Huellas y ecos
La
imparable expansión de la tecnología es el signo que marca y determina todo el
proceso de despliegue de la modernidad. Un nuevo giro, o deriva, en ese proceso
es el que tiene lugar con la creciente configuración digital de todos los
soportes de comunicación y de transmisión cultural, a partir de la década de
los noventa del siglo ya pasado hasta ahora mismo, cuando ese horizonte sigue
plenamente abierto. Ese gran cambio, o giro, deja también, naturalmente, su
impronta en las artes, con el surgimiento y expansión de lo que se llama arte multimedia, una línea que marca una
voluntad de integración de todos los soportes expresivos: lenguaje (verbal y
escrito), formas visuales, sonido y acción (performance),
en la unidad que la tecnología digital hace posible.
Viaje a ninguna parte (2014-2015).
Dos
artistas españoles, y de una importantísima proyección internacional: Concha
Jerez (Las Palmas, 1941) y José Iges (Madrid, 1951), que trabajan como unidad –en este caso creativa, y no digital– desde 1989,
recuperan ahora sus propuestas de mayor alcance en esa línea de trabajo multimedia en una magnífica y sugestiva
exposición: Media-mutaciones, que se
completa y actualiza con nuevos proyectos específicamente concebidos para esta
ocasión.
Articulada
en un conjunto de relatos, que se
ramifican en proyectos o series abiertas
de instalaciones multimedia, fotomontajes y una instalación sonora, la muestra
tiene como intención declarada hacer visible la distancia que el arte establece
con los canales de comunicación que configuran nuestra experiencia y nuestras
vidas, permitiendo así tomar consciencia de lo habitualmente inadvertido, y muy
en primer plano de la medida en que esos canales de comunicación,
pretendidamente asépticos y transparentes, encierran en realidad declives y
desviaciones de sentido que hacen posible formas de dominación y de generación
inconsciente de consenso social muy potentes e intensamente autoritarias.
Bazar de utopías rotas (1993-2007).
Esa
intención, moral y política, impregna también el sentido del montaje y
presentación de las propuestas, articulados como un itinerario abierto,
destinado a que los públicos recorran hacia
fuera y hacia dentro las tramas
eclécticas e híbridas de las vidas humanas en este tiempo presente,
caracterizado por la dominación global y la consecuente mezcla de todo en todo
que ese tipo de dominación propicia.
La
selección de obras en la muestra tiene su inicio cronológico, en el ingreso
mismo a las salas, con una amplia instalación: Argot (1991-2015),
que aquí se presenta en una nueva síntesis que recoge sus reelaboraciones
sucesivas en una nueva versión más intensa y depurada. De verdad, emocionante:
las voces y ecos, las partituras y escritos, las imágenes y sombras, que el
artista recorre en su búsqueda de la obra.
Net-Ópera (2000-2001).
Y
después, todo un recorrido que va desde una ubicación en los planteamientos
transgresores y de acción de Fluxus hasta
las propuestas más avanzadas del Net Art
y del arte de acción: Habitación
de lectura 1492-1992 (1992-1999), Bazar de utopías rotas (1993-2007),
El ojo de Polifemo (1997-1998), Net-Ópera (2000-2002),
que se despliega en tres proyectos, Teatro de guiñol (2002), Terre di nessuno, también a través de tres proyectos, Persona (2005-2015),
igualmente a través de tres proyectos, los fotomontajes Dentro
Afuera (2009), la cartografía sonora Tierras de nadie
(2012-2013) y su obra más reciente: Viaje a ninguna parte (2014-2015), que consiste
en una serie de tres acciones para vídeo, realizadas en espacios inaccesibles
al público de esa fábrica abandonada
de producción comercial de tabacos en la que se presenta la muestra,
y en las que Jerez e Iges se sientan y caminan
rumbo a ninguna parte.
Terre di nessuno. Arenas movedizas (2002-2008).
Hay también una sala documental, en la que se puede consultar información sobre las performances y obras audiovisuales
y sonoras realizadas conjuntamente a lo largo de los últimos 25 años. Además, durante
el periodo de apertura de la exposición tendrán lugar dos performances, así como visitas guiadas por
los artistas, y se ha
desarrollado una guía pedagógica concebida para facilitar a los visitantes distintos
niveles de aproximación a las obras.
En
definitiva, Concha Jerez y José Iges ponen ante todos nuestros registros
perceptivos, ante nuestra sensibilidad y nuestra inteligencia, los surcos que
el trabajo, la experiencia y la comunicación imprimen en nuestras vidas. Y
trazan la acumulación de voces superpuestas, de sonido y escritura, de imágenes
visuales estáticas y en movimiento, con la que el arte desvela las huellas y ecos de esos filtros
invisibles de dominación que encierran la democracia en un ámbito básicamente
reducido al consumo. O esto o aquello,
según lo que la potencia persuasiva de los canales de comunicación determine
con mayor o menor intensidad en el juego de sombras de nuestros deseos de poseer
y digerir.
* Concha Jerez y José Iges: Media-mutaciones; Comisaria: Karin Ohlenschläger, Promoción del Arte, Tabacalera, Madrid,
hasta el 21 de junio de 2015.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.185, 2 de mayo de 2015, p. 22-23.
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