viernes, 25 de abril de 2014

Actas Congreso Internacional EL SURREALISMO Y EL SUEÑO







Ya están disponibles en formato PDF, "en línea":
las Actas del Congreso Internacional sobre "EL SURREALISMO Y EL SUEÑO", que se desarrolló bajo mi dirección en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, el 8 y 9 de octubre de 2013.

sábado, 19 de abril de 2014

Exposición de Luis Gordillo en Artium, Vitoria

La espiral de la imagen


Estamos ante todo un acontecimiento: una exposición de obra reciente de Luis Gordillo, uno de los más grandes maestros del arte de nuestro tiempo. El título: XXL/XXI, encierra en sus dos componentes una doble alusión. Por un lado, XXL: obras de "talla grande", de gran formato. Por otro, XXI: obras de este siglo, por cuya segunda década discurrimos. Pero hay un aspecto más, que hace distinta esta muestra: en ella se presentan no sólo las obras concretas, o agrupadas en series, en sus últimas versiones, sino también todo un conjunto de "complementos", de elementos y componentes utilizados, que permite apreciar el proceso de trabajo que culmina en esos resultados finales. Exposición intensa, de largo aliento: en total, más de 60 piezas.

El aquí y el ahora (2010). Técnica mixta sobre tela, 237,5 x 304 cm.

La verdad es que debo decir que no conozco otro artista tan joven como Luis Gordillo. Esa manera de poner ante los ojos de los espectadores la trama que articula su elaboración de las obras supone asumir, de forma abierta, el peso de la mirada del otro en lo que las obras dicen y significan. No hay miedo: vayan a mirar y ver. Como en la escritura de Baudelaire, en los muros de Artium podrán encontrar el corazón desnudo de Luis Gordillo. En la conversación que mantuvo ante el público con Juan Francisco Rueda, como presentación de la muestra, dijo de forma explícita: "Me gusta hacer una obra viva y mantenerla abierta".
Los antiguos griegos consideraban que las Musas provenían de Mnemósyne, la diosa Memoria, y Gordillo formula así la función desencadenante que la memoria desempeña en la conservación y reelaboración de los materiales de análisis introspectivo en que se ha sumergido siempre, y que desplaza de la vida a la obra: "Todos los elementos los mantengo activos, viven en la memoria, y siguen presentes en mis obras." Esas obras son, por tanto, vida cristalizada, experiencia transferida a un tipo de pintura renovada, expandida. En un doble plano, "en vertical" los cambios y transformaciones de los elementos producen un tipo de registro similar al de un sismógrafo, resonancias en los estratos de la imagen. Junto a ello, hay también una intervención "en horizontal", por la que esos estratos se fragmentan, superponen y mezclan, desvelándose finalmente en las obras.

Contraespejos E (2013). Técnica mixta sobre tela 
(Acrílico sobre lienzo con base de impresión digital), 240,5 x 162,5 cm. 

Hay que indicar, también, la importancia de los títulos. Nunca descriptivos, y siempre abiertos a las más diversas variaciones de sentidos posibles. "Me gusta", afirma Luis Gordillo, "que sean irónicos y que choquen un poco." Títulos como Ojos Ogos Ogros, Globuloso-Chicloide-Selvático, Estructura de miel sintética, Firmamentos interiores, No te miro no te veo, Fábrica de basura esterilizada, Darwin evoluciona, o Sartre viendo llegar al Pop, son en sí mismos pequeñas chispas conceptuales y poéticas, que incitan a buscar y mirar qué hay debajo de las imágenes a las que acompañan.

Aparicion-Lagrima A (2013). Técnica mixta sobre tela 
(Acrílico sobre lienzo con base de impresión digital), 240,5 x 162,5 cm.

A lo largo de su trayectoria, el trabajo de Gordillo se ha caracterizado por una inmersión en profundidad en los distintos planos y ámbitos de la imagen hasta conducirlos, reestructurados, reelaborados, a un tipo de pintura de gran intensidad plástica, que a la vez cuestiona lo que habitualmente vemos y cómo lo vemos. Con su pintura, Gordillo desvela lo que hay detrás, lo que subyace en los estratos más profundos de las imágenes.
Para alcanzar esos resultados acumula de forma obsesiva imágenes ya dadas: recortes y fotografías de periódicos y revistas, fotocopias, fotografías de fragmentos y obras en curso, que posteriormente corta, reelabora y ensambla, hasta llegar a alcanzar algo nuevo: un flujo abierto de sentidos que se expande más allá, y más acá, de la mera superficie de las cosas, los sentimientos y las emociones, hasta cuestionar la experiencia y la prosa del mundo. Todo ello supone una reactualización de la pintura en estos tiempos de dominio envolvente de la tecnología en los que vivimos. Lo que implica una importante apertura y expansión de lo pictórico, que se encarna sobre todo tipo de nuevos soportes, dimensiones, y maneras de hacer.

Rembrandt`s portrait by Juan Gris (2013). [Serie Contraespejos]. 
Técnica mixta sobre tela, 180 x 149 cm. 

En los últimos años, esa interrogación de los estratos de la imagen se conduce también a través de un nuevo útil: el ordenador. Las dos últimas series de obras, magníficas, así elaboradas: Contraespejos (2013) y Aparición-Lágrima (2013), presentes en la exposición, salen de ahí. Los componentes expresivos iniciales: dibujos o células pictóricas, cuadros pequeños, fueron fotografiados y después transformados, reelaborados, en el ordenador. A continuación, otra reelaboración: cortar y pegar elementos y componentes. Tras ello, con los materiales así ensamblados, se realizan impresiones digitales en gran formato. Y, finalmente, sobre esas impresiones se hacen nuevas intervenciones pictóricas.
Obviamente, todo esto supone un denso proceso de superposición y sedimentación de elementos plásticos. Y así como uno de los riesgos que tradicionalmente han acechado a la pintura es confiarse al oficio, a "la facilidad" que el pintor acaba por tener, Gordillo sitúa ahora en esa utilización del ordenador un riesgo algo parecido: "El ordenador no produce nada feo, al trabajar en él todo resulta articulado... Por eso, lo más difícil es eliminar, deshacerse de todo aquello que daría un resultado demasiado armónico, embellecido".
En definitiva, esta maravillosa exposición permite apreciar plenamente, con la máxima intensidad, el sutil y lúcido trabajo pictórico de Luis Gordillo. En la interrogación de la imagen, en su descomposición y reestructuración. Es un trabajo sin fin, incesante, abierto, que crece en espiral. Tomando como punto de partida una imagen que se retoma y se transforma una vez y otra, hasta que se llega a un resultado que no deja de ser provisional. Porque tras ello viene la mirada del otro, prolongando también en espiral la imagen a través del curso del tiempo.



* Luis Gordillo XXL/XXI, comisario: Luis Gordillo, director del proyecto: Enrique Martínez Goikoetxea; Artium, Vitoria, hasta el 24 de agosto. 

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.136, 18 de abril de 2014, pp. 18-19.

viernes, 4 de abril de 2014

Exposición en la Fundación MAPFRE, Madrid

Una vida de artista


Picasso no se acaba nunca. Su potencia expresiva, la variedad e intensidad de su obra, es tan amplia que siempre podemos descubrir en ella registros y modulaciones llenos de vida, con la más alta calidad estética. Picasso trazó su existencia como un proceso continuo de auto-cuestionamiento, de interrogación sobre qué es el arte y cómo es la vida de quien pretende vivir en el arte.
Picasso en el taller es una exposición, de verdad, excepcional por la gran cantidad de obras que en ella se presentan: cerca de 80 pinturas, 60 dibujos y grabados y 20 fotografías, provenientes de los más diversos museos y colecciones artísticas, tanto de España como de fuera de España. La exposición es magnífica, pero no sólo por "la cantidad" de obras reunidas, sino sobre todo por la altísima calidad de casi todas, por el excelente montaje, y por el acierto de la comisaria al encontrar una temática: el taller del artista, que permite apreciar un hilo de continuidad en la gran diversidad de estilos y maneras que Picasso desarrolló y de los que esta muestra es un buen ejemplo.

Pablo Picasso: Autorretrato con paleta (1906). 
Óleo sobre lienzo, 91,9 x 73,3 cm. The Philadelphia Museum of Art, Filadelfia.

El recorrido se abre con el conocido Autorretrato con paleta, de 1906, proveniente del Museo de Arte de Filadelfia, en el que Picasso se representa con su mirada fija y abierta y con la paleta sobre su brazo izquierdo que constituye su emblema de pintor, de artista. A partir de ahí se despliega una serie de giros y variaciones estilísticas que permite, en todos los casos, apreciar cómo para Picasso el taller, sus diferentes estudios, se constituían en ámbitos de la visión y de la construcción plástica.
Si tenemos en cuenta que, en una entrevista de 1932, Picasso afirmó: "Nada puede hacerse sin soledad. Me he creado una soledad que nadie imagina.", podemos entonces entender hasta qué punto ese ámbito del taller, aun poblado de figuras y presencias: las más importantes las de las modelos que se contrastan con las del pintor, el escultor, o el artista en general, permite esa concentración imprescindible para poder llegar a la obra y poder encontrarse a sí mismo. Aun sin estar representado, a través de su ausencia, el taller es así también, como la paleta en el caso del pintor, un emblema de la condición de artista.

Pablo Picasso: El pintor y su modelo (1963). 
Óleo sobre lienzo, 89 x 115,9 cm. Bridgestone Museum of Art, Ishibashi Foundation, Tokio.

Y en él no sólo juegan la soledad, las presencias y las ausencias, sino también la irradiación de la luz, el proceso de construcción del espacio plástico y la comunicación entre el interior: la mente del artista y el espacio-refugio de su búsqueda, y el exterior: de la naturaleza al mundo, todo aquello que la obra debe registrar, representar y transmitir.

Pablo Picasso: Hombre en un taburete (1969). 
Óleo sobre lienzo, 162 x 130 cm. Colección G. L. L.

La exposición culmina, tiene su punto final, en otro autorretrato de una fuerza hipnótica, mucho menos conocido: Hombre en un taburete, fechado el 4 de septiembre de 1969 en Mougins, proveniente de una colección particular. Es una pintura, pero podríamos decir que en realidad actúa como un espejo: el hombre sentado, con sus manos apoyadas sobre las rodillas, nos mira fijamente mirarle. Ser artista significa abrir una esfera de visión que sólo culmina con el retorno de la mirada del otro a través de la obra.
Es bastante habitual dar una imagen de Picasso como encarnación máxima de un tópico de energía viril, que inevitablemente tendría todo tipo de derivaciones destructivas. En mi opinión, esa imagen construida es demasiado superficial. Pienso, más bien, que la personalidad de Picasso tiene un carácter intensamente dual, que le hizo debatirse a lo largo de toda su vida entre el deseo de alcanzar el grado más alto en el cielo imaginario de los artistas, ser un dios artista, y las dudas, incertidumbres y miedos sobre no ser capaz de poder llegar a ello.
Con esa visión tópica a la que antes me refería tiene que ver aquello que se supone que Picasso le dijo a Marius de Zayas en 1923: "Yo no busco, encuentro." En realidad, la transcripción de esas declaraciones que realizó de Zayas es mucho más matizada: "No puedo comprender la importancia que se da a la palabra investigación en relación con la pintura moderna. A mi modo de ver, buscar no quiere decir nada en pintura. Lo importante es encontrar." Es decir, Picasso no plantea, de manera prepotente, que él no tenga ningún problema en "encontrar", y por tanto que no necesite "buscar", sino algo diferente: el peso de la obra, de la pintura, no se puede situar en el proceso de búsqueda, sino en la culminación del encuentro. Lo que, naturalmente, es algo completamente abierto y, claro, también para Picasso.
Muchos años después de las declaraciones a de Zayas, en 1966, cuando Hélène Parmelin le preguntó por esa fórmula: "Yo no busco, encuentro", que se había convertido en un tópico una vez y otra repetido, Picasso le respondió que "nunca supo si realmente la había dicho o no". Y afirmó también, de un modo directo: "Jamás se termina de buscar porque jamás se encuentra." Este hombre, que se debate en la soledad del taller, lleno de dudas sobre lo que llegará a encontrar, es el que vuelve a nosotros a través de las obras, excelentes, de la exposición. Más allá de la leyenda, lo que se desvela es una vida de artista siempre en lucha consigo mismo, intentando llegar al encuentro de la obra.



* Picasso en el taller, comisaria: Maite Ocaña; Fundación MAPFRE, Madrid, hasta el once de mayo. 

PUBLICADO EN: ABC Cultural (http://www.abc.es/), nº 1.133, 29 de marzo de 2014, p. 22.