domingo, 4 de mayo de 2014

Tres intervenciones de Cristina Iglesias en Toledo

Memoria de las aguas

Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956), una de nuestros artistas actuales con mayor consistencia y proyección, acaba de presentar Tres aguas, un conjunto de tres intervenciones en Toledo que tienen como hilo de continuidad las aguas que fluyen, tanto externa como internamente. El proyecto se inscribe en las actividades del "año Greco" (conmemoración del cuarto centenario de la muerte del cretense), y ha sido promovido por Artangel, una dinámica institución con sede en Londres que organiza propuestas artísticas en espacios públicos y distintas actividades multidisciplinares.

Cristina Iglesias: Tres aguas, Plaza del Ayuntamiento.

El agua, o mejor aún: la memoria del agua en su representación plástica, es uno de los elementos centrales a lo largo de toda la trayectoria artística de Cristina Iglesias. En esta ocasión, sus tres intervenciones acotan un circuito ideal en tres espacios de Toledo: la Plaza del Ayuntamiento, la Torre del Agua junto al río Tajo, y el Convento de Santa Clara. Lo mejor para entrar plenamente en el sentido de la propuesta es desplazarse a pie desde la Plaza del Ayuntamiento, recorriendo la orilla del río para llegar a la Torre del Agua, y desde allí volver también a pie a la ciudad y entrar en el Convento de Santa Clara.

Cristina Iglesias: Tres aguas, Plaza del Ayuntamiento.

Fuera y dentro podemos captar, en el flujo interior y exterior de las aguas, la memoria que cifra aquella convivencia de tres culturas que constituye el signo espiritual de Toledo. En las tres intervenciones el agua fluye, ocupa los espacios de los estanques en cuyo fondo descansa un entramado vegetal realizado en acero al que se ha aplicado una pátina verdosa, y luego su nivel va descendiendo gradualmente hasta desaparecer por completo. Considero este carácter dinámico de las tres piezas uno de sus aspectos más relevantes: la intervención escultórica se hace dinámica, y se convierte así en un signo de la vida, que va y viene. Como el curso del tiempo, el flujo de las aguas es inaprehensible, y las Tres aguas de Cristina Iglesias nos llevan a Heráclito: "no puedes entrar dos veces en el mismo río".

Cristina Iglesias: Tres aguas, Torre del agua.

En la Plaza del Ayuntamiento las aguas conviven con el ruido y el tránsito de la gente que pasa, y con la elevada imagen de la Catedral que se refleja en ellas, como se reflejan también las personas que miran. Un reflejo que se produce igualmente en los espacios interiores de la Torre del Agua y del Convento de Santa Clara. No sólo memoria, las aguas son a la vez espejo, lámina cimbreante o quieta en la que vemos huellas del paso del tiempo y modulaciones invertidas en el reflejo de nuestras vidas en curso.

Cristina Iglesias: Tres aguas, Torre del agua.

Caminar junto al Tajo para llegar a la Torre del Agua nos devuelve a la naturaleza y a la experiencia numinosa del agua como fuente de vida. Aunque las acciones de la tecnología y la industria hayan despojado en parte de su carácter a "aquella ribera deleitosa" en la que Garcilaso de la Vega, en su Tercera Égloga, cantó su encuentro con las cuatro musas que habitaban en el río. Subir hasta la cima de la Torre permite una espléndida vista de Toledo, y bajar luego en el interior por la escalera "gemela" de la externa permite descender hasta un núcleo de agua donde se remansa el sentido.

Cristina Iglesias: Tres aguas, Convento de Santa Clara .

El itinerario culmina al entrar en la cámara accesible del Convento de las Clarisas, espacio de silencio y meditación en el que Cristina Iglesias ha situado dos celosías, otra de las marcas personales de su obra, que nos sitúan en esos espacios interiores, íntimos, domésticos o, como en este caso, de clausura, en los que ancestralmente se ha ubicado a las mujeres.

Cristina Iglesias: Tres aguas, Convento de Santa Clara.

Ir y venir. Tránsito: vivir y pasar. Estas tres intervenciones de Cristina Iglesias imprimen en Toledo el vuelo más alto del arte. Deslizándose en las aguas, en su espejo. Pues, como escribió Gaston Bachelard, "el agua sirve para naturalizar nuestra imagen, para concederle algo de inocencia y de naturalidad al orgullo de nuestra íntima contemplación."



* Cristina Iglesias: Tres aguas. Un proyecto para Toledo: Plaza del Ayuntamiento, Torre del Agua, Convento de Santa Clara, Toledo.

PUBLICADO [en versión reducida]  EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.138, 3 de mayo de 2014, p. 20. 

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