La escritura de la acción
Ayer, viernes 26, acompañando la presentación de su hermosa muestra Silencios frágiles, Bartolomé Ferrando desarrolló una performance de una intensidad estética y expresiva de verdad emocionante.
Frente a un micrófono que permitía amplificar el despliegue del ruido que fluía de su garganta: del susurro al gemido, de la queja a la imprecación, del sonido latente a la modulación musical de la voz, Bartolomé Ferrando extendía los lazos de la escritura del silencio.
Lazos sonoros que se articulaban con el reflejo de las cuerdas blancas, coronadas y finalizadas con nudos, que sus manos iban eligiendo, deslizando, para ser, finalmente, arrojadas al suelo, donde formaban una estela sinuosa de signos abiertos.
Del silencio a la voz, de la quietud corporal al impulso, de la elevación a la caída: Bartolomé Ferrando, en el itinerario de su acción, daba curso, a través del cuerpo que nos configura como humanos, a lo que supone el paso del sonido a la expresión, de la mirada a la voluntad de comunicación, del contacto directo con el otro a la fijación de la escritura, que –cuando se alcanza– hace posible la abstracción. Y así, el conocimiento.
En síntesis: lazos y nudos de la escritura.
O cómo la humanidad llega a ser humanidad.
No se pierdan la muestra, con la gran expresividad del silencio y el fluido de los textos, poemas, registros de acciones, de este gran artista del cuerpo y la mente en acción. Bartolomé Ferrando, el cuerpo hecho palabra.
* Bartolomé Ferrando: Silencios frágiles. Galería Freijo, Madrid. Febrero-marzo, 2016.
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