domingo, 10 de septiembre de 2017

Nicholas Nixon en la Fundación MAPFRE, Madrid

La vida en la imagen

Nicholas Nixon (Detroit, 1947), uno de los fotógrafos más relevantes y especiales de nuestro tiempo, de nuevo en Madrid, en la Fundación MAPFRE. Es la segunda vez que esta institución se ocupa de su trabajo, pues ya en 2008 presentaron una muestra centrada en la que es sin duda su serie más conocida: Las hermanas Brown. Pero esta exposición, excelente, es un proyecto más amplio: se trata de un recorrido retrospectivo por toda su obra, para lo que se ha contado con la colaboración directa del propio Nixon.

Las hermanas Brown [The Brown Sisters] (1975).
Gelatina de plata, 45,4 x 57,1 cm. Colecciones Fundación MAPFRE.

Reúne nada menos que 212 piezas fotográficas, todas ellas en blanco y negro. Las pruebas de Nixon en los últimos años con el color y las cámaras digitales no le convencieron y volvió a su técnica de siempre, con una cámara de madera de gran formato e impresiones en blanco y negro. En la entrevista con Carlos Gollonet que se recoge en el catálogo, Nixon indica que las imágenes digitales en color quedan mejor en una pantalla, pero eso significa que no van a durar. Y también concreta que, para él, el problema central se sitúa en las copias: “es sobre todo por las copias. Simplemente, no me seducen nada. Me gustan, pero no me emocionan como lo han hecho siempre mis copias en gelatina de plata.”
Que la imagen: la copia o impresión, dure, permanezca, es una cuestión central para Nicholas Nixon. Recorriendo la exposición, articulada cronológicamente en diversas series y apartados, se puede apreciar hasta qué punto sus fotografías se conciben como una forma de registrar el paso del tiempo. En las vidas de las personas, en los ambientes, en las ciudades, en la naturaleza.

Yo, Brookline [Self, Brookline(2008. Copia de 2014).
Gelatina de plata, 34,3 x 26,7 cm. 

El interés de Nixon por la fotografía tuvo sus inicios en la segunda mitad de los años sesenta, y se relaciona con el gran impacto que le produce Henri Cartier-Bresson. A la vez, es importante tener en cuenta que su concepción de la fotografía no implica entenderla de forma aislada, sino siempre en relación con una consideración estética más amplia y compleja. Es significativo, en ese sentido, que hiciera una tesina sobre el Ulises, de James Joyce. Y que, además del medio fotográfico, su atención haya estado siempre situada también en la literatura y en la música.

Vista de Battery Plaza, Nueva York [View of Battery Plaza, New York City(1975).
Gelatina de plata, 19,4 x 24,5 cm. 

En los años setenta, Nixon se centra en las imágenes de la tierra, en los edificios en los márgenes urbanos y,  tras su traslado a Boston en 1974, en los ambientes de la gran ciudad. En 1975, sus fotografías son incluidas en la exposición referencial New Topographics: Photographs of a Man-altered Landscape [Nuevas Topografías: Fotografías de un Paisaje alterado por el Hombre].

Plant City, Florida (1982). Gelatina de plata, 19,4 x 24,1 cm. 

Pero casi de modo inmediato se produce un gran cambio en su trabajo: su mirada gira hacia los seres humanos, hacia el retrato, que concibe en todo momento de manera dinámica. En lugar de representaciones estáticas, en sus imágenes vemos a personas en acción, distinguimos posiciones, movimientos, y sobre todo interrelaciones. Las series que dedica a los porches (resquicios de viviendas), a los ancianos, al SIDA, a las parejas y a las hermanas Brown, muestran una construcción del detalle en la imagen de una gran elevación poética y conceptual.
Para Nixon, se trata de llegar al significado de la vida a través de la imagen, y justamente eso implica una concepción de la fotografía basada en la singularidad, contrapuesta a la repetición y la indiferencia de la imagen masiva. Singularidad que se alcanza en la construcción de la forma, algo que Nixon afirma haber recibido de Cartier-Bresson: “Cartier-Bresson me aportó la idea de que el significado, el significado más amplio, surge de la forma.” Todo brota de los entrecruces de la imagen y de la búsqueda del detalle como signo. En sus fotografías no hay elementos autónomos, o aislados: todo se entrelaza gracias a la elección del detalle y el momento.

Las hermanas Brown [The Brown Sisters] (2016).
Gelatina de plata, 45,4 x 57,1 cm. Colecciones Fundación MAPFRE.

En último término, el conjunto de la obra de Nixon puede entenderse como un autorretrato, que registra las interrelaciones en su experiencia vital a lo largo del tiempo. Las fotografías que llevan el título de autorretrato en la muestra tienen en todo momento signos interactivos. Y la serie sobre las hermanas Brown permite apreciar el espejo vivo de la cámara. Nixon comenzó a retratar a las cuatro hermanas Brown en el verano de 1974, pero esa primera imagen no le convenció. Y así, se sitúa como la primera de esta serie la del año siguiente, en 1975. Desde entonces, ha seguido fotografiando a las hermanas cada año, cada una de ellas siempre en la misma posición. Y la última toma de este 2017, la 42 de la serie, ha llegado a tiempo para ser incluida en la muestra. Las vamos viendo, las mismas y distintas, año a año. Nicholas Nixon: impresiona ver, con una forma tan bien construida, un registro tan intenso del paso del tiempo.


* Nicholas Nixon. Comisario: Carlos Gollonet; Fundación MAPFRE, Madrid. Del 14 de septiembre al 7 de enero de 2018.  

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.294, 9 de septiembre de 2017, pp. 22.  

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