domingo, 22 de septiembre de 2013

Exposición del artista Francis Naranjo en Bolivia


Sin fronteras
 

El mundo de hoy, nuestro mundo, se caracteriza por un dominio global, planetario, de lo que llamamos capitalismo, un sistema social basado en la lógica del beneficio económico y en la innovación tecnológica orientada a la mejora de la producción y a la reducción de sus costes. Ese sistema tiene uno de sus soportes centrales en un complejo militar-armamentístico que actúa como garantía última del carácter indiscutible del sistema y, a la vez, como punta de lanza, de todo el circuito de producción material y de circulación de la información.
En ese orden social sin fisuras se ha producido en los últimos años un cambio de ciclo: el capitalismo se despliega a través de ciclos con los que alcanza y mantiene su fortalecimiento. En este caso, el nuevo ciclo ha abierto un proceso de reestructuración del capital financiero dirigido a fortalecer aún más los núcleos de poder del sistema, que ha tenido y tiene como consecuencia un proceso de empobrecimiento generalizado de las sociedades y, a la vez, un intenso enriquecimiento de las instancias capitalistas.
 
 
 
En este ciclo, Europa ha dejado de actuar como sujeto político y cultural protagonista para convertirse en un mero ámbito subsidiario de apoyo en ese proceso de reestructuración del capital que, hoy como siempre pero ahora más que nunca, está deslocalizado. El capital no tiene patria, no conoce fronteras.
Europa sigue remitiendo, eso es obvio, a un relato histórico: a una intención de unificación cultural del mundo que tuvo como resultado el colonialismo y que, a través de sus estructuras de dominio militar, acabó dando lugar a la imposición mundial, global, del sistema capitalista que hoy conocemos.
Sin embargo, en ese relato histórico se abrieron paso, también, las fisuras de la contradicción, la aspiración a un sistema social alternativo, la invocación moral y política del principio de la dignidad humana universal, contrapuesto a las estructuras jerárquicas de dominación basadas en las diferencias étnicas o de posición social.
Esa invocación moral y política alternativa a lo existente sigue siendo, aún hoy, el núcleo vivo del relato histórico que lleva el nombre Europa. Lo que se formuló, por vez primera en la historia del mundo, en la época de la quiebra del absolutismo, en la aurora de la modernidad por los pensadores de las Luces, por los filósofos de la Ilustración. El horizonte de emancipación de todos los seres humanos sin distinción de sexo, de creencias, o de adscripción étnica o social. Volvamos a leer a Immanuel Kant, su Crítica de la razón práctica (1787): "el hombre (y con él todo ente racional) es fin en sí, es decir, jamás puede ser usado por nadie (ni siquiera por Dios) como medio sin ser al mismo tiempo fin, y, por consiguiente, (…) la humanidad en nuestra persona debe ser sagrada para nosotros mismos, porque el hombre es sujeto de la ley moral".
Sujetos y fines de la ley moral, los seres humanos no pueden pues, en ningún caso, ser degradados por debajo de su dignidad constitutiva, ya sea en nombre de un dios, de una patria, o en función de la lógica del beneficio. Lo que se plantea en ese horizonte moral y político es una humanidad sin fronteras en su dignidad, contrapuesta precisamente a esa actuación sin fronteras políticas ni límites morales del capitalismo.
Pero descendamos un paso más hacia lo concreto: ¿cómo se forja el reconocimiento, individual y social, de la dignidad humana? Pienso que se despliega a través de cuatro componentes básicos: satisfacción de las  necesidades materiales, y dentro de ellas sobre todo alimentación y vivienda, cuidado sanitario, educación y cultura. Esos: los cuatro pilares de la dignidad, son los elementos de una Europa que se disuelve y despliega hoy en la raíz común de la humanidad. Sin fronteras.
 
 
 


 
 

* El artista Francis Naranjo [http://francisnaranjo.blogspot.com.es/] presenta del 12 de noviembre al 31 de diciembre de 2013 su exposición EUROPA (el continente triste) en el Centro Cultural de España en La Paz, Bolivia [http://www.ccelp.bo/].
Con ese motivo se ha preparado una publicación en la que, además del trabajo del propio Naranjo, se recogen diversas intervenciones solicitadas por el artista. Publico aquí el texto de mi intervención, naturalmente con la debida autorización de Francis Naranjo.






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