Vivir en el éter digital
¿Bajo qué
éter, o capa atmosférica, vivimos, respiramos…? O, en otros términos: ¿en qué imagen vivimos..? Con esa
cuestión se confronta esta exposición performática: arte de la acción. Se trata
de una muestra internacional de performances y soportes performáticos, con
propuestas de once artistas. El título de la misma, en inglés: signo de
globalización, Transmissions from the
Etherspace [Transmisiones desde el
Eterespacio], intenta expresar la síntesis cada vez más intensa entre vida
y tecnología digital.
En Présage [Presagio], Hicham
Berrada (Casablanca, 1986) vierte distintos elementos químicos en recipientes,
y las reacciones resultantes, acompañadas por los sonidos musicales creados por
Laurent Durupt, se proyectan en una pantalla de vídeo de gran formato. Lo que
vemos se parece a una visión interior del fondo del mar, aunque es un producto
de la acción y la tecnología humanas.
Hicham Berrada: Présage (2007-2013). Fotografía: Trevor Good.
En Living Metals [Metales vivientes], de Joana Escoval (Lisboa, 1982), un conjunto de
esculturas metálicas cilíndricas, de pequeño formato, conectan a quienes están
en la sala con una experiencia sonora inmersiva, producida por Robert Watkins,
que transmite grabaciones de campo de las radiaciones solares. Una especie de
niebla lumínica se expande por el espacio.
En I gave my love a cherry that had no stone
[Le di a mi amor una cereza que no tenía
hueso], Emily Wardill (Rugby, Reino Unido, 1977) nos muestra en una
película a un hombre que vaga en un auditorio (el de la Fundación Gulbenkian de
Lisboa), haciendo todo tipo de gestos y movimientos, y perseguido por algo no
humano. El perseguidor es un dron.
En Workers leaving the Googleplex [Trabajadores saliendo del Googleplex], alusión
explícita a la película de 1895 de los hermanos Lumière, Andrew Norman Wilson
(Milpitas, California, 1983), antiguo empleado de Google, documenta en vídeo a un
grupo de trabajadores de esa empresa, cuya actividad se mantenía en secreto, y
los acontemientos que ocasionaron su despido.
Nina Beier: Female Nude (2015). En "La Vie Moderne", Bienal de Lyon. Fotografía: Blaise Adilonde.
De Nina Beier
(Aarhus, Dinamarca, 1975) se presentan dos propuestas: Sweat no Sweat [Sudor no
sudor] y Female Nude [Desnudo femenino]. En la primera, se plantea que en el universo de la imagen
(la película Rocky), en lugar de sus
connotaciones peyorativas, el sudor puede asociarse con el éxito y la pasión.
En la segunda, instalación de cocos de mar (cuyas imágenes recordarían caderas,
vaginas o vulvas) sobre montículos de tierra fertilizada, se alude al riesgo de
extinción de las palmeras que producen los cocos.
En Chat Random [Chat aleatorio], Celia Hempton (Stroud, Reino Unido, 1981) reúne
una serie de pinturas realizadas “en vivo”, mientras chateaba con desconocidos,
todos varones, en un sitio web que pretendía fomentar las relaciones humanas,
pero que parece que ha acabado siendo un punto de encuentros sexuales
fortuitos. Las pinturas de Celia Hempton son sexualmente muy explícitas.
El único artista
español en la muestra: Pepo Salazar (Vitoria-Gasteiz, 1972), presenta Hello. It’s me [Hola. Soy
yo], una columna de
aspecto precario, con placas que se encienden y apagan y altavoces que emiten
sonidos, extraídos de YouTube, supuestamente concebidos para paliar la ansiedad
y el insomnio.
Pepo Salazar: Hello. It's me (2017). Cortesía del autor.
En Present Sore [Doloroso presente], Shahryar Nashat (Ginebra, 1975) esboza en vídeo
un retrato actual del cuerpo como prótesis, algo que se generaría por la
combinación de formas orgánicas y artificiales: ropa, productos farmacéuticos,
dinero y tecnología protésica.
Domestika, la propuesta de Jacolby
Satterwhite (Columbia, EE. UU., 1986), es una performance fílmica que expresa a
la vez la nostalgia y las utopías de luz. Su punto de partida fue el cierre y
la destrucción posterior de una discoteca en la que jóvenes artistas se reunían
y colaboraban en proyectos queer.
Jacolby Satterwhite: Domestika (2017). The Artist and LUNDGREN GALLERY.
Sophia Al-Maria
(Qatar, 1983), en A Whale is a Whale
[Una ballena es una ballena], nos
lleva en una filmación con sonido al espacio marino y al lenguaje de la ballena
jorobada arábiga, así como a la cuestión de su inminente extinción. La acción
humana como ecocidio.
Corpsing [Cuerpeando], de Eddie Peake
(Londres, 1981) es un ballet de cuerpos desnudos que danzan y se expresan con
un leve fondo musical. El concepto deriva del sentido del término cuerpo como
unidad o agregado de personas: cuerpo de ejército, por ejemplo. En la obra de
Peake, a través de una coreografía de los cuerpos y en la interacción: sexo,
lenguaje gestual, diferencias individuales y de género, esa unidad de cuerpo se
alcanza en el encuentro de unos y otros.
Eddie Peak: Head [Cabeza] (2016). Performance. Fotografía: Matthew Placek. Cortesía de Jeffrey Deitch Inc.
Este sugestivo
conjunto de piezas performáticas nos habla de la sensibilidad de hoy. La
tecnología forma parte de nuestras vidas. Y el arte de nuestro tiempo no puede
dejar de interrogar y cuestionar esas derivas abiertas. El objetivo central,
decisivo, es detener el flujo obsesivo de la imagen envolvente y del clic
continuo de la mera inmediatez. Desplegar artísticamente la acción que
singulariza y diferencia. Introducir distancia. Y, a partir de ello, propiciar
el pensamiento y la sensibilidad libres. Alcanzar a vivir críticamente en el
éter digital.
* Transmissions from the Etherspace. Una performance expositiva. Comisario: João Laia. La Casa Encendida, Madrid. Del 4 al
28 de mayo de 2017.
PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.282, 13 de mayo de 2017, pp. 18-19.
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