Esta nueva exposición del más joven de
nuestros artistas, que en unos meses cumplirá 85 años, es de verdad
impresionante, maravillosa. No se la pierdan. El foco de la muestra podría
situarse en una pregunta: ¿Miramos un cuadro, o algo en él nos mira a
nosotros…? Luis Gordillo despliega una puesta en escena de los colores, los
objetos, las figuras, en secuencias de reflejos y movimientos. Con ello, la
pintura se despliega no como una representación plana, sino “como interrogación
corporal”, según la expresión que él mismo formuló en 2014.
Una cara nos mira (2018). Acrílico sobre lienzo,116,5 x 100 cm.
Las obras reunidas: un conjunto de
cuadros de grandes dimensiones junto a otras piezas de formato medio, siguen
avanzando en el mismo curso que caracteriza su trayectoria, pero sin
repetición, abriéndose a nuevos registros de la mirada. En todas ellas, podemos
ver cómo Luis Gordillo utiliza el collage y la mezcla del lenguaje pictórico,
en su más alta intensidad, con los soportes técnicos de la representación:
fotografía, estampación gráfica, recursos digitales.
Refracciones-refractivas (2019). Tríptico. Impresión digital, papel baritado Hahnemuhle y dibond, ed. 1 de 3, 150 x 386 cm.
En su libro de 2014 Mecánico visceral-Visceral mecánico,
escribió: “Mi apetito devorador es amplio; todo puede ser deglutido y asimilado
para una densificación última del cuadro: colección obsesiva de fotos de prensa
y de objetos baratos, técnicas de transformación como la foto, la imprenta, la
fotocopia, el collage y todas estas fuentes reciclándose y trabajando en espiral.”
Quién mira a quién (2019). Acrilico y collage sobre madera, 124,5 x 223 cm.
Lo que Luis Gordillo alcanza es
admirable. A través de esa actitud de intensificación y síntesis nos situamos
en el registro de lo que Richard Wagner llamó “la obra de arte total”, aunque
en este caso en el universo de la pintura, de la imagen plástica. Y todo ello
en el escenario de la sensibilidad actual, en el mundo de hoy. Ya que por un
lado, esa superposición de planos de representación y de escenarios plásticos
nos habla de la proliferación y mezcla de las imágenes en las redes digitales
de nuestros días. Y por otro, al introducir un giro de cuestionamiento, de
interrogación, acerca de lo que vemos, plantea la necesidad de una mirada
emancipada, de una visión abierta.
Entre las obras aquí reunidas podemos,
por ejemplo, seguir el curso de la interrogación pictórica: Una cara nos mira (2018), Refracciones-refractivas (2019), Quién mira a quién (2019), Visión-dispersión-destrucción (2019),
que nos lleva a interrogarnos acerca de los cauces de nuestra mirada. ¿Llegamos
a ver cuando miramos…?
Visión-dispersión-destrucción (2019). Acrílico sobre lienzo, 134 x 190 cm.
La pintura de Luis Gordillo nos da una
melodía de notas visuales para llegar a ver. A través del vuelo, del aleteo, de
la mirada. Mirando sus cuadros construimos orbes con los objetos y figuras que
nos rodean, “ready-mades” óptico-emocionales a los que Gordillo hace actuar,
pone en escena. Y así, vemos. En su
libro de 2009 Little Memories, Luis
Gordillo escribió: “para saber hay que pasar a través del cuerpo”. Esa es la
clave última de su pintura excepcional: los cuerpos en el teatro de la vida.
* Luis Gordillo: Escenografía corporal. Galería Marlborough, Madrid. Del 9 de mayo
al 15 de junio de 2019.
* Publicado en ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.379, 25 de mayo de 2019, p. 20.
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