Viaje en el tiempo
Una hermosa y sugestiva
exposición acaba de abrirse al público en París, en el Musée de l’Homme. En su
núcleo está una cuestión abierta: nosotros, que nos llamamos seres humanos, ¿quiénes somos…? Aunque
en este caso la atención se concentra en la presentación de los datos que la
prehistoria y la arqueología nos dan, actualmente, sobre una especie biológica:
el «Hombre de Neandertal», muy próxima a la nuestra.
Si bien los primeros
restos fósiles de esta especie se encontraron en Engis (Bélgica), en 1826 y en
Gibraltar, en la cantera de Forbes, en 1846, fue a partir de 1856, año en que
se descubrieron nuevos restos en el valle (que en alemán se dice Tal) de
Neander (cerca de Düsseldorf), cuando acabó identificándose a esta especie de
homínidos, hasta entonces no conocida. La denominación «Hombre de Neandertal»
fue propuesta en 1864 por el geólogo William King.
De
modo que los neandertales han centrado la atención de los científicos desde
hace ya más de 150 años. Pero no sólo, porque a través de toda una serie de
registros escritos y visuales, con una gran proyección a partir de la segunda
mitad del siglo XIX, han estado también presentes con una gran intensidad en la
opinión pública.
Así
se forjó el tópico del Neandertal como un antepasado, primitivo y bárbaro, de
nuestra especie. Sin embargo, con el paso del tiempo, los nuevos registros
fósiles y la investigación científica han ido borrando esa idea: los
neandertales eran cazadores recolectores, igual que las comunidades de «Homo
Sapiens» durante milenios, estaban dotados de grandes habilidades prácticas,
dominaban la expresión y los registros simbólicos, y enterraban ritualmente a
sus muertos. Últimamente se ha podido incluso constatar su hibridación, o cruce
biológico, con nuestra especie. Los científicos hablan hoy de dos especies muy
próximas: «Homo Sapiens Neanderthalis» y «Homo Sapiens Sapiens».
Cráneo neandertal: "L'Homme de la Chapelle aux Saints". Paleolítico Medio, Francia.
A
través de una magnífica síntesis de los datos científicos más avanzados, con
260 objetos expuestos, entre los que destacan un importante número de restos
fósiles, de los muy escasos que se conservan y han sido hallados, y todo un
conjunto de dispositivos multimedia, la exposición consigue traernos a los
neandertales a la vida, los sitúa junto a nosotros. Y en ese planteamiento
destaca la intención anti-racista: ni bárbaros, ni primitivos. En sentido
estricto, los neandertales son nuestros semejantes. O, en un sentido coloquial,
nuestros primos.
El
itinerario se articula en tres partes: «1. El tiempo de una jornada», «2. El
tiempo de una vida», y «3. El tiempo de una especie». Los restos fósiles, las
reconstrucciones escultóricas, las proyecciones, los dispositivos interactivos,
pinturas, carteles, cómics, y toda una serie de textos referenciales en las
paredes (de particular importancia las citas de Claude Lévi-Strauss) nos
permiten viajar en el tiempo, y advertir cómo los tópicos peyorativos sobre los
neandertales no tienen la menor consistencia.
Reconstrucción de la vida cotidiana de un grupo neandertal en un refugio temporal.
Cazadores
recolectores, nómadas, los neandertales no vivían en el fondo de las cavernas,
sino en la entrada de las grutas, bajo el abrigo de las rocas. Tenían también
la habilidad práctica para construir refugios temporales en los espacios
abiertos, que utilizaban en sus desplazamientos para cazar, recolectar
vegetales, o aprovisionarse de piedras. Su menú alimenticio era bastante
variado: muy importante el consumo de la carne y la grasa animales, pero
consumían también plantas salvajes, crudas o cocidas, frutas, pescados de agua dulce,
y mariscos.
Una mujer neandertal hoy, entre nosotros.
Vivieron
en pequeños grupos, desplazándose a todo lo largo de Eurasia, según los datos
actuales entre hace 350.000 y 28.000 años, cuando se produjo su desaparición,
sobre la que todavía no hay una explicación definitiva. Un acontecimiento, este
último, que en sí mismo debería ser objeto de atención para todos nosotros. Las
especies biológicas están sometidas a todo tipo de riesgos. La conservación de
los ecosistemas y el cuidado del planeta deben ser, en todo momento, objetivos
prioritarios.
* Néandertal; Musée
de l’Homme. Comisariado científico: Marylène Patou-Mathis y Pascal Depaepe. Del 28
de marzo al 7 de enero de 2019.
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