriendo los dos pisos de gran altura de la nave. Y sin tocar el cristal de la cubierta, lo que abre así la comunicación de las imágenes y el sonido fílmicos con la noche.
El resultado es, de verdad, inolvidable: un registro intensísimo de la experiencia estética, que va desde la intimidad de cada uno hasta la visualización dinámica del movimiento de las imágenes y las personas desplazándose, proyectándose en un arco que llega hasta el cielo nocturno.
Lo que vamos viendo son fragmentos de películas, en su mayor parte ya vistas, pero en una modulación enteramente distinta. Por un lado, el montaje entremezclado. Por otro, en un ir y venir que no se puede hacer en las salas de cine, ni tampoco en las pantallas privadas: en esta instalación las imágenes se mueven como nosotros, no están quietas. Resulta significativo que casi todos los que están en la nave intentan captar las proyecciones con sus móviles, en lo que obviamente no pueden ser sino registros parciales.

Imagen de la instalación.

El título, en inglés, de la instalación: (E)Motion, encierra un juego de palabras, a la vez (E)Moción y Movimiento electrónico. Y esto último nos habla de algo que nos lleva al ámbito ineludible de la pantalla global en que todos vivimos. Pero Wim Wenders lo transciende: ha concebido y realizado una instalación plural inmersiva. En ella la memoria de las imágenes propicia la identificación de situaciones y momentos específicos, despierta en nosotros otro tiempo que fue, y a la vez se proyecta en el ámbito incierto de la noche.
Esa instalación fílmica, irreproducible, transmite vida, en lugar de repetición, de imágenes fijas. Wenders nos lleva a un cine transcendido, convertido en monumento visual dinámico. Nos induce a no limitarnos a mirar, sino a tratar de ver. Y es ahí donde se sitúan el pensamiento, la crítica, y la libertad.

Wim Wenders ante su instalación.

Uno de los ángeles de El cielo sobre Berlín pregunta: “¿la vida bajo el sol es solamente un sueño?” Pregunta que resuena transcendida en (E)Motion, en esta instalación que nos lleva de la tierra al cielo. En ella, vivimos el cine que crece, sube, se alza, se eleva, hasta alcanzar el cielo de los sueños, el rincón más alto del recuerdo y la memoria. Todo aquello que vimos, o que quisimos ver, que vuelve ahora a nuestra mirada con mayor nitidez que nunca. Wim Wenders: el cine de los sueños.  


* Wim Wenders: (E)MOTION. Instalación cinematográfica monumental. Grand Palais, París. 18-22 de abril de 2019, de 21 a 24h.

* Publicado (en versión reducida) en ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.375, 27 de abril de 2019, p. 21.

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