Un laberinto abierto
En 2010 la Fundación Banco Santander inició un programa de
exposiciones de colecciones privadas de arte, de ámbito internacional, que con
ésta que llega ahora alcanza ya diez presentaciones, una por año. La iniciativa
tiene un doble plano de interés. Por un lado, porque permite el conocimiento
directo de obras artísticas situadas más allá de nuestras fronteras. Y por
otro, porque permite apreciar la importancia del coleccionismo más allá de las
connotaciones particulares de cada caso.
Marcel Broodthaers: Museo de Arte Moderno, Sección Siglo XIX, Departamento de las Águilas (1969).
Acrílico sobre plástico, 84 x 120 cm. Edición: 3/7.
Coleccionar es una pasión acumulativa, un deseo de reunir
objetos o materiales. Si las piezas reunidas son bienes culturales, como es el
caso de las obras de arte, y llegan a conseguir calidad y buen nivel,
independientemente de su raíz: individual, familiar, institucional, o
empresarial, acaban convirtiéndose en patrimonio
cultural.
Ahora bien, para que esto último sea posible es importante
el acceso de los públicos a las colecciones, que no estén encerradas en ámbitos
privados, que tengan sus puertas abiertas. Y esto es lo que sucede con esta
exposición de obras de la Colección
de Luiz Augusto Teixeira de Freitas, a la que se le ha puesto el título: «No
habrá nunca una puerta. Estás adentro.»
Rosângela Rennó: Brazo c / pareja / beso (1996). Fotografía, 82 x 59 cm.
El
título es el primer verso del poema de Jorge Luis Borges Laberinto, recogido en su libro Elogio
de la sombra (1969). Aparte de la dimensión conceptual sobre el acceso al
patrimonio, es también importante tener en cuenta que subraya el interés del
coleccionista por la literatura, y la síntesis que de ésta y las artes visuales
ofrecen los libros de artista.
Abogado,
nacido en Brasil y viviendo en Portugal, Luiz Augusto Teixeira de Freitas
comenzó a formar su colección en la segunda mitad de los años noventa. Según él
mismo indica, dos impulsos guiaron y guían su actividad como coleccionista: la
obsesión y la pasión. Fue paso a paso, sin una dirección concreta, hasta que en
un determinado momento su interés se centró en la arquitectura, o más bien,
según precisa, en “obras de arte conceptual que guardaban alguna relación con
la arquitectura”. Aunque después, dice también, se dio cuenta de que lo que más le interesaba "eran las obras conceptuales radicales."
Pedro Cabrita Reis: Ciudades ciegas 4 (El poema) (1998). Aluminio, cartón, contrachapado, alambre, pintura acrílica sobre cartón, esmalte sobre cristal, y fotocopia, 205 x 150 x 105 cm.
Con
el comisariado de su hija, la muestra reúne una selección de piezas que nos
transmite el amplio registro de intereses de Luiz Augusto Teixeira de Freitas:
instalaciones, esculturas, pinturas, fotografías y libros de artistas.
Impresiona, además, su tamaño: 352 obras y 192 artistas, lo que según la
comisaria constituye en torno al 20% de la Colección, y esto da una idea de su
dimensión. Entre los artistas presentes, sólo dos nacidas en España: Esther
Ferrer y Belén Uriel, que en ambos casos han desarrollado la mayor parte de su
actividad profesional fuera de nuestro país.
Eso
sí, con toda su variedad, las obras reunidas deslumbran por su calidad. Y ello,
sin un registro uniforme: vemos todo tipo de tendencias y de líneas plásticas,
siempre en el arte de nuestro tiempo. No hay canon, ni academicismo, y así
apreciamos la universalidad en la pluralidad, que constituye uno de los rasgos
centrales del arte actual. El montaje es limpio y sugestivo, las piezas no
están agrupadas en apartados o secciones, lo que te permite ir y venir de forma
abierta, dialogando con cada una de las obras según sus características y
soportes diversos.
Damián Ortega: Miracolo italiano (Milagro italiano) (2005). Alambre y tres Vespas, dimensiones variables.
La
Colección de Luiz Augusto Teixeira de Freitas nos muestra, en definitiva, el
camino abierto de las artes. Y así, como síntesis final, parece adecuado volver
al poema de Borges, cuando cuatro versos después del inicial escribe: “No
esperes que el rigor de tu camino / Que tercamente se bifurca en otro, / Que
tercamente se bifurca en otro, / Tendrá fin.” La vida, como el arte, es un
laberinto abierto. En el que construimos sentido.
* Obras
de la Colección de Luiz Augusto Teixeira de Freitas; comisaria: Luiza
Teixeira de Freitas. Sala de Arte Santander, Boadilla del Monte, Madrid. Del 26
de febrero al 9 de junio de 2019.
* Publicado (en versión reducida) en ABC Cultural
(http://www.abc.es/), nº 1.367, 2 de marzo de 2019, p. 18.
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