domingo, 12 de octubre de 2025

 

Queridas amigas, queridos amigos:
Novedad en el horizonte de actividades, el próximo día 17 se inaugura la exposición de la artista mexicana Gina Arizpe LO QUE NO SE VE, comisariada por mí... Espero que podáis pasar a verla...





 

Queridas amigas, queridos amigos:
Novedad en el horizonte de actividades, el próximo día 17 se inaugura la exposición de la artista mexicana Gina Arizpe LO QUE NO SE VE, comisariada por mí... Espero que podáis pasar a verla...




 

Queridas amigas, queridos amigos:
Novedad en el horizonte de actividades, el próximo día 17 se inaugura la exposición de la artista mexicana Gina Arizpe LO QUE NO SE VE, comisariada por mí... Espero que podáis pasar a verla...



domingo, 6 de julio de 2025

Exposición en el Museo Lázaro Galdiano, Madrid

Dora Maar: imágenes activas 


Avanzar en la comprensión del arte, en las situaciones y características del trabajo de los artistas, no es siempre una cuestión fácil o sencilla. Algo así es lo que ocurre con la figura de Dora Maar, una artista que ya se había labrado un nombre en el ámbito de la vanguardia artística y que llegó a encontrar un eco importante en el ámbito del Surrealismo… pero lo habitual es recordarla casi exclusivamente por su vínculo amoroso y artístico con Picasso.

La exposición que acaba de presentarse en el Museo Lázaro Galdiano, aunque no nos transmite una visión completa de su trabajo, sí nos permite una atención concentrada en su obra artística. En ella se presentan 84 obras, casi todas de medio o pequeño formato. Se trata sobre todo de fotografías, junto a una serie de dibujos recientemente descubiertos y ahora en su mayoría expuestos al público por primera vez. Hay también un conjunto de diarios y cuadernos con trazos elaborados con lápiz y tinta china, así como una única pintura de pequeño formato. Es toda una ocasión para situar la relevancia de Dora Maar en el arte de nuestro tiempo.

Retrato de una joven con quimono (1933).

El verdadero nombre de Dora Maar era Henriette Theodora Markovitch, nacida de madre francesa y padre croata (arquitecto famoso) en Tours el 22 de noviembre de 1907, y fallecida en París el 16 de julio de 1997. La familia viajó a Buenos Aires en 1909 por motivos profesionales, y así ella pasó su infancia en Argentina.

De vuelta a París en 1926, la joven Henriette estudia arte y fotografía, adopta el pseudónimo de Dora Maar, y viaja a Barcelona y Londres. Se convierte en amante de Georges Bataille en 1934. Conectó con los surrealistas en 1935, y firma panfletos con ellos. En 1935, Jean Renoir la contrató como fotógrafa para la película El crimen del señor Lange. En la presentación del filme vio por primera vez y conoció a Picasso, 26 años mayor que ella y ya un artista mundialmente famoso. Ella tenía 29 años y él 55. Más tarde volvieron a encontrarse en el café Les Deux Magots, donde iniciaron una relación amorosa. Ella estaba en la cima de su carrera, mientras que él salía de lo que describió como «la peor época de mi vida».

Remendadores a la sombra de una barca en la Playa Gran de Tossa de Mar (1933).

Aunque había empezado estudiando pintura, no le acababa de gustar plenamente, y así Dora Maar se dedicó al estudio de la fotografía y a su despliegue como trabajo artístico. Es algo que constituye el núcleo central de las piezas reunidas en la exposición, datadas entre 1933 y 1939. Lo que vemos en las mismas son especialmente ambientes urbanos, con vendedores y figuras ambulantes. También imágenes tomadas en sus viajes en torno al mar. Y después de su encuentro con Picasso, imágenes personales del mismo junto a otras que documentan la elaboración del Guernica. Y no sólo Picasso, hay también dos expresivas imágenes de personas muy relevantes en el ámbito de la cultura: un retrato de Frida Kahlo, datado en torno a 1934, y ya mucho más tarde: en 1949, otro de Jean Cocteau.

Mujer con capa (1939).

Para sus fotografías utiliza las técnicas del foto-collage y del desenfoque, lo que le permite mezclar e insertar representaciones de carácter diverso. En mi opinión, es en esta línea donde se sitúa lo más decisivo de su trabajo artístico, pues en las mismas se nos transmite una visión interior y profunda de todo lo que aparece, llevándonos a mirar lo más hondo de lo que constituye el escenario de nuestras experiencias. Considero que una de las piezas más expresivas de todo ello es Sin título (Mano-marisco) (1934), en la que vemos cómo una hermosa mano femenina brota de una concha de marisco, y de ella se presenta en la muestra una copia moderna.

Sin título (Mano-marisco) (1934)

Dora Maar decidió volver a la pintura a partir de 1935, tras el encuentro con Picasso, quien la animó a continuar con ello, y a lo que dedicó buena parte de los últimos años de su trayectoria. Sus pinturas están también caracterizadas por la mezcla y la superposición de imágenes, en lugar de la figuración tradicional. Predomina en ellas la impronta de la interrogación surrealista. En la muestra vemos una pequeña pintura: Paisaje (sur de Francia) (c. 1957), en la que el cielo se superpone a un paisaje desértico. Y, desde luego, son particularmente atractivos los dibujos, junto a los cuadernos y diarios, que podemos ver también aquí, y que juegan con imágenes no figurativas con una impronta cubista.

El despliegue de la trayectoria vital y artística de Dora Maar estuvo, sin duda, muy determinado por su relación con Picasso, quien la maltrataba físicamente. Su relación amorosa terminó en 1943, aunque volvieron a verse esporádicamente hasta 1946. A partir de 1945 fue psicoanalizada por Jacques Lacan, y posteriormente ingresó en el hospital de Sainte-Anne.

Después de su ruptura sufrió una gran depresión, se volvió muy católica, y vivió recluida en París y Manerbes… Solitaria hasta su fallecimiento en 1997, Dora Maar encontró su núcleo de apoyo en la creencia religiosa, y siguió trabajando en los ámbitos de la fotografía, la pintura y los dibujos, que en algunos casos se han ido recuperando. Aunque, sin duda, la expresividad de los años treinta del siglo pasado se había ido perdiendo.



* Dora Maar: fotografía y dibujos. Comisaria: María Millán. Museo Lázaro Galdiano, Madrid. Del 6 de junio al 14 de septiembre.

* Publicado en EL CULTURAL:
- Edición impresa, 27 de junio de 2025, pgs. 28-29.

- Edición online:https://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20250705/dora-maar-artista-derecho-propio-alla-picasso/1003743812783_0.html 

lunes, 19 de mayo de 2025

Exposición en París...

 David Hockney: El espejo de la pintura 

El brillo y la oscilación de las imágenes en esta exposición en París que nos traza un recorrido profundo por la trayectoria de uno de los artistas contemporáneos más relevantes: David Hockney (nacido en Bradford, Inglaterra, el 9 de julio de 1937), intensamente activo incluso ahora, ya que este año alcanzará su 88 aniversario. El título de la muestra: David Hockney 25, es en sí mismo una síntesis de lo que en ella se plantea, un recorrido por los diversos elementos que constituyen su trabajo artístico, pero por su deseo expreso con una atención especial a sus últimos 25 años de actividad. Distribuida en los cuatro pisos de la Fondation Louis Vuitton, está articulada en 11 secciones que nos permiten apreciar los viajes e itinerarios, interiores y exteriores, del artista.

Portrait of My Father (1955). Ól s. l., 50,8 x 40,6 cm.

La primera sección: De Bradford a Londres, traza su recorrido entre 1955 y 1963, desde la ciudad donde nació a su instalación en Londres donde se traslada a finales de los años cincuenta para estudiar en el Royal College of Art. En su inicio se sitúa el retrato de su padre, una pintura figurativa datada en 1955. Lo que vemos es un conjunto de pinturas, con una acentuada intensidad de colores, y que se articulan entre el expresionismo y la figuración. Llaman la atención las palabras escritas en ellas, con un gran formato y que son expresión o eco de sus títulos.

La segunda sección: Londres – París – Los Ángeles (1964-1998), nos sitúa ante un nuevo desplazamiento, desde su instalación en Los Ángeles en 1963, después en París en 1973, y de nuevo en Los Ángeles adonde volvería en 1978. El ambiente del París artístico se mezcla con el de la California soleada. Vamos viendo un impactante conjunto de paisajes, exteriores e interiores, y al final con una gran relevancia de los paisajes naturales. Siempre con mucha intensidad y diálogo de colores. Y llaman la atención dos retratos dobles, de gran formato, realizados en 1968 y 1971.  

Bigger Trees near Warter or - ou Peinture sur le Motif pour le Nouvel Age Post-Photographique (2007). Ól. s. 50 lienzos, 457,2 x 1. 219,2 cm.

La tercera sección: Retorno a Yorkshire (1997-2013), tiene que ver con la decisión de Hockney de situarse a fines de los años noventa en su región natal, sin dejar de tener estancias temporales en Los Ángeles. Se organiza con un conjunto de representaciones de los paisajes de esa región, situada en el norte de Inglaterra. Estamos ante pinturas de grandes dimensiones, en ocasiones ensambladas, donde podemos apreciar las fluctuaciones de los colores en las representaciones de los ambientes rurales. Hockney retorna a las técnicas tradicionales, utilizando acuarela, óleo y carboncillo, y de modo decisivo la realización de la pintura a cielo abierto. Simultáneamente, recurre también a la fotografía y la informática. Y llama la atención un conjunto de acuarelas dispuestas en mesas circulares.

La cuarta sección: Retratos y flores (2000-2025), reúne un amplio conjunto de retratos figurativos de personas, realizados con óleo o acrílico sobre lienzo, dibujos con carboncillo y lápiz de color, y también otro conjunto de dibujos de flores, retratos y autorretratos hechos con  iPad, impresos sobre papel y montados sobre aluminio. Se trata de obras creadas en California, Yorkshire, Normandía y Londres durante los últimos 25 años. Hockney sigue utilizando los pinceles, pero desde 2008 comenzó a usar el ordenador, y después el iPhone y el iPad desde su aparición.

       27th March 2020, No. 1. iPad drawing printed on paper, 364.1 x 521.4 cm.

La quinta sección: Cuatro años en Normandía (2019-2023), coincide con el período de confinamiento por la Covid, en el que Hockney se encierra en una casa que había comprado en Normandía. Allí desarrolla una serie: 220 por 2020, Normandía sobre un iPad, con una gran variedad de temas cercanos y lejanos. Vemos los paisajes con árboles, las casas rurales, los árboles, las flores, así como el ambiente nocturno, la luz sobre fondo azul y de modo continuo imágenes de la luna, en la serie Moon (2020).

En unión con lo anterior, la sección sexta: Normandía reúne una serie de pinturas de acrílico con representaciones de los espacios donde se situaba su vivienda. Vemos en ellas árboles, superficies con hierba, estanques y movimientos luminosos de las luces, así como imágenes blancas o grises de las nubes en el cielo. Y también imágenes exteriores de viviendas, así como un interior con libros sobre una mesa frente a una ventana. La sección séptima: El gran patio (2019), nos lleva a una serie de 24 dibujos a tinta, con las vistas desde su casa en Normandía, donde vivió con regularidad entre 2019 y 2023. Las imágenes se despliegan en continuidad sobre cerca de 70 metros de largo, y en ellas vemos árboles frutales o coches en el exterior de las casas.

Tras todo ello se suceden tres últimas secciones, en las que se llega al final de la muestra. La primera tiene dos componentes: La gran pared (2000), en el que con un intenso planteamiento documental se sintetiza la trayectoria de la pintura a lo largo de 500 años por medio de 18 paneles compuestos con fotocopias láser en colores. En el segundo: Diálogos con los pintores, se presenta un conjunto de reproducciones artísticas referenciales para Hockney, entre las que destacan imágenes de Fra Angelico, Van Gogh, o Picasso y sus diálogos con ellas. Como complemento, un vídeo permite apreciar la importancia para él de la música y la danza, y un paisaje animado sobre 18 pantallas yuxtapuestas nos remite a la relevancia de la naturaleza y sus movimientos.

 En la segunda: Hockney pinta la ópera, que tiene como referente su frase: “Necesitamos más de la ópera, es más grande que la vida”, se nos muestra el apasionamiento continuo de Hockney por la ópera, con una readaptación musical y visual de sus dibujos y decorados para los montajes de diferentes óperas.

After Munch - Less is Known than People Think (2023). Acrílico s. l., 121,9 x 182,9 cm.

La tercera sección Se sabe menos que lo que la gente piensa, nos sitúa ante tres grandes pinturas que nos dan el tono y la relevancia de la situación actual de Hockney. La primera: Se sabe menos que lo que la gente piensa, dialoga con Edvard Munch, a través de imágenes sumamente expresivas y palabras inscritas: el título, el pasado, el futuro, geografía, astronomía, e historia. La segunda, también con el mismo título, dialoga con William Blake a través de imágenes y palabras superpuestas. Y ya el desenlace, con otro autorretrato: Obra dentro de una obra dentro de una obra y yo con un cigarrillo (2024-2025), que nos refleja cómo se ve hoy a sí mismo en el jardín de su casa fumando y pintando.

After Blake - Less is Known that People Think (2024). crílico s. l., 182,9 x 121,9 cm.

David Hockney: el espejo profundo de la pintura, la naturaleza y las figuras humanas. Como él mismo reconoce en una entrevista en los materiales de la exposición, la pintura es la fuente profunda de todo lo que hace, eso sí utilizando a la vez soportes fotográficos y sobre todo digitales, como el iPad. En definitiva, a través de su obra la pintura permanece viva y muy activa, abierta hacia los nuevos soportes y horizontes que marca el flujo de la vida y el tiempo.

 

* David Hockney: 25 [El Alma Tiembla].  Comisariado: Suzanne Pagé, Sir Norman Rosenthal y François Michaud. Fondation Louis Vuitton, París. Del 9 de abril al 31 de agosto de 2025.

 

* Publicado en EL CULTURAL:

- Edición impresa, 9 de mayo de 2025, pgs. 34-35.

-Edición onlinehttps://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20250513/david-hockney-celebra-fiesta-piscina-fundacion-louis-vuitton-paris/1003743743224_0.html

martes, 22 de abril de 2025

Exposición en el Museo Patio Herreriano, Valladolid

 Las formas en el paso del tiempo 

Esta sugestiva exposición nos lleva a pensar en los giros que el paso del tiempo introduce en los espacios arquitectónicos y en sus soportes expresivos. Juan López (Alto Maliaño, Cantabria, 1979) interviene en dos de los espacios expositivos del Patio Herreriano: en la Capilla y en la sala adyacente, Sala 9.

Es importante tener en cuenta la historia y las características del lugar institucional donde se presentan sus intervenciones, ya que el Patio Herreriano era el patio procesional del antiguo Monasterio de San Benito el Real, construido en Valladolid entre 1596 y 1665, y se inauguró como centro de arte en 2002. Para ello, lógicamente, hubo que realizar toda una serie de adecuaciones y transformaciones de los espacios.

Es en ese trasfondo donde Juan López sitúa, de nuevo, el signo de interrogación acerca de los espacios arquitectónicos que constituye una de las claves centrales de su trayectoria. En esta ocasión, interviene escultóricamente en la Capilla y con un gran fresco mural disperso en la Sala 9. Escultura adherida y pintura mural, como ejes expresivos de sus intervenciones en los espacios.

En la Capilla, explorando el ritmo de los arcos sometidos a una intensa remodelación en el devenir histórico, Juan López juega con el paso del tiempo en lo que vemos, colocando un conjunto de cerchas de carácter industrializado y neutral, con textura similar a la de la mampostería de la Capilla. Con ello, establece un contraste entre la idea de originalidad de los espacios arquitectónicos prestigiosos y la extensión de lo homogéneo y estandarizado en tantas construcciones actuales. En otros términos: ¿de dónde venimos… y a dónde vamos…? A través de su intervención, Juan López introduce la mirada de la arqueología en la contemplación y experiencia del espacio arquitectónico.

El eco de la arqueología está también presente en su propuesta de la Sala 9. La pintura mural que se desplaza en las paredes laterales de la Sala es la reverberación de un diálogo con el fresco original que está en la luneta del muro del fondo. Según indica el propio Juan López, lo que aquí pretende es trabajar “a la contra”: con chorros de arena sobre los muros, que van levantando distintas capas de las paredes. Así se manifiestan agujeros en la pared, parches de madera, tonos rosas y naranjas, y un continuo fluyente de pintura amarilla mural: un conjunto de rastros de exposiciones anteriores. Con todo ello, en las paredes brotan tonalidades imprevistas, zonas vacías y representaciones perdidas en el paso del tiempo con formas que dialogan con el mural de la luneta.

En definitiva, con Juan López además de fluir en el espacio, fluimos también en el tiempo. Sus obras son una interrogación profunda acerca de lo que vemos y cómo lo vemos, y con ello nos situamos en una perspectiva radicalmente diferente a la invasiva homogeneidad de la imagen, a la que estamos tan intensamente sometidos en el mundo de hoy. Su trabajo es todo un ejercicio de escritura visual, a través del cual podemos aprender y conocer mejor lo que supone el paso del tiempo y la experiencia de la vida.

 

* Juan López: Un tratamiento superficial. Patio Herreriano, Valladolid. Del 29 de marzo al 14 de septiembre.

* Publicado en EL CULTURAL:

      - Edición impresa, 11 de abril de 2025, pgs. 32-33.

-Edición onlinehttps://www.elespanol.com/el-cultural/arte/20250414/juan-lopez-nuevas-arquitecturas-antiguas-museo-patio-herreriano-valladolid/1003743700265_0.html