domingo, 8 de noviembre de 2015

max bill en la Fundación Juan March, Madrid


En busca de la buena forma


¿Es posible en un tiempo como el nuestro, en el que la expansión de la tecnología ocasiona una producción e irradiación de todo tipo de imágenes, encontrar claves y criterios para fijar “la buena forma”, para producir imágenes que transmitan equilibrio y armonía de manera universal…? A lo largo del siglo XX, las corrientes “constructivistas”, y de un modo destacado el neoplasticismo, con Piet Mondrian y Theo van Doesburg, o el suprematismo, con Kazimir Malévich, situaron esa cuestión como eje de su actividad. Y lo hicieron a partir de las modulaciones de las líneas y figuras geométricas, en síntesis con una indagación que buscaba despojar a los colores de mezclas y adherencias para así poder alcanzar su esencialidad.

Cuadrado a partir de nueve restángulos (1944). 
Acrílico sobre lienzo 36,2 x 36,2 cm. Harvard Art Museums - Fogg Museum.

La excelente muestra organizada por la Fundación Juan March sobre el polifacético creador suizo max bill (1908-1994), quien escribió siempre utilizando sólo minúsculas siguiendo el criterio establecido por la Bauhaus, permite profundizar en el eco y resonancia de esas cuestiones. A través de una cuidada selección de 170 obras y documentos, la exposición nos permite acceder al conocimiento del amplísimo radio de actividades de una de las figuras centrales de esa línea constructivista y su impacto en lo que se denominó “arte concreto”, en cuyo desarrollo max bill tuvo una importante influencia tanto en España, particularmente en el ámbito de la arquitectura, como en América Latina. La muestra se completa con un magnífico catálogo, muy bien concebido y editado.

Construcción simultánea de dos sistemas progresivos (1945-51). 
Óleo sobre lienzo, 145 x 201 cm. Colección particular. Cortesía Annely Juda Fine Art.

El proceso de formación de max bill fue a la vez plural y disperso. Comenzó a estudiar orfebrería, en 1924, en la Escuela de Artes Aplicadas de Zúrich, de donde fue expulsado en 1927. Entre abril de ese año y octubre de 1928, se establece en Dessau, matriculándose en la Bauhaus, donde sigue las clases de Josef Albers, László Moholy-Nagy, Oskar Schlemmer, Vasily Kandinsky y Paul Klee, entre otros. Son, a la vez, años de viajes por Europa, en los que descubre la arquitectura de Le Corbusier y va centrándose en su formación como arquitecto, diseñador y pintor, aunque al margen de los planes de estudio regulares, en una línea individualista y de síntesis de disciplinas diferentes. El inicio de su trayectoria creativa se puede situar en 1929, cuando se establece en Zúrich, con el propósito de dedicarse al diseño gráfico, al arte y a la arquitectura. En 1950, sus ideales de un nuevo sistema de síntesis de las artes, y consecuentemente de su enseñanza, se concreta con la constitución, a su cargo, de la Escuela Superior de Diseño en la ciudad alemana de Ulm.
Ya en los años treinta, y siguiendo los pasos de Piet Mondrian, Georges Vantongerloo, Antoine Pevsner y Vasily Kandinsky, max bill sitúa su trabajo en la línea del “arte concreto”, que en un texto publicado en 1949 caracteriza con los siguientes términos: “denominamos arte concreto a aquellas obras de arte creadas a partir de sus propios medios y leyes –sin apoyo externo en fenómenos o en su transformación, es decir, que no son el resultado de un proceso de abstracción–.”

Mesa redonda-cuadrada (1950). 
Madera y linóleo, 73 x 90 x 90 cm. Diámetro, 78 cm.

Uno de los aspectos de mayor interés en la exposición es la presentación en unidad de obras de las diversas disciplinas en las que max bill desarrolló su actividad. Y ello nos lleva a una cuestión central: ¿dónde sitúa él “la buena forma” en esta era de multiplicidad ilimitada de las imágenes…? En ningún caso en dimensiones o factores externos a la representación, sino en los propios recursos creativos del arte concreto: los colores, el espacio, la luz y el movimiento.

Superficie hexagonal en el espacio en el perímetro íntegro de la circunferencia (1953-1960). 
Latón dorado, 30,5 x 39,5 x 27,5 cm. Kunstmuseum Winterthur.

Aunque max bill se consideraba ante todo a sí mismo como un arquitecto, sus actividades se desarrollaron igualmente en los ámbitos de la pintura, la obra gráfica, la escultura, el diseño gráfico e industrial, la organización cultural, la escritura, la docencia, e incluso la política. De cualquier modo, considerando su trayectoria con la perspectiva que da el paso del tiempo, se puede afirmar que todo ese amplio conjunto de actividades tiene un registro de unidad, que yo situaría en su aspiración a alcanzar un dinamismo armónico, de equilibrio, en el flujo de formas geométricas, colores y palabras, en su dinamismo propio. En definitiva, educación visual y cultura del lenguaje y de las formas, como vías que deben ir unidas para generar conocimiento y estimular la potenciación de las cualidades humanas.

Quitar y añadir (1975). 
Óleo sobre lienzo, 100 x 100 cm. Diagonal, 142 cm. max, binia + jacob bill stiftung.

En ese sentido, resulta especialmente significativo lo que escribió en un texto: “unas palabras sobre pintura y escultura”, publicado en 1947, y en el que tras rechazar el tópico de que los pintores deben dedicarse sólo a lo suyo, pintar, y no a escribir o teorizar, afirma: “el arte plástico es en última instancia filosofía representada visualmente, moralidad configurada, de ahí que resulte indispensable conocer cuál es la actitud moral en que se fundamenta la obra de arte, y hasta qué punto la responsabilidad personal o la casualidad han sido el impulso que ha desembocado en su creación.”
Queda así claramente delimitado dónde se sitúa el impulso artístico hacia la plasmación de “la buena forma”. En ningún caso se trata de un planteamiento meramente “formalista”, y mucho menos decorativo. En la línea de trabajo constructivista, en las propuestas de arte concreto, el núcleo se sitúa en un mandato moral y de conocimiento: “la buena forma” es la forma que une a la humanidad, por su carácter universal, por anteponer la forma y el bien comunes a los objetivos y planteamientos particularistas, que son precisamente los que dividen y ocasionan el conflicto.



* max bill; Fundación Juan March, Madrid, en colaboración con la max, binia + jacob bill stiftung, y con el asesoramiento de Jakob Bill. Hasta el 17 de enero de 2016. 

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.207, 7 de noviembre de 2015, p. 22.

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